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24ago17
15 bombas listas en la casa de Alcanar para estallar al día siguiente
La célula yihadista preparaba 15 bombas en la casa de Alcanar (Tarragona), listas para atentar con coches bomba al día siguiente o en un periodo de tres semanas. Así se desprende del auto de prisión dictado por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu para Mohamed Houli Chemlal y Driss Oukabir, y así lo revela la segunda de las declaraciones que prestó Houli Chemlal a los Mossos d'Esquadra.
Dos horas y 55 minutos antes de que se produjera la explosión en la vivienda, miembros de la célula compraron 15 fundas de almohada y bridas en Sant Carles de la Rápita, otro pueblo tarraconense situado a 16 kilómetros de Alcanar, a 20 minutos en coche del lugar del siniestro. La compra se realizó a las 20.25 horas del día 16 de agosto -la víspera de los atentados- y la explosión en la casa se produjo a las 23.30 horas. Precisamente, entre los restos de la vivienda se encontraron diversas fundas de almohada y bridas.
Los hechos investigados evidencian que los presuntos terroristas compraron las fundas y las abrazaderas con la intención de preparar las bombas la noche del 16 de agosto. De hecho, ese día, ya disponían del resto del material necesario para fabricar los explosivos, según se desprende de los comprobantes de compra encontrados en la masía de Riudecanyes (Tarragona).
En la vivienda de la urbanización Montecarlo había 500 litros de acetona, agua oxigenada, bicarbonato, clavos para ser utilizados como metralla, pulsadores para activar una explosión y bombonas de butano, «entre otros» materiales que no fueron detallados por el juez en su auto. Conviene recordar que las diligencias de esta investigación están secretas.
El objetivo de las personas que se encontraban en la casa era fabricar lo que se conoce como la madre de Satán. Dicho de otra manera, peróxido de acetona -TATP (triperóxido de triacetona)-. Expertos físicos y químicos consultados por este diario coinciden en que se trata de un explosivo cuyos materiales son fáciles de adquirir, pero su fabricación es complicada si eres inexperto.
«El peligro está en el momento en el que se remueve la mezcla de elementos para conseguir el explosivo», advierte Antonio Ruiz de Elvira, catedrático en Física Aplicada de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid). Y es que el peróxido de acetona es el resultado de mezclar agua oxigenada, acetona y ácido sulfúrico en un recipiente, que puede ser de metal o de plástico.
El problema surge cuando el utensilio que se usa para remover la mezcla es del mismo material que el recipiente. En este caso, se pueden producir chispas que apenas se aprecian a la vista humana, pero que provocan una reacción en cadena que origina una explosión. Los expertos consultados advierten de que la explosión ocurrida en la casa de Alcanar pudo ser producto de este proceso de elaboración.
En el momento del siniestro, eran tres las personas que se encontraban en la casa. Dos fallecieron y una sobrevivió. El superviviente fue, precisamente, el melillense Houli Chemlal, encarcelado en la prisión de Alcalá Meco (Madrid) desde el pasado martes. Houli declaró a los Mossos que el resto de miembros de la célula que se encontraban en el inmueble le dijeron que los artefactos aún no estaban listos y que había que esperar a que se secaran para poder trasladarlos en las furgonetas hasta los lugares donde los harían explotar. Sin embargo, el plan de perpetrar esa «acción terrorista de gran envergadura», como la calificó el juez Andreu, con coches bomba se frustró con la explosión.
Los presuntos terroristas no pudieron terminar de fabricar los 15 artefactos. Precisamente, las fundas de almohada eran para verter la mezcla del peróxido en el momento en que ésta estuviera húmeda -en modo barro, como la definen los expertos- y las bridas se utilizarían para cerrar las fundas hasta el punto de que la mezcla quedara bien prensada, para poder así darle forma y esperar hasta que se secara.
Almohadas para absorber la humedad
De hecho, el propio juez Andreu advierte de que las almohadas eran, «muy probablemente», para contener los artefactos explosivos en su interior, «listos para ser utilizados». Conviene informar de que el uso de tela para secar la mezcla es habitual, porque es un tejido que ayuda a absorber mejor la humedad.
El peróxido de acetona precisa de una noche para el proceso de secado. De manera que, una vez seco, la bomba ya puede trasladarse sin grave peligro a que explote con los movimientos. Una vez fabricado, el artefacto tiene una vida media de tres semanas. Atendiendo a la declaración de Chemlal, el plan era introducir los explosivos en las furgonetas y dejar los vehículos en los objetivos elegidos para atentar.
No obstante, no hay que olvidar que en la casa de Alcanar se encontraron también «una gran cantidad de bombonas de butano» y clavos para utilizarlos como metralla. Y es que la explosión de un coche bomba se incrementa cuando se usan también bombonas y clavos.
Es decir, en el interior del vehículo se colocan las bombas, junto a las bombonas y los clavos, de manera que al detonarlas -basta una batería de coche o cuatro pilas cuadradas para hacer un circuito eléctrico y provocar una chispa con un pulsador a distancia-, la explosión y los daños son mayores.
Las bombonas se calientan con el calor de la explosión de las bombas y el butano multiplica por 20 su poder explosivo, quemándose en apenas un segundo. «La explosión de las bombas genera una energía tal, que todo lo que hay alrededor estalla». Sin duda, «elementos caseros que tienen un poder muy grande», en palabras de Ruiz de Elvira.
[Fuente: Por Marisa Recuero, El Mundo, Madrid, 24ago17]
Islamic paramilitary organizations
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