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04ago22
China ensaya el bloqueo de Taiwán en represalia por la visita de Pelosi
"Ustedes dicen una cosa y hacen otra. Nosotros haremos lo que decimos". La réplica a los estadounidenses del embajador en Washington, Qin Gang, ilustra bien a qué se refería China con la contundente respuesta a la visita de Nancy Pelosi a Taiwán. La presidenta de la Cámara de Representantes estuvo menos de 24 horas en la isla y se vio con sus máximas autoridades. Poco después, China ensaya el bloqueo de Taiwán con unas maniobras militares con fuego real sin precedentes. Desde hoy jueves al domingo la isla que China considera su territorio estará rodeada por todo lo mejor del Ejército Popular de Liberación, encargado de proteger la soberanía del país.
El Ejército Popular de Liberación va a desplegarse en seis zonas, al norte, noreste y noreste, al este, al sureste y al suroreste, alrededor de Taiwán donde realizará estos ejercicios con munición real, según ha informado la agencia Xinhua. Por razones de seguridad se prohibirá el acceso a la zona por aire y por mar. A los taiwaneses les resultará imposible salir o entrar al menos estos cuatro días. También China ha suspendido la importación de unos 2.000 productos alimentarios de Taiwán.
"Son seis zonas muy bien pensadas. En el sur está a 40 kilómetros de Kaohsiung y ahí no puede adentrarse ningún barco ni avión. Afectará de forma seria a la libre circulación de los taiwaneses. Es prácticamente un bloqueo. Es una demostración de que China controla", indica Xulio Ríos, director del Observatorio de Política China. "Es significativo que utilizan fuego real y con el agravante de que andan cerca varios barcos de EEUU, con al menos un portaaviones. Siempre hay riesgo de que ocurra algún incidente no deseado", añade.
Estas maniobras militares son las mayores realizadas por China desde la última crisis con Taiwán en 1996. Con esta muestra de músculo militar China lanza un triple mensaje a Taiwán, a Estados Unidos y al mundo. Es una advertencia clara a los independentistas de la isla, a quienes les recuerda que su objetivo es la unificación y mejor sería lograrla por las buenas. A su vez, exhibe su fuerza ante Estados Unidos, que tiene su vista puesta en ganar posiciones en Asia. Y deja claro al mundo quién está al mando en la región.
"China hará el máximo ruido con el fin de intimidar. Va a exhibir su capacidad militar y ensayar la toma forzada de Taiwán. Se trata de un ejercicio de intimidación destinado a desmoralizar a los taiwaneses. Siempre existe el riesgo de que se produzcan accidentes en momentos así, cuando se exalta a las tropas", afirma Isabel Hilton, editora de China Dialogue.
Estas maniobras comprenderán lanzamientos de misiles convencionales en el este de la isla de Taiwán, según un comunicado del coronel Shi Yi, portavoz del Mando del Teatro Oriental del Ejército chino. En el norte, suroeste y sureste se pondrán a prueba las capacidades de los aviones de guerra y de los buques.
También se lanzarán cohetes múltiples de largo alcance que pueden llegar cerca de la isla de Taiwán o incluso en la isla. No se descarta que los misiles se lancen desde los buques de la Armada china. El riesgo es que por la zona también navegan embarcaciones del Ejército de Estados Unidos.
Gu Zhong, subjefe del Estado Mayor del Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación, ha señalado, según Global Times, que los ejercicios incluyen ensayos de bloqueo conjunto, asalto marítimo, ataque terrestre y muestras de superioridad aérea. Ha confirmado que habrá disparos con fuego real con armas de precisión.
Para el Ejército Popular de Liberación se trata de demostrar que es "capaz de responder a cualquier provocación y salvaguardar resueltamente la soberanía nacional y la integridad territorial", según dijo Gu Zhong.
En un comunicado, los ministros de Exteriores del G-7 han pedido a China que no recurra al uso de la fuerza. "Estamos preocupados por las amenazas de China, en particular por las maniobras con fuego real y las represalias económicas", dice el comunicado suscrito por EEUU, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y el Reino Unido, según informa Efe.
"Taiwán volverá a la patria"
En el plano político ha sido el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, que asiste en Camboya a un foro sobre cooperación en Asia oriental, quien ha contestado al desafío que para China supone la visita de Pelosi a Taiwán. Según Wang, Estados Unidos bajo el pretexto de la "llamada democracia" comete una violación de la soberanía de China.
Wang se mostró convencido de que "Taiwán volverá a la patria", en alusión a la reunificación. Ha acusado a la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, de traicionar a la causa nacional. "Los que violan la soberanía de China recibirán su castigo", añadió el ministro. Desde su Ministerio, horas antes convocaban al embajador en Pekín, Nicholas Burns, para expresarle su más enérgica condena del viaje.
La expectación ha rodeado el viaje de Pelosi hasta tal punto que su aterrizaje fue seguido en directo en la web de seguimiento FlightRadar24 por un número récord de personas: más de 700.000 personas estaban atentas al aterrizaje del vuelo SPAR19 en Taipei. En las menos de 24 horas que estuvo Pelosi en Taiwán las reacciones de China fueron de indignación mayúscula, pero las maniobras militares empezaron tras su marcha.
Nancy Pelosi, con una larga tradición de enfrentamientos con China, a quien reprocha su hostigamiento a los defensores de derechos humanos, dijo alto y claro a la presidenta, Tsai Ing-wen: "No os abandonaremos". La veterana presidenta de la Cámara de Representantes ha elogiado la resiliencia de Taiwán y ha comparado su compromiso con la democracia con el de Ucrania.
El gesto de Pelosi ha sido elogiado por muchos congresistas republicanos, donde están los mayores defensores de reconocer a Taiwán. En EEUU hay elecciones legislativas parciales en noviembre (mitad de mandato) aunque resulta difícil ver el impacto que pueda tener este gesto en las urnas.
"Como Pelosi tiene una opinión muy contundente sobre China, los derechos humanos y la democracia, su presencia se considera incendiaria a ojos de Pekín. Este año Xi tiene que consolidar su posición en el partido antes del Congreso del Partido Comunista de otoño, así que se ve como una provocación. Y desde China tampoco se entiende que Biden no la pueda frenar porque allí no sucedería. Si se hubiera echado atrás, los chinos lo habrían visto como una victoria y habrían alimentado la percepción de que EEUU es débil o no va a ayudar a Taiwán a defenderse", apunta Isabel Hilton.
La cuestión es que ni Pelosi si el presidente Joe Biden han renunciado a la política de "Una sola China". Las relaciones se normalizaron en 1979. Sin embargo, EEUU apoya a Taiwán económicamente y en los últimos años se ha incrementado la venta de armamento de EEUU a Taiwán. Biden insistió la semana pasada ante Xi Jinping que el statu quo se mantiene.
Para China no es suficiente porque gestos como el de Pelosi alientan, a su entender, el independentismo. Y Xi Jinping sueña con una China reunificada como legado. Cualquiera que ponga en cuestión la soberanía territorial de China se convierte en enemigo. De ahí que estas maniobras militares serán la forma en que tiene China de dejar claro su capacidad para imponerse en caso necesario. El problema es que una movilización militar tan espectacular se sabe cómo empieza pero no cómo termina.
[Fuente: Por Ana Alonso, El Independiente, Madrid, 04ago22]
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