La impunidad y el sostenido esfuerzo de los sectores castrenses por mantener incólume su poder e influencia, son ubicables dentro de esas causas generadoras, que han provocado graves violaciones de los derechos humanos en la mayoría de los países del área a lo largo de
varias décadas, y que, pese a los cambios relativos que se han producido en el último lustro y medio, en esa materia, prolongan su vigencia nefasta hasta el presente. Por estas y otras causas que se les suman, los avances en los derechos civiles y políticos siguen siendo insuficientemente profundos y, desgraciadamente, reversibles.
Por otra parte, carcomidos por un desmedido afán de lucro de sello globalizador, grupos empresariales y políticos de la región, generalmente asociados con poderosas transnacionales, no escatiman esfuerzos en llevar basta las ultimas consecuencias los planes y procesos de ajuste económico de orientación neoliberal, sin que les importe el naufragio que esto significa en el campo de la solidaridad y el agravamiento de la situación económica, que esta política provoca en amplios sectores de la población, particularmente en los que padecen o están amenazados por el desempleo. Con ello, lo conquistado en materia de derechos económicos
y sociales, se debilita o desaparece y lo que queda, se hunde en un futuro signado por la incertidumbre.
Los temas que abordaremos en esta introducción de perspectiva regional, del presente Informe Cuatrimestral de la Situación de los Derechos Humanos en Centroamérica, retratan tales realidades.
Es una fiebre que recorre toda la geografía ístmica. Este afán privatizador no sólo refleja el cumplimiento fiel del catecismo neoliberal sino un desproporcionado e insensible propósito de ganancias de sectores económicos y políticos minoritarios, quienes han venido impulsando los procesos de ajuste en el área. Sin valorar o importarles realmente las consecuencias que traen a los países (...).
Los procesos de ajuste económico de inspiración y orientación neoliberal, que han desarrollado y desarrollan diversos gobiernos de los países centroamericanos, no sólo no han logrado las metas
económicas que se propusieron sino que han resultado devastadores para los derechos económicos y sociales de las mayorías. Ya sea porque desmantelaron conquistas, las debilitaron o impiden que se tomen en cuenta para el futuro. (...)
El progresivo desmantelamiento de los Estados, en diversos rubros, ha traído como consecuencia un debilitamiento de su rol y responsabilidad social. En este proceso, hay quienes se benefician y quienes salen perjudicados. Las cifras hasta ahora muestran que si bien ha habido un relativo y limitado crecimiento de la economía centroamericana en los últimos años, este no ha sido distribuido equitativamente. Todo lo contrario. Se ha ampliado la brecha social. Hay menos ricos con más poder económico y más pobres padeciendo una situación cada vez más difícil.
El esfuerzo privatizador ha abarcado múltiples campos de la actividad estatal. En materia de salud y educación, esta política ha servido para mejorar la situación de las minorías tradicionalmente privilegiadas y para el empeoramiento de la calidad de los servicios para la mayor parte de la población. (.....)
Actualmente, esta vorágine de privatización tiene sus baterías centradas en los rubros de servicios más rentables, que prestan los Estados a las sociedades centroamericanas. El mejorarlos desde los
Estados o buscar otras alternativas que preserven los intereses del conjunto social, es sistemáticamente rechazado.
Sólo hay un camino, argumentan los representantes y estrategas de ese esfuerzo privatizador: la iniciativa privada. No les preocupa el desempleo que generada la materialización de sus propósito, ni el encarecimiento de los servicios. Aunque utilicen como argumento que toda la sociedad saldrá beneficiada por la empresa prospera que vaticinan, la verdad es que no hay un interés efectivo en el beneficio social, sino - y casi exclusivamente- en la ganancia individual a la que aspiran. (...)
Si este proceso trajera como consecuencia, al mismo tiempo que mejora la eficiencia y la capacidad de las empresas, beneficios sociales, no importaría que el negocio redundara en ganancias para sectores privados. El problema es que hasta ahora lo único que esta claro en el horizonte, es el afán lucrativo de estos voraces sectores.
De ahí que se hayan levantado voces de rechazo y oposición a este tipo de iniciativas en todos los países centroamericanos. Ojala que tal oposición se convierta en lucha exitosa que no sólo impida que tales empresas sean privatizadas sino que mejoren sustancialmente su eficiencia y eficacia actuales.
El hecho de que los Estados no asuman, adecuada y eficazmente, el rol de garantes de la seguridad de las personas, ha posibilitado el incremento de este tipo de acciones. Las actividades que desarrollan bandas internacionales dedicadas al trasiego y venta de estupefacientes; las acciones de las bandas centroamericanas que basan su quehacer en el robo, trasiego y venta de vehículos; la organización de bandas delincuenciales en los respectivos países, que echan mano a métodos cada vez más sofisticados y armas más poderosas en sus actividades prohibidas; el secuestro de personas con fines extorsivos y la multiplicación de las pandillas juveniles, son manifestaciones del fenómeno del incremento de la violencia delincuencial, que le ha cerrado cada vez más espacios a la seguridad de la ciudadanía.
El creciente miedo al robo, al asalto, a la agresión física, al asesinato, se han convertido en una situación cotidiana y común en el paísaje urbano y, ya también, rural de nuestros países. Según datos recientes, como consecuencia de las guerras fratricidas que asolaron la región en los últimos años, actualmente en Centroamérica hay alrededor de un millón de armas sin control (las que incluyen 400 mil fusiles AK 47) en manos privadas; muchas de las cuales servirían a la actividad delictiva.
Tal capacidad de fuego de la delincuencia común, a la par de múltiples expresiones de incapacidad policial, son una amenaza permanente para la seguridad ciudadana. En algunos países esto es agravado porque hay agentes policiales que desarrollan este tipo de acciones o las encubren, protegidos por la impunidad.
Este incremento de la delincuencia tiene entre sus principales causas el agravamiento de la situación económica y social para amplios sectores, a los que los hunde en la pobreza y la miseria, la corrupción casi generalizada que alcanza a las esferas de dirección política y del sector privado, y a la inoperancia de los cuerpos policiales, responsables de la seguridad de los ciudadanos.
Empero el Comite de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), pone en duda la relevancia de la primera causa citada para subrayar la manipulación que se hace en su país, en la lucha contra la delincuencia y criminalidad con el propósito de sostener "instituciones que han ido debilitando su papel con el fin de la guerra fría". En este caso, el COFADEH se refiere a los esfuerzos que hacen las fuerzas castrenses hondureñas para sostener su imagen y perpetuar su vigencia. Por so se duda con respecto a si la ineficacia de los cuerpos policiales, no tiene un componente de intencionalidad política.(...)
Lo que se requiere en la región, no para erradicar el fenómeno de la violencia delictiva sino más bien para mejorar su combate, es impulsar, entre otras medidas, la atención de los graves problemas que afectan a los sectores más marginados de la población, la superación de la impunidad de que goza la corrupción imperante y la creación de organismos policiales, técnicamente capacitados y respetuosos de los derechos humanos de las personas.
Otro elemento que se planteó en esa rueda de prensa, era el peligro de que las instituciones militares de los dos países, alimentaran la tensión, no para hacerla desembocar en el enfrentamiento bélico, sino para sostener la situación al borde del conflicto, con el fin de recuperar la imagen y vigencia, que han perdido.
Con el propósito de aportar constructivamente en la solución de los diferendos, CODEHUCA impulso una Misión de Observación a los Territorios de los Ex-Bolsones en Honduras y El Salvador. Esa misión fue integrada por el Presidente de CODEHUCA, Factor Méndez (de nacionalidad guatemalteca), por el hondureño Leonel Casco, miembro del COFADEH y por el jurista salvadoreño Víctor Hugo Mata. Como observadores participaron dos miembros de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador, Juan Antonio Yáñez Arenivar y Rubén Flores Chavarria. La misión viajó a la zona, el 8 de diciembre pasado y desarrollo su plan de observación in situ durante una semana: El principal propósito de la visita era la verificación de las denuncias recibidas por CODEHUCA y publicadas por medios de comunicación de ambos países, en el sentido de que grupos de civiles armados, estarían hostigando y amenazando la vida y hacienda de los pobladores. (...)
La misión elaboró un informe que contiene una síntesis de resultados, una lista de los lugares visitados, un diagnostico situacional de los ex-bolsones, la lista de las personas entrevistadas y las propuestas y recomendaciones para ambos Estados. Tal informe fue entregado a ambos gobiernos. A la luz del conflicto, que se desarrollo en esa zona a partir del pasado 19 de febrero,
cuando autoridades hondureñas le impidieron el paso a 16 camiones salvadoreños, cargados de madera extraída de los bosques de Nahuaterique, las tensiones se encresparon hasta tal punto que importantes contingentes militares de los dos países, fueron apostados a ambos lados de la frontera.
A CODEHUCA le preocuparon y le preocupan, sobremanera, estos hechos, por un lado, por el grado de afectación de los pobladores de la zona y, por otro, como se dijo más arriba, por la utilidad que puedan sacar las fuerzas castrenses, al mantenerse vivo el conflicto fronterizo.
Tales pronósticos son confirmados en el Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos, elaborado por el COFADEH, en el que se indica que "la presencia militar ha disminuido, pero las
Fuerzas Armadas de ambos países se han aprovechado del conflicto para capitalizarlo en función de sus intereses. El ente armado hondureño desplegó en sus programas de proyecciones militares, una ofensiva en busca de mayor presupuesto y para tratar de concientizar a la sociedad civil de la necesidad de unas Fuerzas Armadas fuertes. Afirmaron que es mejor tener un Ejército y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo".
También señala el documento que "Trascendió que los jerarcas militares de Honduras y El Salvador se reunieron en días recientes, en forma secreta, en las paradisíacas Islas de la Bahía Caribeña de Honduras, en Roatán". ¿Qué temas trataron en este cónclave? Hasta ahora es un asunto secreto.(...)
Otro hecho que afecta los derechos humanos y la paz regional es el proceso de paz que vive en estos momentos Guatemala. Cuando culminó el proceso negociador entre el gobierno guatemalteco y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y se firmó el Acuerdo para una Paz Firme y Duradera, el pasado 29 de diciembre, en CODEHUCA celebramos el acontecimiento llenos de jubilo y con la esperanza de que el fin del conflicto armado, abriera las puertas a un proceso que desembocara en una paz efectiva.
Nunca pensamos que la simple suscripción del conjunto de acuerdos, lograra, por si misma, la consecución de la paz, a la que aspiran los guatemaltecos y aspiramos los centroamericanos, en general. (...)
Según las noticias que nos llegan de este país centroamericano, se están presentando problemas entre lo acordado y lo que se esta ejecutando. Los problemas se dan en atrasos, postergaciones y formas de ejecución. (...)
El Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Guatemala, elaborado por el Centro de Investigación, Estudio y Promoción de los Derechos Humanos (CIEPRODH), al valorar la situación de su país concluye que "aun no alcanza los niveles de respeto y vigencia que corresponden a una nación civilizada, que ha concluido un conflicto andado interno, con un costo social elevado y que ha iniciado la construcción de la paz, la conciliación nacional, el respeto al Estado de Derecho y la democracia".
El Acuerdo de Cronógrama para la Implementación, Cumplimiento y verificación de los Acuerdos de Paz, contiene los compromisos para los primeros 90 días. Estos están orientados a generar las condiciones para la ejecución de la paz, cumplir lo acordado sobre la legislación en lo económico, social y jurídico, ampliar los espacios de participación social y política, crear las comisiones que se encargaran de aplicar los contenidos de los Acuerdos, avanzar en la desmilitarización y atender las necesidades sobre los conflictos de tierra.
"En el numeral 29, el Acuerdo de Cronógrama -señala el informe del CIEPRODH- contempla "Propiciar la convocatoria de un Foro de la mujer sobre los compromisos relativos a los derechos y participación de la mujer plasmados en los Acuerdos de Paz". Este foro debió de haber sido instalado en el período que corresponde a la primera fase del acuerdo mencionado, que finalizo el 15 de abril, sin embargo, este compromiso no se cumplió debido a que la Secretaria de la Paz (SEPAZ) objetó el proceso de convocatoria".
Por otra parte, le preocupa al CIEPRODH y a otros sectores de la sociedad civil que hasta ahora no hayan iniciado sus actividades la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Violaciones a los Derechos Humanos que han Causado Sufrirmiento a la Población Guatemalteca, conocida como Comisión de la Verdad, contenida en el Acuerdo firmado en Oslo el 23 de junio de 1994 y en el que se expresa: "La Comisión se integrará, instalará y empezará a accionar a partir del día de la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera..."
La Asamblea de la Sociedad Civil (ASC), también llamó la atención sobre el cumplimiento parcial de los Acuerdos de Paz por parte del gobierno, en tanto "ha reducido en algunos casos el contenido sustantivo y en otros ha contrariado el espíritu de los mismos".
Citando a la ASC, el mismo documento del CIEPRODH, subraya: "Algunos incumplimientos se demuestran con la falta de voluntad para solucionar los conflictos de tierra, la ausencia de fondos para el inicio de las labores de la Comisión del Esclarecimiento Histórico, o la presentación de proyectos de ley al Congreso, sin consultar a los afectados, como es el caso de los Pueblos Indígenas".
La ASC planteó que la Comisión de Acompañamiento debe definir los mecanismos que garanticen leyes y propuestas que respondan al contenido de los Acuerdos. Señaló también que el problema de la población desarraigada, ha sido enfocado únicamente hacia los refugiados en México y no busca dar solución a los conflictos de los cientos de miles de desplazados internos. Por otra parte, llamó la atención sobre la participación del Ejército en los programas de seguridad. El artículo 35 del Acuerdo sobre el Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática, señala que "la misión del Ejército, queda definida como la defensa de la soberanía del país y de la integridad del territorio y no tendrá asignadas otras funciones". (...)
Como se puede apreciar por el conjunto de ideas extraídas del informe del CIEPRODH, el balance con respecto al cumplimiento gubernamental en lo acordado, no es hasta ahora positivo. Si tal tendencia se mantiene, un futuro poco halagüeño le espera a los Acuerdos de Guatemala. Esto, irremediablemente, tendría graves consecuencias para la paz y la vigencia de los derechos humanos en ese país.
Si algunos estrategas gubernamentales y castrenses, se plantearon una política negociadora basada en acordar mucho y ejecutar poco o casi nada, estarían incurriendo en un error tan grave como nefasto.
Esperamos que haya una corrección pronta; oportuna y efectiva con respecto a la aplicación de los acuerdos. En este sentido, la comunidad internacional y las organizaciones y personas que se han interesado en el porvenir del pueblo de Guatemala, deben presionar para que tales acuerdos, que son de paz y de vida, no sean convertidos en letra muerta.
A fin de cumplir tal propósito, reproducimos el comentario editorial de la edición de BRECHA/ CODEHUCA, del mes de mayo del año en curso. Helo aquí: Con gran fastuosidad fue recibido en San José, Costa Rica, el pasado 8 de mayo, el Presidente estadounidense William Clinton por sus homólogos centroamericanos, el Primer Ministro beliceño y el Presidente dominicano.
La visita y el cónclave de mandatarios aunque se desarrollo en este escenario particular, tuvo un lógico alcance regional, particularmente en lo que al área centroamericana se refiere. La principal expectativa que generó el encuentro, tanto en los sectores gobernantes como empresariales y sectores de la sociedad civil, era hasta donde podía llegar el actual inquilino de la Casa Blanca, en dos temas valorados como vitales: la apertura de un proceso negociador hacia un tratado de libre comercio, que se materializada antes del año 2005 y la flexibilización de la política estadounidense con respecto a los migrantes de la zona.
En ambos temas lo logrado estuvo muy por debajo de las expectativas regionales. La cautela de Washington marcó la pauta. Con respecto al primer tema, el Presidente Clinton respondió con la vaga promesa, hecha por quinta vez, de que enviada un proyecto al Congreso para ampliar los beneficios de la llamada Iniciativa para la Cuenca de El Caribe. En el segundo, de gran interés para Guatemala, El Salvador y Nicaragua, la respuesta fue un compromiso igualmente vago "para entablar conversaciones contínuas sobre materia migratoria con las máximas autoridades en ese campo, para encontrar soluciones humanas al problema".
En este mundo globalizado de postrimerías del siglo XX, desgraciadamente la reunión entre los gobernantes de un conjunto de pequeños países de un subcontinente, (...) con el gobernante de la más poderosa potencia planetaria, resulta tan asimétrica y desigual como el encuentro de una ballena con siete sardinas.
Consecuentemente, los resultados no podrían ser otros que un recipiente de expectativas llenas para Washington y otro casi vacío para la región. Tal realidad puede ser disimulada por los discursos y declaraciones oficiales post Cumbre, pero nunca superada verdaderamente.
El papel que Estados Unidos ha jugado en el área, ha tenido y tiene profundas raíces en la historia regional y decisivas repercusiones en diversos campos que abarcan aspectos geopolíticos, militares, políticos, económicos, sociales y culturales. (...)
Se puede concluir, consecuentemente, que la política estadounidense (de Reagan y Bush) de la década anterior, es corresponsable de graves violaciones de los derechos humanos en Centroamérica, especialmente en lo atinente a derechos civiles y políticos.
Hoy, el escenario de corresponsabilidad se ha trasladado a los derechos económicos y sociales de las mayorías centroamericanas. La política económica y comercial impuesta al mundo por las grandes potencias capitalistas, encabezadas por Estados Unidos, tiene una fundamental cuota de responsabilidad en los graves desequilibrios económicos y sociales entre el norte y el sur, y en el seno de las sociedades del sur del planeta. Las dictatoriales políticas de los organismos financieros internacionales, en los que la influencia estadounidense es incuestionable, y las fabulosas ganancias que acumulan algunas transnacionales que tienen su asiento en ese país, se traducen en mayor miseria y pobreza para las mayorías del sur, entre las que se encuentran dos tercios de la población centroamericana.
Un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) describe la tendencia mundial del neoliberalismo como una fase de polarización acelerada, en la cual la diferencia de ingresos entre los países industrializados y los llamados países en desarrollo, se triplicó entre 1960 y 1993. Se pasó de 5 mil 700 millones de dólares a 15 mil 400. (...)
Los resultados de la reciente Cumbre de San José no alientan esperanzas de un cambio cercano, que permita una relación más justa y equilibrada en las relaciones económicas y comerciales entre los países de la región y los Estados Unidos.
Lo que queda más claro de este costoso encuentro es que se nos sigue invitando a competir en el mercado mundial a un grupo de obedientes sardinas con avezadas ballenas y hambrientos tiburones.