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Pronunciamiento Publico de los Jesuitas de Honduras ante los hechos del 12/10/99


La Compañía de Jesús en Honduras, ante los hechos violentos con que culminó la manifestación de sectores campesinos, indígenas y garífunas realizada el pasado 12 de octubre, se pronuncia en los siguientes términos.

1.- Elevamos nuestra enérgica protesta ante el gobierno por la exagerada violencia con que respondió a la manifestación de varios miles de hombres y mujeres, que desde diversas regiones del país se concentraron en la capital para hacer oír sus demandas el día de la raza, o el día de los excluidos, como se le ha denominado en los últimos años. Disparar armas de fuego en dirección a los manifestantes, como dan fe testigos presenciales de alta credibilidad, por parte de la policía, es el signo extremo del desprecio del gobierno a las demandas y reclamos de las mayoría hondureñas excluidas.

2.- Damos testimonio público de que los manifestantes, en su inmensa mayoría, provienen de los sectores más pobres del país. Son campesinos de los cerros y valles de la región del Aguán, Garífunas de nuestras costas, indígenas de occidente, abandonados o engañados por las instituciones del Estado y sus políticos, mientras ven florecer las empresas de personas que cuentan con la agilidad jurídica y política para apropiarse de cualquier manera de todas las tierras que les interesan al tiempo que gozan de una especie de inmunidad ambiental para atropellar los derechos de los pobres, incluso de quitar de un tajo la vida de dirigentes populares o comunales que estorban sus intereses, bajo el amparo de la impunidad económica y jurídica.

3.- Con el desproporcionado cordón policial que impedía la circulación por varias calles de la capital, y no sólo el acceso a la Casa Presidencial, el gobierno no sólo atentó contra la Constitución, sino que expresó su voluntad y decisión por una respuesta represiva y por un desprecio al diálogo, mucho antes del desenlace de los actos de violencia.

4.- La palabra de testigos presenciales de entero crédito nos permite testificar que no es cierto que los manifestantes llegaron preparados con piedras y palos, ni que sus dirigentes los hubiesen alentado previamente al uso de la violencia. Si alguien portaba alguna arma o incitó a actos de violencia, no tenía relación alguna con el plan de los manifestantes ni con las orientaciones de sus coordinadores. La rotunda negativa a impedir el paso a los manifestantes, así como el uso desproporcionado de la violencia, fueron factores que abonaron sin duda a reacciones violentas y a la búsqueda de piedras y palos por parte de un grupo de manifestantes, pero no es cierto que la iniciativa partió de estos ni hay razones serias para equiparar el despliegue de violencia policial con la respuesta de los primeros.

5.- Exigimos que el gobierno asuma la parte de responsabilidad que le corresponde, y demandamos una investigación seria,, profunda e imparcial de los acontecimientos del 12 de octubre de manera que lleve a identificar y a deducir responsabilidades jurídicas a los funcionarios de mayor jerarquía en el dictamen de ordenes que crearon las condiciones previas e inmediatas para el desenlace violento de la manifestación.

6.- Expresamos nuestras condolencias y solidaridad a los heridos y golpeados al tiempo que exigimos que el gobierno asuma la responsabilidad de asegurar la completa recuperación y la indemnización correspondiente de las víctimas.

7.- Expresamos nuestra solidaridad y respaldo con la lucha y demandas de los campesinos, garífunas, indígenas y damnificados por las tormentas e inundaciones al tiempo que confesamos nuestra fe en que el Señor sigue llamando bienaventurados a todas las personas que hacen suya la causa de la tierra, la comida, la paz y la justicia para ser compartida por toda la humanidad.

El Progreso, Yoro, 14 de octubre de 1999

Consejo Nacional de los Jesuitas de Honduras

DDHH en Honduras

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