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¿Hasta Dónde las Alianzas?

Por Rosalinda Hernández Alarcón.

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El movimiento social tiene el reto de caminar independiente o perderse en senderos que ignoren sus postulados de transformación.

Las alianzas tan amplias, basadas en supuestas urgencias coyunturales para acumular fuerzas, corren el riesgo de perder los propósitos de cambio, y por tanto, convertirse en cómplices de intereses conservadores. En varios momentos esta disyuntiva se ha presentado claramente en Guatemala desde que Alfonso Portillo asumió la Presidencia de la República.

Édgar Gutiérrez, Pedro Palma Lau y otros más son políticos que al ampliar la dimensión de sus alianzas, bajo el supuesto de acumular fuerza contra la oligarquía y pugnar por cambios sociales, se sumergieron en un proyecto que dirige un genocida cuyo partido ampara el actual gobierno antidemocrático, corrupto, ineficiente y con fuerte incidencia militar.

Meses atrás, políticos defensores de cambios sociales con el argumento de hacer un frente común de mayor envergadura para desaforar al caudillo del partido gobernante, como diputado y Presidente del Congreso de la República, entablaron alianzas con sectores de poder económico y militar ajenos a los intereses populares. Esa experiencia poca fortaleza aportó al movimiento social que aboga por el acceso a recursos, respeto a las leyes laborales y pago de impuestos equitativo, sólo por mencionar unas demandas.

De nueva cuenta, ante el rechazo de que el ex dictador y asesino Efraín Ríos Montt figure como candidato a Presidente, se está conformando un frente amplio, supuestamente cívico, en el que la correlación de fuerzas está a favor de una oligarquía y empresarios, quienes constituyen una opción electoral.

Son políticos que intentan gobernar Guatemala como si fuera una finca de su propiedad, tal como lo hizo Arzú en su tiempo. Esos políticos, desfigurados como partido pero identificados como proyecto derechista, que en su trayectoria ningún compromiso han demostrado hacia las demandas de las mujeres y hombres oprimidos y discriminados.

Este "frente cívico" que se esta formando con el fin de impedir que repita un gobierno del FRG a toda costa, al mismo tiempo puede contribuir a que sectores con poder económico, ahora con antifaz de democráticos, ganen las próximas elecciones. El supuesto de que eso es mejor, incluso renunciando a una visión de cambio, tiene que considerar hasta dónde es conveniente ampliar hoy los límites de las alianzas, en un país donde la injusticia social y la impunidad avasallan todo, donde además un movimiento social independiente se está gestando.

[Fuente: El Periódico, Rosalinda Hernández Alarcón, Guatemala 02ago03]

Este documento ha sido publicado el 07ago03 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights