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26feb07
Asesinan a los cuatro policías acusados de la muerte de diputados
Las policías de Guatemala y El Salvador confirmaron anoche el asesinato de los cuatro agentes acusados de la muerte de tres diputados salvadoreños al Parlamento Centroamericano y su chofer. Los policías fueron asesinados ayer por la tarde en el penal de máxima seguridad El Boquerón, ubicado en Culiapa, Santa Rosa, a 66 kilómetros de la capital guatemalteca.
El jefe de la investigación criminal (DINC) de la Policía de Guatemala, Víctor Soto, confirmó a las nueve de la noche la muerte de Marvin Langen Escobar Méndez, de 31 años; Luis Arturo Herrera López, 39; José Korki Estuardo López Arreaga, 29, y José Adolfo Gutiérrez, 37, todos miembros de la DINC. A esa misma hora en El Salvador el director de la Policía salvadoreña, Rodrigo Ávila, confirmaba lo mismo.
Los policías, capturados la mañana del jueves 23 de febrero, estaban acusados del asesinato de los diputados Eduardo D’Aubuisson, William Pichinte, Ramón González y del conductor Gerardo Ramírez, secuestrados y muertos el pasado lunes 19 de febrero en una finca a 35 kilómetros de Ciudad de Guatemala.
Tres policías más están acusados del crimen y actualmente están prófugos: Marvin Roberto Contreras, Geiner Barillas Recinos y otro, cuyo nombre no se ha dado a conocer.
Al cierre de esta nota no había una versión oficial sobre lo sucedido. A las doce y media de la noche, el director de comunicaciones del ministerio de Gobernación de Guatemala, Félix Colindres, informó vía telefónica que las autoridades darían una conferencia de prensa la mañana de lunes. Antes, sin embargo, el ministro de Gobernación, Carlos Vielmann, dijo a El Periódico que los asesinos de los policías "eran de adentro", en referencia a los cerca de 300 pandilleros de la Mara Salvatrucha que guardan prisión en el Boquerón.
La portavoz de la Policía guatemalteca, María José Fernández, aseguró que el narcotráfico está detrás de estos homicidios, algo que dos días antes había asegurado el mismo presidente Oscar Berger en relación al asesinato de los diputados.
"Está confirmado, los mataron a los cuatro, no sabemos cómo, pero seguro es que detrás de esto está el narcotráfico, porque quién más va a pagar por una cosa así", dijo Fernández a la agencia AP.
A las siete y media de la noche, el vocero del sistema penitenciario guatemalteco, Nery Morales, había negado rotundamente que hubiera ocurrido el asesinato de los cuatro policías. Se presume, además, que un custodio pudo haber muerto en el hecho.
Según las primeras versiones, los policías fueron degollados y luego rematados a tiros. Varios testigos, familiares de los reos que se encontraban en el Boquerón, aseguran que escucharon disparos.
El Periódico tuvo acceso a un vídeo de la cadena Televisa en el que se observan los cuerpos de los agentes, y narra que la filmación, de aproximadamente 10 minutos, muestra imágenes de los cuatro agentes tendidos en el suelo de la celda donde fueron ejecutados. "Se presume que existió una pugna entre los policías y sus ejecutores, pues en el vídeo se ve una habitación en caos, con el mobiliario desordenado y piezas rotas. Sin embargo, esta escena también pudo ser fabricada para causar esa impresión después de que se produjeran los asesinatos", dice la nota.
"Los agentes ejecutados se encontraban ubicados en el sector de mujeres de la cárcel. Las imágenes muestran una escena en la que aparece uno de ellos ejecutado, boca a bajo y con el torso descubierto, golpeado y lleno de moretes, con un disparo de bala que le ingresó por la espalda, a la altura del omóplato. El cuerpo se encuentra vestido sólo con un pantalón de lona.
"Los otros tres cuerpos también permanecían tirados en el suelo, dos parecen haber sido degollados y se observa partes del piso de la habitación cubiertas de sangre".
Un Bombero Voluntario dijo a ese mismo medio que al filo de las 17:30 horas fueron advertidos sobre una balacera adentro de El Boquerón y la posibilidad de que existieran muertos. Se presentaron en el lugar, pero en la puerta, los guardias de seguridad les aseguraron que "no había pasado nada", que se trataba de pequeños disturbios.
En El Salvador, el gabinete de seguridad se reunió durante toda la noche para dar seguimiento al caso. Porfirio Chicas, asesor del ministro de Seguridad, dijo que no tenían detalles de cómo murieron los cuatro implicados en la muerte de los diputados, pero que tienen información que fue un comando armado externo al penal: "Un comando, no se sabe si eran policías. Llegaron con armamento. También sabemos que hubo un amotinamiento antes", dijo Chicas.
La reunión del gabinete terminó cerca de las diez de la noche, y no hay una versión oficial de las autoridades.
La versión de Chicas coincide con la de algunos familiares que llegaron por la tarde a El Boquerón a visitar a los reos. A las tres de la tarde, las autoridades del centro penitenciario suspendieron la hora de visita argumentando una requisa, dijeron a varias radios locales familiares de los reos.
Un testigo dijo a una radio Sonora: "Eran las 3 y 40. De un carro doble, siete o seis se empezaron a poner máscara en la cara, también guantes. Es gente de la policía porque andaban botas del ejército o la policía. Yo estaba cuando empezaron a sacar a la gente. Entraron, iba un gordo algo alto, llevaban armas largas. El carro que los llevó se quedó algo lejos".
Los testigos aseguran que luego de que los sacaron de la prisión la luz fue cortada en el centro. Posteriormente, sostienen, el comando especial entró al lugar.
Un familiar de los policías asesinados también dio su testimonio a radio Sonora: "Hay altas esferas del gobierno involucradas en este caso. Mi familiar ya tenía su teoría. El jefe de investigadores iba de particular. Ya nosotros sabíamos que algo así iba a pasar. Son órdenes de arriba. Yo estaba de visita y nos trasladaron", dijo.
Tras la muerte de los policías, los presos se amotinaron y secuestraron al alcaide del Boquerón, Vladimiro Russo, y a cuatro custodios, para evitar que la policía entrara después adjudicándoles el crimen. Los presos pidieron que los medios de comunicación entraran al penal para comprobar que ellos no habían matado a los policías. Al cierre de esta nota, las autoridades seguían negociando con los presos y los medios continuaban esperando poder ingresar en la puerta principal de la cárcel.
La noticia de la muerte de los cuatro policías llega un día después del anuncio del presidente Berger de depurar a la PNC guatemalteca. La PNC, según su director, Erwin Sperisen, "está plagada de males, porque existen más de dos mil agentes que están vinculados a bandas de secuestradores, tráfico de drogas, robo de vehículos, la corrupción y extorsiones".
Una fuente policial de El Salvador informó que dentro de la investigación a seguir en el país está la bitácora de llamadas de los teléfonos de los involucrados. Según indicó la fuente, se tiene indicios de que hay salvadoreños involucrados.
Una muerte anunciada
Desde la captura de los acusados de asesinar a los diputados, realizada el pasado jueves, éstos hicieron públicos sus temores de terminar justamente como terminaron el domingo. Sus declaraciones iniciales a la policía, en las cuales afirmaron haber sido contratados para ejecutar el cuádruple homicidio, no fueron repetidas ante el juez, por temor a sufrir represalias. "Si hablo me matan", dijo uno de los acusados.
El director de la Policía Nacional Civil, Rodrigo Ávila, narró que durante su captura dos de ellos intentaron suicidarse. "El director de la policía (de Guatemala) ordenó una reconcentración del personal de las unidades de investigación y se reconcentró un personal de manera especial donde nunca se había hecho antes, en el ministerio de Gobernación. Hubo un intento de amotinamiento, los sujetos estaban ahí con otros miembros de la institución y cuando se percataron de la presencia de nosotros los salvadoreños en ese edificio intentaron abrirse paso a tiros, no hubo desgracias que lamentar", dijo Ávila el viernes en Canal 33.
"Intentaron suicidarse, dos de los capturados intentaron lanzarse desde el tercer piso y los detuvieron. Ellos sabían que estaban fritos, ya las pruebas eran contundentes en ese momento. Uno de ellos dijo que aquí ya ellos no tenían ninguna salvación y que mejor se suicidaban, y qué bueno que no lo lograron porque si no… ¿qué hubieran dicho?" agregó el jefe policial.
Según las primeras declaraciones de los agentes hoy muertos, brindadas a sus captores el jueves pasado, se formó una unidad de policías para mantener una minuciosa vigilancia sobre los movimientos de los diputados. El Periódico publica que los agentes sabían de la llegada al país de los parlamentarios y estaban enterados de su desplazamiento. Los vigilaron desde que cruzaron la frontera. "A ellos los contactaron para realizar ese trabajo desde semanas atrás, y fue a través de un policía raso que sirvió de intermediario", dice el rotativo.
[Fuente: El Faro, San Salvador, 26feb07]
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