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11jul13
Asensio Mosbah 'entrega' el Grupo Zeta a la banca por cinco años más de vida
Cinco años más de vida. Cuando las segundas o terceras rondas de refinanciación se complican para las entidades financieras ante las exigencias de Economía, el Grupo Zeta ha conseguido aplazar hasta 2018 el pago de sus 100 millones de euros de deuda. Este logro tiene aún más mérito si se tiene en cuenta que Antonio Asensio Mosbah, hijo y heredero del empresario fundador Antonio Asensio, ha renunciado a comprometer más patrimonio familiar para salvar a la compañía, según fuentes próximas a la familia.
Según informó ayer el grupo catalán, la totalidad de las diecisiete entidades financieras con las que Grupo Zeta mantenía compromisos crediticios se adhirieron "sin ninguna reserva" al acuerdo de refinanciación. Al frente de este grupo figura La Caixa, que ya en 2008 encabezó el sindicado de 230 millones de euros que se habilitó a la compañía de Asensio Mosbah para afrontar su actividad con garantías tras la frustrada operación de venta que intentó formalizar con el empresario siderúrgico extremeño Alfonso Gallardo.
Hasta última hora, los bancos acreedores han trabajado sobre dos escenarios: refinanciar o capitalizar deuda, un dilema muy similar al que se enfrenta Prisa, el gran grupo de medios de comunicación inmerso en la enésima refinanciación de sus 3.000 millones de deuda. Y como ha ocurrido con los Polanco, en el caso de Zeta el heredero de Antonio Asensio, aconsejado por su entorno, se ha negado a aportar nuevas garantías personales después de haber comprometido y perdido ya con el primer salvavidas crediticio.
Durante estos cinco años, Zeta ha tenido que cumplir con las severas condiciones "adquiridas en la refinanciación de la deuda" conseguida en 2008. Para ello, el grupo ha tenido que afrontar la venta o cierre de activos, como ha hecho con el negocio de plantas de impresión (Gráficas de Prensa Diaria) o con el histórico inmueble de la sede corporativa en Madrid (O'Donell), además de drásticos ajustes salariales y de plantilla, como ha ocurrido en gran parte de sus cabeceras (Interviú, Tiempo, El Periódico, Sport…).
Para asegurarse de la ejecución de este plan, Caixabank apadrinó la llegada del financiero Juan Llopart como primer ejecutivo del grupo. Su papel como hombre de confianza de Isidro Fainé, presidente del banco catalán, ha sido determinante para llevar a cabo la tarea encomendada (reducción de la deuda a la mitad y pasar de pérdidas operativas a beneficios de explotación), que a su vez no se ha visto alterada por su imputación en el caso Bankia, de la que fue consejero durante el periodo de salida a bolsa.
[Fuente: Por Carlos Hernanz, El Confidencial, Madrid, 11jul13]
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