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15oct15
Bruselas dispuesta a dar 3.000 millones al Gobierno turco para que frene el flujo de refugiados
Para abordar la crisis de refugiados en Europa hay tres enfoques principales. El primero, que consiste en acoger en territorio europeo a la mayor cantidad posible de demandantes de asilo, se discutió en mayo, en julio y el mes pasado y se cerró, temporalmente, con una cifra: 160.000 personas. La segunda variable es hacer todo lo posible para lograr una transición política en Siria y frenar la guerra. Y de eso hablaron los ministros de Exteriores el lunes en Luxemburgo, aunque parece complicado que de resultados a corto plazo. El tercer pilar consiste en lograr la cooperación de Turquía para evitar que cada día más de 5.000 personas crucen el mar para pisar las islas griegas.
Las dos primeras opciones ayudan a los refugiados. La tercera, a los líderes políticos que no saben cómo lidiar con una situación que los desborda y que ha puesto en peligro Schengen, la libre circulación de personas y la eliminación de fronteras. Y por eso los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, en una Cumbre en Bruselas, han discutido ésta situación hoy, con una respuesta consistente en un pacto económico con Ankara para que el país, que tiene ya dos millones de huidos de la guerra, frene las salidas irregulares.
El borrador que negocian la UE y Turquía, y que la semana pasada recibió un respaldo con la visita a Bruselas de Recep Tayyip Erdogan, está cerrado y maneja cifras mucho más altas de lo esperado: hasta 3.000 millones de euros de fondos comunitarios, o directamente de los Estados Miembros, para sufragar los gastos de manutención de los refugiados en suelo turco.
"Hemos acordado esta noche el contenido exacto del Plan de Acción negociado por la Comisión", ha señalado el presidente Jean-Claude Juncker. No hay cifras exactas acordadas, ni de dónde saldrán los recursos, pero el respaldo abierto y público de la canciller alemana, Angela Merkel, hace factible la cantidad. "Los 3.000 millones de euros han jugado un rol"; ha admitido Merkel, quien ha venido a decir que la cantidad es razonable, puesto que "Turquía ha gastado ya 7.000 millones y sólo ha recibido 1.000 millones". "Así estarán más cerca de su hogar", ha insistido la canciller al explicar las ventajas de que los refugiados permanezcan en Turquía en lugar de cruzar el mar.
Pero hay más. Ankara, que tiene elecciones pronto y acaba de sufrir un devastador atentado, lograría con ese pacto, que está siendo perfilado por parte de la Comisión por el vicepresidente Hans Timmermans, y el comisario Johannes Hahn -ambos han viajado hoy a Ankara- dos de las principales reivindicaciones políticas turcas. Por un lado, la flexibilidad de visados para sus ciudadanos, si bien Erdogan quiere que estos desaparezcan del todo. En segundo lugar, la apertura de hasta cinco cláusulas de la negociación del posible tratado de adhesión a la UE, que están paralizadas. Y el tercero, muchos se temen, es el silencio ante la deriva autoritaria del Gobierno.
La necesidad de "trabajar deprisa para adoptar un Plan de Acción con Turquía como parte de una agenda comprehensiva" está recogida en el segundo punto de la última versión de las conclusiones consensuadas por los líderes. La canciller alemana, Angela Merkel, visitará además Turquía el próximo domingo.
Según fuentes diplomáticas, el dinero no es problema. Los países están dispuestos a desembolsar para solucionar, al menos temporalmente, la crisis. Ahora que llega el invierno, el flujo de llegadas será mucho menor, por mar y por tierra. Y creen que compensar ese desembolso y los sirios, afganos y eritreos se quedan en Turquía mientras se establecen los llamados hotspots y se perfila una estrategia de protección de las fronteras exteriores.
El proceso ahora será un intercambio gradual ."Quid pro quo", en palabras de Merkel. "Es más por más. Vosotros nos ayudáis, nosotros os ayudamos", sintentizaba Tusk ante la prensa. Un paso a paso, de dinero y en la "aceleración de visados. Eso no quiere decir que vayamos a relajar los criterios, no habrá unos diferentes", se justificaba Juncker en la rueda de prensa.
"Cauto optimismo", es la expresión que ha escogido Tusk para referirse a las conclusiones de este Consejo Europeo, tras más de ocho horas de discusión y el reconocimiento de que el mecanismo permanente de relocalización ed refugiados debe quedar para el futuro. "Si no encontramos soluciones humanas para estos problemas otros encontrarán soluciones inhumanas", ha admitido.
[Fuente: Por Pablo R. Suanzes, El Mundo, Madrid, 15oct15]
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