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29ago11
Rubalcaba se enfrenta a los 'indignados' del PSOE para abortar el referéndum
Esta vez los indignados no sólo están en la Puerta del Sol: también se han colado en la sede del PSOE en Ferraz y en el Grupo Parlamentario Socialista del Congreso. Alfredo Pérez Rubalcaba, que trató con guante de seda a los activistas del Movimiento 15-M acampados en el corazón de Madrid siendo ministro de Interior, deberá emplearse hoy a fondo para desalojar a los numerosos dirigentes y diputados socialistas atrincherados en su rechazo a la reforma exprés de la Constitución, que amenazan con forzar la convocatoria de un referéndum para que los ciudadanos validen o tumben el proyecto en las urnas.
La rebelión interna en las filas socialistas contra la revisión constitucional para atajar el déficit no se ha sofocado, como pretendía Rubalcaba, tras hacerse pública la letra pequeña del pacto suscrito por sorpresa, con nocturnidad y contrarreloj entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Más de una docena de dirigentes del partido, barones territoriales y diputados han expresado ya en público -y muchos más en privado- su firme oposición a un pacto sin luz ni taquígrafos que no comparten ni en la forma ni en el fondo, y que consideran un nuevo sacrificio de los principios socialdemócratas para aplacar a los mercados.
Para tratar de contener la marea de descontento y persuadir a los rebeldes de las supuestas bondades de una reforma en la que ni él mismo creía hasta hace apenas una semana, el candidato socialista tiene hoy por delante una maratoniana jornada que comenzará a las 10 de la mañana y concluirá bien entrada la noche. Y no parece que vaya a ser un paseo militar para Rubalcaba.
El ex vicepresidente del Gobierno se reunirá primero con la Ejecutiva del PSOE bajo la presidencia de Zapatero, todavía secretario general del partido. De ese órgano de dirección forman parte, entre otros, el ex ministro Juan Fernando López Aguilar, muy distanciado de Rubalcaba y que no ha ocultado su "perplejidad" ante una reforma planteada "sin debate ni anuncio previo"; y el portavoz del PSC, Miquel Iceta, cuyo partido, muy poco entusiasta con el proyecto, decidirá hoy mismo el sentido del voto de sus 25 diputados en el Congreso.
A media tarde, Rubalcaba ha convocado, también en Ferraz, a todos los barones regionales del partido. A la cita acudirán Tomás Gómez, que ha advertido que "no se puede supeditar el Estado de Bienestar al objetivo del déficit", y que defiende la "libertad interna" para discrepar del cambio en la Carta Magna; el extremeño Guillermo Fernández Vara, que será "el primero" en oponerse al proyecto si no se explica "qué razón impide someter la reforma constitucional a referéndum"; o el lehendakari, Patxi López, para quien la revisión de la ley fundamental "no puede ser un corsé que impida, en tiempos de crisis, hacer política anticrisis o tener los recursos suficientes para sostener el Estado de Bienestar o las políticas sociales".
"Sin justificación ni explicación"
Pero donde el candidato a La Moncloa va a tener que echar el resto es en la reunión, a última hora de la tarde en el Congreso, con el Grupo Parlamentario Socialista: ahí reside el mayor foco de indignados por la reforma constitucional. El diputado gallego Xavier Carro resume en su blog algunas de las razones de un malestar muy extendido en la bancada socialista: "Las formas son importantes, y una reforma constitucional necesita un procedimiento serio y no exprés. Me indigna especialmente, como diputado del PSOE, que el anuncio se produjese sin aviso previo de ningún tipo, sin debate en el Grupo Parlamentario y sin que recibiéramos justificación o explicación alguna por parte del Gobierno".
El diputado José Antonio Pérez Tapias, miembro de la corriente crítica Izquierda Socialista, tampoco se muerde la lengua en su blog personal: "A los inconvenientes de introducir un límite de déficit en la Constitución se añade la desafortunada manera en que se ha planteado su reforma: sin discusión suficiente, con inexplicable urgencia y con una falta de seriedad respecto a lo que suponen las reformas constitucionales que produce perplejidad, cuando no rechazo, en la ciudadanía. Acometer una reforma de la Constitución tal como inicialmente se ha propuesto, por exigencias de los mercados, es consagrar la impotencia de la política".
Pero son muchos más los que, también en público, han expresado su consternación, cuando no su abierto rechazo, hacia una reforma constitucional de gran calado que se pretende colar sin consultar a los ciudadanos en un referéndum: los diputados Sixte Moral, Meritxell Cabezón o Lourdes Muñoz, del PSC; Juan Antonio Barrio de Penagos y Manuel de la Rocha, de Izquierda Socialista; el madrileño Juan Julián Elola; la aragonesa Yolanda Casaus; la andaluza Carmen Hermosín o el diputado por Madrid y ex secretario general de CCOO Antonio Gutiérrez, que ha asegurado que esta reforma va a suponer "el suicidio político del PSOE".
¿Logrará Rubalcaba convencer a tantos críticos para que respalden el proyecto de ley de reforma de la Constitución, que se votará el próximo viernes en el Congreso? Y sobre todo: ¿será capaz el candidato socialista de evitar que 35 diputados -el 10% de la Cámara Baja- fuercen posteriormente la convocatoria de un referéndum? Si los 29 diputados que no pertenecen al PSOE ni al PP lo exigen, sólo serían necesarias seis firmas más para que se celebre una consulta popular, tal y como recoge la propia Carta Magna. Y los indignados en las filas del PSOE superan con creces la media docena.
[Fuente: Por José L. Lobo, El Confidencial, Madrid, 29ago11]
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