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08ene13
El Gobierno trató de colocar a Rato en Endesa tras su abrupta salida de Bankia
Pese a la polémica surgida, Telefónica ha sido un segundo plato para Rodrigo Rato. El expresidente de Bankia ha sido nombrado miembro del consejo asesor de la operadora en Europa y Latinoamérica una vez que Endesa rechazó su designación como consejero del órgano de gobierno de la eléctrica. Su fichaje, finalmente frustrado por la imputación tras la quiebra del banco, fue a petición de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
La solicitud de la vicepresidenta del Gobierno se formuló el martes 29 de mayo del pasado año, en la cena que el lobby conocido como Puente Aéreo llevó a cabo en la sede de Endesa. Sáenz de Santamaría aprovechó esa reunión de las mayores empresas de Madrid y Barcelona para trasladarle a Borja Prado, presidente del grupo energético, la necesidad de recolocar a Rato tras su abrupta salida de Bankia.
El que fuera ministro y vicepresidente de Economía del PP entre 1996 y 2004 fue destituido como presidente del grupo financiero el 7 de mayo, después de que Luis de Guindos fuese advertido del agujero patrimonial que tenía la entidad. Cuatro días más tarde, María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, salió en su defensa al indicar que "asumió la gestión de Bankia en un momento muy complicado. Ahora se le ha pedido que haga un esfuerzo de dejar el testigo después de una gestión muy importante. No tengo más que elogiar la figura de Rodrigo Rato".
No fue la única. Por su parte, el portavoz del PP en la comisión de Economía del Congreso, Vicente Martínez Pujalte, un conocido ratista, acusó al Banco de España de "obligar" al expresidente de Bankia a hacerse cargo de Bancaja con datos que "a lo mejor no eran exactos" y sin ningún tipo de esquema "de protección de activos". Por último, el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, también defendió a Rato, "de verdad, lo ha intentado"--, y acusó al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, como el verdadero culpable.
Para intentar restituir la reputación de Rato, Sáenz de Santamaría solicitó a Borja Prado que le diera cobijo en Endesa. El banquero de inversión tomó el guante, lo debatió en el Consejo de mayo del pasado año con sus consejeros y trasladó a Enel, la matriz italiana de Endesa, la propuesta del Gobierno de Mariano Rajoy. Roma dio su visto bueno al considerar que con ese quiño al ejecutivo del PP se podía ganar el favor en la nueva regulación que el ministro de Industria, José Manuel Soria, estaba preparando.
Un buen sueldo
Con la autorización de Enel, Prado pactó ejecutar la designación de Rato en la reunión del Consejo que Endesa celebró a finales de junio, tal y como había pactado con la vicepresidenta del Ejecutivo. Sin embargo, la presentación de la querella de UPyD contra todos los consejeros de Bankia en la Audiencia Nacional el 11 de junio alteró los planes. Prado sondeó con fuentes jurídicas si la demanda tenía visos de progresar para saber la idoneidad de contratar al exministro de Economía.
El presidente de Endesa supo que la Audiencia admitiría a trámite la querella (finalmente lo hizo el 4 de julio) antes de la celebración del Consejo de finales de junio, motivo por el cual paralizó su nombramiento. Ante el escándalo que se avecinaba, Prado pidió tiempo al Gobierno para proceder a la incorporación de Rato, cuyo puesto fue ocupado por Salvador Montejo.
Para Rato era una forma magnífica de limpiar su nombre y de recuperar su estatus, tanto en el plano institucional como económico. En primer lugar, porque podría seguir disfrutando de los parabienes habituales de un Consejo de Administración de una de las grandes empresas del Ibex 35 (coche oficial, secretaria, viajes, etc…). Y en segundo lugar, por los cerca de 400.000 euros que habría percibido. Los mismos que cobraba Luis de Guindos, exconsejero de Endesa hasta diciembre de 2011, que también intermedió gracias a su buena relación con Prado.
El Gobierno intentó tras el verano retomar los trámites para que Endesa nombrase a Rato, pero el ruido mediático por la nacionalización de Bankia y los posibles delitos financieros cometidos por el Consejo hicieron que Prado desoyera la nueva solicitud de Sáenz de Santamaría. Las consecuencias de la reforma eléctrica son conocidas: a Endesa le tocará pagar 600 millones más en impuestos.
Fuentes oficiales de Endesa han negado que su Consejo debatiera el fichaje de Rato, que en su día también sonó para incorporarse a Repsol e incluso a Orange.
[Fuente: Por Agustín Marco, El Confidencial, Madrid, 08ene13]
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