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01feb07
Cebrián, Polanco jr. y Moraleda almuerzan en Jockey para iniciar el 'proceso de paz' entre Prisa y Moncloa
El restaurante Jockey, en el madrileño barrio de Chamberí, fue ayer testigo de un almuerzo protagonizado por tres comensales de excepción: Juan Luis Cebrián, consejero delegado de Prisa, Ignacio Polanco, heredero de este imperio mediático (si Cebrián no se lo impide), y Fernando Moraleda, secretario de estado de Comunicación y, en este caso, ‘casco azul’ en misión de paz.
Como ha venido publicando este diario (ver noticia), la política antiterrorista de este Gobierno ha dejado en evidencia la falla que separa al PSOE de Zapatero de la Prisa de Cebrián. El artículo del consejero delegado de este grupo de comunicación, criticando abiertamente al presidente, fue una declaración de guerra en toda regla. Moncloa no esperaba una loa por parte del de Prisa, pero tampoco un escrito que Jiménez Losantos hubiera podido suscribir.
Esta misma semana El Confidencial narraba con todo lujo de detalles el contraataque de Zapatero al académico (ver noticia). El presidente ejecutó su venganza personal reprochándole a Cebrián: “No has entendido lo que es la democracia”. Un golpe bajo de Zapatero teniendo en cuenta a la sombra de quién y de qué dictadura emergió profesionalmente Cebrián.
Pues bien, el almuerzo de ayer sirvió para tratar de reconstruir puentes. Claro que habrá que ver si lo que allí se firmó fue una tregua, un alto el fuego permanente, un ‘proceso de paz’ o una declaración de ‘guerra fría’ en la línea de “mejor no sacar el ‘armamento atómico’ para evitar una destrucción mutua asegurada”.
Según testigos oculares del encuentro, ni tenedores ni cuchillos se utilizaron como arma arrojadiza, aunque tampoco se fumó de postre la pipa de la paz. Eso sí, el enviado especial de La Moncloa en misión de paz no debió estar muy convencido de los resultados. “Moraleda salió con cara de que le habían zurrado”, se comentó por lo bajo en el restaurante cuando los comensales abandonaron el local.
Por cierto, que de paso Cebrián aprovechó el encuentro para darle ‘vidilla social’ a Ignacio Polanco, su nuevo jefe. Los que conocen al hijo del ‘fundador’ afirman que es una persona tímida y muy discreta. No hay problema, el académico tiene muchos ‘amigos’ a los que presentarle. ¿Intercambiarían móviles Ignacio y Moraleda?
[Fuente: El Confidencial, Madrid, Esp, 01feb07]
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