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18ene21


Moncloa permite a Iglesias atacar a la Monarquía para que aguante en los sondeos


El líder de Podemos, Pablo Iglesias, insiste en su plan de atacar a la Monarquía para diferenciarse del PSOE. Quiere ofrecer a su electorado un argumento para que se mantenga fiel, aunque de puertas adentro los altos cargos de Podemos saben que su ofensiva es más una declaración de intenciones que una aspiración política realista. En la Moncloa, donde se halla el cuartel general de Pedro Sánchez, dudan de que sea rentable ese ataque electoralmente, y se muestran preocupados por la caída de Unidas Podemos en los sondeos.

Todos los movimientos parlamentarios y mediáticos de Podemos contra el Rey Juan Carlos I y la Monarquía tienen el visto bueno del gabinete de Sánchez. Fuentes de Podemos aseguran que el acuerdo lo sellaron el propio Iglesias y el presidente socialista al comienzo de la coalición. En el Congreso, miembros de Podemos explican incluso que la comisión de investigación sobre el rey emérito se activó de acuerdo con los socialistas, aun sabiendo que existía una diferencia de postura.

A lo largo de esta semana, Podemos se ha enfrentado a algunos ministros socialistas, como la responsable de Defensa, Margarita Robles, quien ha acusado a Iglesias de "cuestionar las instituciones". La secretaria de Estado de Derechos Sociales y dirigente de Podemos Ione Belarra se ha enzarzado con la ministra, generando otra polémica pública, que, sin embargo, el equipo de Sánchez quiere tolerar para dar a Podemos cierto margen de autonomía en su discurso y evitar un desplome de su marca.

Adiós al bipartidismo

La reflexión política que hacen en la Moncloa es que Podemos no es una fuerza política que el PSOE pueda canibalizar. Su electorado es muy fiel, y la vuelta al bipartidismo es imposible de alcanzar. En Ferraz no todos opinan lo mismo, aunque de momento Sánchez se decanta por mantener vivo Podemos tras detectar la imposibilidad de llegar a pactos con el PP.

No obstante, las fuentes consultadas reconocen que si Podemos acaba en niveles como los de IU, es decir, alrededor de diez o 15 diputados (actualmente Unidas Podemos tiene 35), la suma con el PSOE ya no será rentable. El equipo de Sánchez prefiere evitar esa posibilidad, porque acabaría debilitando a toda la estructura de su Gobierno. Al menos en el corto plazo.

Por ello Sánchez y sus dirigentes han decidido ser permisivos con Iglesias en algunas reivindicaciones. Por ejemplo, en la forma de Estado entre Monarquía o República, conscientes de que el asunto es sobre todo simbólico y que de esta forma Iglesias puede intentar frenar la sangría de sus votantes. El propio Iván Redondo, principal estratega de Sánchez, quiere evitar los choques "como método", explican fuentes gubernamentales consultadas por este diario.

Paciencia ministerial

Otra cosa son los ataques a los ministros socialistas. En este caso Sánchez apuesta por la paciencia, aunque ya varios ministros se han quejado personalmente al presidente tras sufrir la crítica de los morados. Sin embargo, en la Moncloa quieren que estos encontronazos también formen parte de un guion que, al menos de momento, el presidente no quiere modificar.

Con respecto a la posición de Podemos, los morados aseguran que su presencia en el Ejecutivo está blindada. Pero admiten que hay dos partidos y que ambos se miran de reojo. "Existen discrepancias y son legítimas", sostienen. Podemos intenta rentabilizar esas discrepancias, lo que revela que la relación entre Iglesias y Sánchez no es idílica.

Iglesias montó en cólera cuando supo en verano que Sánchez negociaba a escondidas con Ciudadanos los presupuestos. Protestó duramente cuando no fue informado de la salida del rey emérito hacia Abu Dhabi. Y en la Moncloa no sentó nada bien la perseverancia de Iglesias en buscar el respaldo de Bildu y ERC a los presupuestos. Ese giro a la izquierda todavía duele entre los asesores de Sánchez que, como desveló este diario, muestran cierta preocupación ante algunas decisiones del presidente.

¿Quién controla a quién?

Una de las claves para el futuro se encuentra en las elecciones catalanas. Tanto en Moncloa como en Podemos las fuentes consultadas hablan de "encrucijada" y "un antes y después". Consideran que los equilibrios en el Consejo de Ministros se van a modificar con la campaña de vacunación, como ha ido desvelando este diario, y que los socialistas no descartan un plan que pase por encorsetar a Iglesias y adelantar los comicios generales si la recuperación económica lo permite.

Para ambos actores, en definitiva, se trata de medir las correlaciones de fuerzas. El PSOE tiene 120 diputados, y con la oposición férrea del PP solo puede seguir gobernando apoyándose en Podemos y los nacionalistas. Pero esta deriva preocupa a Sánchez. "Aquí hay una correlación en la que el PSOE sin Podemos no es nada, y Podemos fuera del gobierno tampoco lo es", reflexionan en las filas moradas. En la Moncloa hacen casi la misma lectura, aunque creen tener la sartén por el mango.

[Fuente: Por Luca Costantini, Vozpópuli, Madrid, 18ene20]

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