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10may09
Juanes es partidario de poner límites a la jurisdicción universal
Ángel Juanes acaba de aterrizar como presidente de la Audiencia Nacional, y por eso se muestra reacio a profundizar en las causas de algunos de los males que aquejan a este tribunal. Sin embargo, la prudencia que demuestra ante cada problema, acompañada de su aquilatada experiencia profesional -es la primera vez que un magistrado del Supremo asume este cargo, de rango orgánico inferior- le convierte de entrada en una persona adecuada para hacerse con las riendas de un tribunal desbocado por el afán de protagonismo de unos cuantos jueces estrella.
Consecuencia directa de la ponderación de Juanes es su posición respecto al principio de jurisdicción universal, «una conquista que debe mantenerse», pero combinada con el principio de «no injerencia en los asuntos ajenos». Se declara partidario de reformar la ley, si el Constitucional no cambia su doctrina, para que triunfe el criterio del Supremo y los tribunales españoles juzguen sólo aquellos casos en los que exista conexión concreta con los intereses nacionales. Es sin duda un jarro de agua fría para los propósitos expansionistas que ya han demostrado Andreu, Garzón o Pedraz, inmersos en procesos sobre China, Israel o Guantánamo.
La decisión de imprimir mayor transparencia en las normas de reparto de los casos y la de no conceder permisos para conferencias a quienes no tengan sus Juzgados al día deberían también poner un poco de orden en los reinos de taifas de la Audiencia.
Sólo hay un elemento polémico en esta entrevista, la primera que concede desde que accedió al cargo, y es su afirmación de que «en la ley hay margen para aplicar beneficios a etarras» en el caso de que se inicie un nuevo proceso de paz. Que el juez tiene con la ley en la mano un margen de discreción es un hecho objetivo, pero también lo es que todas las reformas legales han ido encaminadas a reducirlo y, lo que es más importante, no creemos que ese margen, sea cual sea, deba depender de las circunstancias políticas, sino únicamente de la actitud individual de reinserción del terrorista. Esperemos que la Audiencia no vuelva a acuñar ninguna moneda de cambio frente a ETA y Juanes cumpla con su máxima de que «en la aplicación de la legalidad no caben voluntarismos».
Sólo el tiempo dirá si el nuevo presidente de la Audiencia consigue imprimir la profesionalidad y la sensatez que proyecta en esta entrevista. Por el momento, reconforta pensar que destaca por las cualidades que más falta hacen en ese tribunal.
[Fuente: Diario El Mundo, Madrid, 10may09]
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