EQUIPO NIZKOR |
|
03ago12
Los mineros salen de los pozos para coger vacaciones y "volver a golpear donde más duela"
Los sindicatos mineros ordenaron ayer el desalojo de los pozos donde varios trabajadores permanecieron encerrados así como la vuelta al trabajo después de dos meses de inactividad, como una forma de reponer fuerzas para "conseguir la victoria final" en una guerra en la que, al menos, la primera batalla movilizadora se ha inclinado del lado del Ministerio de Industria, según reconocen todas las partes consultadas.
La reunión de seis horas de la Comisión de Seguimiento del Plan de Minería que finalizó la madrugada del jueves fue "un fiasco" y "la mayor humillación en la historia del movimiento sindical", según Víctor Fernández, dirigente del SOMA-FIAQ-UGT. Ayer por la tarde, los mineros encerrados en los pozos 'Nicolasa' y 'Candín' abandonaron las instalaciones entre los aplausos y las frases de aliento de una gran cantidad de familiares y amigos que los recibieron como héroes, al igual que a los otros dos grupos que permanecieron bajo tierra 50 días, hace más de una semana.
De todas las maneras, la sensación de la mayoría de los huelguistas es de fracaso temporal, aunque sin renunciar a seguir la lucha. "Volvemos a trabajar porque nos lo dice el sindicato", resumía un trabajador del pozo 'Candín'.
Conscientes de que el mes de agosto es inhábil desde el punto de vista de la movilización y de la negociación, así como de la necesidad de que los trabajadores repongan fuerzas tanto en lo económico como en lo moral y en lo físico, los dirigentes mineros han replanteado su estrategia movilizadora con una vuelta temporal al tajo para poder reiniciar con energía las batallas del próximo otoño.
"Golpearemos donde más les duela, cuándo más les duela y cómo más les duela" explicaba Felipe López, secretario estatal de la Federación de Industria de Comisiones Obreras, para argumentar el cambio de táctica para obligar al Gobierno a llegar a un acuerdo sobre el plan de carbón. López, junto a otros dirigentes de los dos principales sindicatos mineros, ofreció una rueda de prensa para mostrar su "enorme decepción" con el fracaso de la reunión con representantes del Ministerio de Industria, en la que no se produjo avance alguno y en la que los sindicatos tenían puestas muchas expectativas, después de algunas declaraciones más contemporizadoras del ministro, José Manuel Soria.
Pero el hecho de que en la reunión, a los sindicatos y a la patronal de la minería no se les avanzara, por parte del Gobierno, ninguna medida que pudiera confluir en un punto de inflexión que terminara en vía de acuerdo, irritó a las partes, hasta el punto de que el propio presidente de Carbunion, la patronal del sector, Victorino Alonso, llegara a afirmar que "no existe gobernanza ni seriedad en este país".
Confianza en los trabajadores
Desde hoy, cuando los trabajadores se reintegran a su puesto, solo un porcentaje, en torno a un tercio de las plantillas, tendrá una labor que hacer: el mantenimiento de los pozos, tarea imprescindible para que la normalidad laboral se pueda llevar a efecto con total seguridad. Son dos meses de paro total y esta inacción afecta de manera notable al funcionamiento de las explotaciones. El resto de las plantillas, exentas de estas labores, aprovechará para coger el mes de vacaciones que les corresponde, según fuentes de los propios sindicatos.
La negativa del Ministerio de Industria a ofrecer una salida satisfactoria para patronal y sindicatos ha conseguido que la unidad de acción de SOMA FIAQ UGT y Comisiones Obreras se haya vuelto a restaurar. Ayer, en otro contacto con los periodistas y en la sede madrileña de este último sindicato, los dirigentes de las dos centrales aparecieron juntos y advirtiendo con dureza a José Manuel Soria de las consecuencias del fracaso de la negociación.
Fuentes sindicales consultadas por El Confidencial apelaban a la historia minera de las huelgas de larga duración para explicar las razones de su confianza en la victoria de los trabajadores por la necesidad de tomar aliento y recuperar las hasta ahora mermadas economías de los huelguistas por dos meses de ausencia de salarios y la propia paga extraordinaria de julio. En este sentido, los afectados recuerdan que en las huelgas de los años sesenta del pasado siglo, se produjo también otro impasse que finalizo con otra huelga que "doblegó al franquismo" y, parecidas circunstancias se produjeron a finales de los años ochenta.
No obstante, todas las partes coinciden en que las circunstancias son totalmente distintas y que sesenta dias de paros y movilizaciones no han hecho mover un dedo la postura del Gobierno, en un contexto de crisis económica en toda Europa y con la espada de Damocles de la intervención de la UE.
[Fuente: Por Vicente Bernardo de Quirós, Gijón, El Confidencial, Madrid, 03ago12]
 | This document has been published on 13Aug12 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |