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03dic17
Desastre: las comunidades necesitan arrancar al Estado una quita de 150.000 millones con 'la vía Iceta'
La provocadora propuesta del líder socialista catalán, Miquel Iceta, de arrancar al Estado una condonación de la deuda de Cataluña ya ha formado un Tripartito. El líder de Podemos en Cataluña, Xavier Domènech, apoya la idea siempre que el perdón sea sustancial y al portavoz parlamentario de Esquerra, Joan Tardà, le sabe a poco, porque querría la independencia, pero sabe que su líder, Oriol Junqueras, considera clave un saneamiento de la deuda presentable ante los mercados previo a seguir el reto soberanista.
Es de esperar por tanto que haya una mayoría en el futuro Parlament partidaria de presionar a Cristóbal Montoro para lograr la quita de deuda a Cataluña. Iceta no la cuantifica, pero la enmarca en la necesidad de que la comunidad autónoma pueda volver a acceder a los mercados a precios asequibles. Para eso la ratio de deuda de Cataluña debe bajar del actual 300% sobre sus ingresos corrientes a en torno un 100%, según los criterios que exponen las agencias de calificación de solvencia. Es decir, que la deuda no supere lo que la Generalitat recauda cada año. Eso implica bajar de los actuales 75.000 millones de deuda total a unos 25.000, por lo que necesitaría que el Estado le perdone casi la totalidad de los 52.499 millones que le adeuda.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, está respaldando discretamente a Iceta en este formidable perdón estatal de deuda, sabedor de que interesa a otras comunidades que gobierna el partido, desde Andalucía y la Comunidad Valenciana a Baleares y Castilla-La Mancha.
El desastre ha sido tal en los últimos años, que el conjunto de las comunidades deben en total 286.000 millones, de los cuales 157.000 millones al Estado. Sin embargo, solo recaudan 128.000 millones al año, por lo que, para cumplir los requisitos internacionales de solvencia, necesitarían una quita de más de 150.000 millones. Es decir, ¡un perdón de casi el 100% de lo que adeudan al Estado! La negociación es inminente y el grueso de las comunidades van a aprovechar la vía Iceta. No rechazan la idea, sino que recalcan que no debe ser solo para Cataluña. El propio y muy endeudado Estado tampoco cumple los requisitos de solvencia, pero tiene más credibilidad en los mercados.
El catedrático Francisco Pérez, representante del gobierno valenciano de Ximo Puig en el comité de expertos montado por Montoro para asesorar en la reforma del sistema de financiación, considera que con el método más moderado de Standard&Poor's, las comunidades necesitan una quita de 65.000 millones, de los que Cataluña precisa al menos 35.000 y Valencia, 20.000, como casos más destacados.
Montoro no ha descartado aceptar quitas con tal de llegar a un acuerdo con los socialistas. Pero lo haría contra el criterio -al igual que en el Cupo Vasco- de una mayoría de su citado comité de expertos. Éstos admitieron que «el elevado nivel de endeudamiento de muchas CCAA plantea un grave problema de sostenibilidad y exige dilucidar qué condiciones deben cumplirse para que vuelvan a acudir al mercado a obtener financiación». Pero aconsejan a Montoro que acepte como máximo una «reestructuración», es decir recortarles aún más los tipos de interés y alargarles el plazo de devolución, pero no una condonación. «La amortización íntegra de su capital y el pago de los intereses devengados son compromisos que deben cumplirse sin excepción alguna, porque generaría incentivos perversos de cara al futuro y sería injusto para las CCAA que han cumplido en mayor grado (...) Los datos demuestran que no todas se han esforzado en el mismo grado en el ajuste fiscal». Madrid y Galicia son ejemplos.
Tampoco es el mismo caso el de la Comunidad Valenciana o el de Murcia, claras perdedoras en el sistema de financiación vigente desde 2009, que Cataluña, rotunda vencedora con aquel Gobierno de Zapatero, según se jactó entonces el Tripartito de José Montilla. Además, según analistas de agencias de calificación, una quita mejora la foto financiera pero no soluciona a largo plazo ni la mala gestión ni la financiación,
Cierto también que, según las encuestas, sigue habiendo un respetable número de independentistas en Cataluña y que no se les puede ignorar, pero una de las razones clave para que el Estado haya logrado frenar la secesión unilateral es el control final de la caja por parte de Mariano Rajoy y la imposibilidad de que la Generalitat pueda financiarse por su cuenta en los mercados. Visto hasta dónde han intentado llegar Puigdemont y Junqueras, estremece perdonar deuda a Cataluña para que un futuro Govern lo aproveche contra el que ahora condona. Suficiencia financiera y gasto sostenible sí, pero condonaciones, no.
[Fuente: Por Carlos Segovia, El Mundo, Madrid, 03dic17]
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