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14ene14
Primera victoria de los vecinos del Gamonal: el alcalde de Burgos paraliza las obras por ahora
El Ayuntamiento de Burgos ha conseguido una tregua en las movilizaciones que de forma prácticamente ininterrumpida llevan a cabo los vecinos del barrio de Gamonal para protestar contra una obra que ni les gusta ni ven oportuna en la actual coyuntura económica. El alcalde, Javier Lacalle, ha anunciado un aplazamiento de sus planes para reconvertir parte de la calle Vitoria en un bulevar, limitando el tráfico rodado y priorizando el tránsito peatonal y bicicleta. Las obras, que comenzaban el pasado jueves, cuentan con un presupuesto cercano a los 8 millones de euros y un plazo de ejecución de catorce meses, en el que además se construirá un aparcamiento subterráneo. Los vecinos, que ven desproporcionado el gasto cuando muchos de ellos están soportando las dificultades derivadas de la crisis y que están preocupados ante la desaparición de plazas de aparcamiento de superficie para sustituirlas por un número más reducido y de pago, han reaccionado con júbilo al conocer la noticia. Después, han ido modulando sus reacciones y, en general, han mostrado su escepticismo ante lo que se anuncia como un simple paréntesis y no como una marcha atrás definitiva. Entre sus peticiones, la de que el alcalde dimita ha pasado a ser una prioridad. Y es que su indignación ha ido creciendo a medida que comprobaban cómo su protesta se convertía en un problema de orden público, tratándoles como vándalos cuando solo un puñado de violentos ha aprovechado para hacer de las suyas.
El paréntesis que ha anunciado el alcalde de Burgos no debería ir más allá de los quince o veinte días, según sus propias palabras. Ese plazo se va a aprovechar para dialogar en una comisión que se creará para este fin y en la que participarán los grupos políticos municipales, las asociaciones de vecinos, también las contrarias al proyecto, y técnicos del consistorio.
Preguntado por los periodistas sobre el alcance o posibles límites de esa comisión, el alcalde ha dicho que "no es momento para hablar de líneas rojas, sino de ampliar acuerdos y un consenso en el que el ayuntamiento lleva dos años trabajando y que ha supuesto varias modificaciones del proyecto inicial para incluir sugerencias y alegaciones de particulares y colectivos". "Para el ayuntamiento lo importante es el mayor bienestar para cada ciudadano de Burgos y eso está por encima de cincuenta obras", ha asegurado el regidor.
Se ha mostrado convencido de que, con esta decisión, se paralizarán las tensiones de los últimos días y ha pedido responsabilidad a todas las partes que se hayan podido ver implicadas, pero también a los usuarios de redes sociales que ha asegurado que en estos días han vertido, en algunos casos, muchas inexactitudes en torno a este asunto. Lacalle ha lamentado también la imagen negativa que se haya podido dar de Burgos y los burgaleses, que ha insistido que no se corresponde con la realidad.
El regidor ha lamentado la paralización de las obras provocada porque no se ha podido garantizar durante estos días la seguridad de los equipos y personal de las empresas adjudicatarias de la obra. En este sentido, el vicealcalde, Ángel Ibáñez, ha afirmado que, hasta ayer, la evaluación de daños que ha realizado el ayuntamiento sólo en mobiliario y bienes públicos por los disturbios de los últimos días supera los 50.000 euros. Ha recordado que a esta cantidad habría que sumarle los daños en efectos de la propia empresa y los que se han producido en otros bienes privados como son las sucursales de entidades bancarias de la zona que han resultado dañadas.
Los vecinos, que llevan protestando de forma prácticamente ininterrumpida contra la construcción de un bulevar en el barrio que creen innecesario y dañino para sus intereses puesto que temen que reduzca las plazas de aparcamiento, seguían este martes concentrados. Muchos de ellos, al ser preguntados por su opinión sobre el anuncio del alcalde, han expresado su escepticismo y han insistido en que el primer edil debería dimitir. Temen que el aplazamiento de las obras sea solo una treta para conseguir que se diluyan las protestas mientras se toman medidas para evitar que los vecinos vuelvan a tomar las calles del Gamonal, como viene ocurriendo desde el pasado fin de semana.
De hecho, la Dirección General de la Policía Nacional ha trasladado al barrio un Grupo de la Unidad de Intervención Policial (UIP) compuesto por 50 antidisturbios que elevan a más de 200 los agentes que componen el despliegue, que ha ido aumentando con el paso de los días y que no se descarta que siga haciéndolo. La primera noche de disturbios del viernes al sábado había apenas 15 antidisturbios de un subgrupo de la UIP, además de 30 agentes de Unidad de Prevención y Reacción (UPR). La segunda noche el número de antidisturbios ascendió a 30 por lo que el despliegue total ascendió a 60 efectivos.
Además de abordar la dimensión de orden público del problema mucho antes que el fondo de la cuestión, Interior ha aprovechado los disturbios para justificar la necesidad de su ley de seguridad ciudadana que tantas críticas ha suscitado. Este mismo martes lo ha vuelto a denunciar tanto el PSOE como la Izquierda Plural, que han solicitado que Jorge Fernández Díaz, titular del departamento, explique en el Congreso la actuación de los antidisturbios.
[Fuente: República de las ideas, Madrid, 14ene14]
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