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25abr13
Detenidos por espionaje directivos de Mutua Universal, Unilever, Du Pont y Emed
Espionaje a gogó. Eso es lo que ha habido en España en los últimos años. Grandes empresas se aprovechaban de su potencial económico para encargar informes sobre empleados o sobre rivales y, para ello, abonaban importantes sumas de dinero. Lo malo es que, en muchas ocasiones, para conseguir la información se cometían delitos tipificados en el Código Penal. Ese es el motivo de la tercera fase de la Operación Pitiusa, que entre ayer y hoy habrá acabado con la detención de una treintena de personas en Cataluña, Madrid, Andalucía, País Vasco y Cantabria. Entre ellas, una decena de detectives, varios altos directivos de empresas, tres guardias civiles, un policía nacional, un funcionario de Hacienda y diferentes cargos empresariales.
El detenido más importante es Jaime Aguilera, presidente de Unilever España, la compañía que peor parada ha salido de la investigación judicial. De esta empresa también fue detenida otra directiva, Ana Carroza, y un informático, según ha podido conocer El Confidencial de fuentes solventes. El año pasado, ya había sido arrestada la responsable de Recursos Humanos, Yolanda Menal, por ordenar pinchar el ordenador del directivo Paulo José Fernandes Alves.
Los responsables de Unilever, según parece, estaban al tanto del espionaje a Fernandes Alves, del que sospechaban que podía dar trato de favor a algunos clientes y que podía irse a la competencia, con el consiguiente quebranto para la multinacional. Por ello, contactaron con un despacho de detectives con el objeto de poder acceder a sus correos electrónicos y a su ordenador personal. Con la información obtenida, pensaban forzar su despido sin abonarle ninguna indemnización.
Tras analizar la documentación incautada hace unos meses, el juez ordenó extender la imputación a Aguilera, Carroza y el otro trabajador del departamento de informática, ya que existen indicios de que estaban al corriente del espionaje y no se descarta incluso que pueda haber más casos de empleados de la multinacional que hayan sido también espiados.
Un 'hacker' muy activo
Otra de las detenidas ayer es Tara Wales, gerente general de la compañía Emed Tartessus. Esta directiva contrató al hacker Matías Bevilacqua para pinchar el ordenador del exconsejero delegado de Minas Río Tinto, Carlos Estévez Ruiz de Castañeda. La Policía tiene correos electrónicos que sustentarían las acusaciones contra Wales, así como intervenciones telefónicas realizadas al detective madrileño Juan Manuel Olivera, a quien la directiva había contratado para investigar a Estévez.
Bevilacqua, por su parte, hacía trabajos ocasionales para el CNI y, al ser detenido en mayo del año pasado, tenía en su poder 143.000 euros en efectivo y varios discos duros y CDs con información confidencial de Defensa. Posteriormente, se descubrió que había sido contratado por el abogado de Iñaki Urdangarin para recuperar 30.000 mails que se habían borrado. También fue el informático que aplicó un sistema para controlar toda la información que salía de las dependencias del FC Barcelona en la época de Joan Laporta. Los directivos del Barça querían, de esta manera, descubrir quién podía filtrar información sobre cuestiones internas del club. Curiosamente, el nombre de Bevilacqua aparece insistentemente en las investigaciones de los espionajes de Unilever, Emed y Du Pont, ya que a menudo era contratado por detectives que conocían sus habilidades informáticas y le pagaban generosamente por sus servicios de hacking.
El exdirector de Mutua Universal, Eduardo Garriga, es otro de los detenidos ayer. Según las primeras informaciones, este directivo habría solicitado informaciones confidenciales sobre terceras personas. Garriga fue CEO en la aseguradora de 2007 a 2011 y, actualmente, es director de Estrategia en Barcelona Activa.
Asimismo, también fue arrestada una directiva del departamento de Recursos Humanos de la compañía Du Pont. Por orden de esta compañía, Bevilacqua efectuó el pinchazo de tres ordenadores de otros tantos empleados que la empresa quería despedir. Obtuvo tanta documentación que los archivos que pasó a Du Pont tenían 13 gigas de información.
Tres guardias civiles y un policía, entre los detenidos
Una parte importante de los detenidos son detectives privados que elaboraban informes con información confidencial sobre sus investigados. Esta información era facilitada, en la mayoría de las ocasiones, por intermediarios que no eran detectives, que a su vez la conseguían de empleados de la Administración o de empresas. De ahí que, entre los detenidos en esta tercera fase, haya tres guardias civiles y un policía nacional, que directamente obtenían datos confidenciales de los ciudadanos investigados de las bases de datos del Ministerio de Interior.
También facilitaba información sensible el funcionario de Hacienda detenido y una responsable de la compañía Atento, que se suma a los encargados de otras operadoras telefónicas, como Vodafone, Movistar y Orange que ya habían sido detenidos hace casi un año. En esta ocasión, no obstante, se han practicado muy pocos registros, ya que la mayoría de las detenciones se producen tras analizar la documentación que había sido requisada en las dos fases previas de la operación, que, en total, ya lleva más de 200 implicados.
[Fuente: Por Antonio Fernández, El Confidencial, Madrid, 25abr13]
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