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19feb13
La mujer que se quemó en el banco era discapacitada y tuvo 3 desahucios
Se debate entre la vida y la muerte, con el 47% del cuerpo quemado al prenderse fuego este lunes en el interior de una sucursal bancaria de Almassora (Castellón) desesperada, supuestamente, por no poder hacer frente, pese al embargo de dos viviendas, a una deuda con el banco por un tercer piso.
Su propio apellido, Lucha, delata que esta madre de tres hijos llegó a una situación extrema después de 47 años de supervivencia. Viuda de un primer matrimonio y separada en segundas nupcias, la experiencia vital de Inocencia Lucha siempre ha sido una batalla contra las adversidades, según explican quienes la conocen.
En su entorno la definen como una "buena persona", atrapada en la hojarasca de una crisis que no distingue entre buenos y malos, entre víctimas y responsables, a la hora de saciar su implacable apetito destructivo. Este mismo martes al mediodía ha recibido el apoyo de amigos y familiares, que se han concentrado frente a las puertas del banco en unos minutos de silencio. También, la plataforma de Indignados de Almassora y la plataforma de afectados por las hipotecas han convocado una cacerolada este martes, a las 19.30 horas, en la plaza del Ayuntamiento de la localidad.
Se quedó sola, con tres hijos, a los que dedicó siempre protección y cuidados frente a los obstáculos que le puso un año sí y al otro también la profunda recesión. Entre agobios financieros difíciles de atender y apremios imprescindibles para sacar la cabeza a flote, Inocencia Lucha se llevó a la familia de una vivienda que perdió por desahucio a otra, muy cerca de la sucursal bancaria de la avenida José Ortiz donde sucedieron los hechos.
'Es una buena muchacha'
Llevaba varios meses hasta que, recientemente, se le comunicó que también debía dejarla por impagos. "Es una buena muchacha, no se mete con nadie", explican de Inocencia ahora que lucha por sobrevivir.
En paro desde hace varios años y después de haber vendido cupones en su momento, discapacitada física, vivía de una pensión de 360 euros. Se dedicaba últimamente a elaborar artesanalmente separadores de lectura que vendía a amigos por un precio simbólico, que no le daba para ganarse la vida, añaden desde su entorno.
Había superado una depresión y a ello había contribuido su carácter abierto y muy expresivo. Últimamente se había sumado a un grupo de reiki -técnica de relajación- junto a otras mujeres, con las que compartía confidencias y preocupaciones porque, como indican, Inocencia "ha sufrido mucho siempre".
'Le habían quitado tres pisos'
Y advirtió de los hechos. A Mar Simó, amiga de Ino, le invadió el pánico al escuchar el suceso que acababa de conmocionar al pueblo. "El pasado jueves me la encontré y me dijo que lo estaba pasando muy mal. Según me contó, le habían quitado dos pisos y acababa de recibir una nueva carta del banco sobre un tercer piso. Fue entonces cuando me dijo: 'Cualquier día voy allí y me prendo fuego. No hay derecho a esto porque yo sólo quiero vivir'".
Así, este lunes al mediodía, acudió a la oficina de CaixAlmassora, situada en la avenida José Ortiz, número 59, de Almassora, donde, supuestamente y por causas que está investigando la Guardia Civil, roció a su alrededor un líquido inflamable que había introducido y prendió fuego, quemándose a su vez. "Sabemos que ha ido al banco, y tras mantener unas diferencias con el empleado, ha salido fuera, al cajero, y ha cogido una petaca en la que llevaba gasolina y le ha prendido fuego", relata María Jesús Garrido, miembro de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) quien cuenta que los testigos la oían gritar: "¡Me lo habéis quitado todo y seguís reclamándome!".
El banco no ha concretado qué motivos pudieron llevar a la mujer a prenderse fuego en su oficina. Tampoco ha quedado aún acreditado si quería realmente quemarse o pretendía llamar la atención prendiendo fuego a la sucursal.
Un caso similar en Castellón en 2007
Estaba en una situación económica delicada y mantenía una deuda económica con la entidad financiera tras haberle embargado dos viviendas, según explica Garrido.
No es la primera vez que una persona se quema a lo bonzo en Castellón. Un hombre de nacionalidad rumana y de 44 años, Marian Mirita, desesperado por la situación económica que vivían su familia y él, decidió el 4 de septiembre de 2007 prenderse fuego frente a la Subdelegación del Gobierno en Castellón.
Su imagen, la de un hombre ataviado con una camiseta del Valencia C.F. envuelto en llamas, dio la vuelta al mundo. La hija del hombre señaló tras lo ocurrido que su padre, estaba "desesperado" en España y sólo pedía que alguien les prestara cerca de 400 euros para pagar los billetes a Rumanía, un dinero que se comprometía a devolver. Quince días después del suceso, Mirita murió en el hospital La Fe de Valencia por la gravedad de sus quemaduras.
[Fuente: El Mundo, Madrid, 19feb13]
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