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10jun20
La sangría en las residencias de Madrid se frena: de 137 muertos diarios por covid a 5
La sangría en las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid se ha frenado. Desde el 1 de mayo, no ha vuelto a haber más de 10 fallecimientos diarios por coronavirus confirmado o con síntomas compatibles, mientras que en lo más duro de la pandemia se llegaron a producir casi 140 muertes cada día en los centros de mayores por el covid-19. Por el camino, el virus se ha llevado a 5.986 ancianos, aunque para las estadísticas oficiales del Gobierno --y a la espera de que ofrezcan los datos-- 'solo' han sido 1.253 (los que tenían una PCR realizada).
Mientras la guerra política sigue en pleno apogeo, con acusaciones de Pablo Iglesias de "crimen" contra el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, el PP recordando que desde mediados de marzo es el propio Iglesias quien asumió la responsabilidad de las residencias, y los consejeros madrileños de Sanidad (PP) y Políticas Sociales (Cs) tirándose literalmente los ancianos muertos a la cabeza, la 'nueva normalidad' ha llegado a los centros de mayores de la región y la cifra de muertos, según los datos de la Consejería de Políticas Sociales que semanalmente hace públicos y envía al Gobierno, se ha reducido hasta los cinco diarios.
En lo más duro de la pandemia, las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid llegaron a registrar una media de 137 ancianos muertos cada día, contando solo los que fallecían en los centros. Según los datos oficiales, desde el polémico 8 de marzo --cuando se 'sellaron' las residencias para intentar evitar que entrara el virus-- hasta el 10 de abril --día en que el Ministerio de Sanidad conminó a las CCAA a informar dos veces por semana sobre los casos confirmados y sospechosos de coronavirus en sus centros--, habían fallecido 4.521 residentes. De ellos, 781 eran casos de coronavirus confirmados por PCR y 3.740 con síntomas compatibles.
Del 8 de marzo a ese 10 de abril tuvo lugar lo más duro del drama vivido en las residencias. Los borradores que, por un supuesto error, prohibían que los ancianos fueran derivados a los hospitales; las recomendaciones de las propias sociedades médicas restringiendo el acceso a las UCI y a los respiradores debido a la situación de saturación de la red hospitalaria, y las propias recomendaciones del Ministerio de Sanidad plasmadas en el BOE del 15 de marzo para convertir en "centros sanitarios" las residencias hicieron que las muertes en estas se multiplicaran.
El 2 de abril, Sanidad prohíbe la discriminación por edad en las UCI y hospitales, y a medida que en los centros hospitalarios va relajándose la saturación, comienzan a derivarse a ellos más ancianos con síntomas. Del 10 al 17 de abril, las cifras de muertos por covid-19 confirmado o con síntomas ya comienzan a bajar, aunque aún son más de un escandaloso centenar cada día.
Pero a medida que la situación en los hospitales mejora, las muertes en las residencias descienden de manera radical: del 21 de abril al 28 del mismo mes, se pasa de 71 fallecimientos diarios a 30. Hasta llegar al mes de mayo, cuando los ancianos que mueren en las residencias cada día ya nunca serán más de 10 (entre el 8 y el 12 de mayo) y quedarse en cinco desde el 26 de mayo. Han seguido muriendo ancianos, porque así lo decían las cifras que ofrecía el Ministerio de Sanidad, pero ya lo hacían en los hospitales, adonde sí eran derivados al desaparecer el colapso.
Tampoco tenían PCR
Otro dato relevante de la evolución de la pandemia en las residencias es cómo llegan también los test PCR a las mismas. El 10 de abril, hay 781 ancianos fallecidos con coronavirus confirmado, exactamente los mismos que cuatro días después, mientras que los ancianos muertos con síntomas pasan de 3.740 a 4.172: no se hacían test a los residentes y seguían muriendo, aunque en las estadísticas oficiales siguen aún sin aparecer. A medida que la situación mejora en todo el país, los test también acaban llegando a las residencias: desde mayo, la gran mayoría de ancianos muertos son con covid confirmado, mientras que apenas suman fallecidos como 'sospechosos'. Justo lo contrario que sucedía durante marzo y abril.
En resumen, tres meses después de que comenzara el recuento de fallecidos en las residencias de Madrid --desde el 8 de marzo--, el paisaje es desolador: han muerto 5.986 ancianos (la última revisión de los datos a 5 de junio de las propias residencias ha eliminado algunas duplicidades y ha rebajado las 6.007 muertes que se dieron el 2 de junio); de ellos, 1.253 con covid confirmado por PCR y 4.733 con síntomas compatibles que aguardan a entrar en las estadísticas oficiales del ministerio. Cuando comenzó la pandemia, casi 50.000 mayores vivían en las residencias de la comunidad. Hoy, cuando por fin pueden volver a tener contacto bajo estrictas medidas de higiene con el mundo exterior, entre los fallecimientos y los traslados con sus familias, quedan 42.146.
[Fuente: Por Alberto Pérez Giménez, El Confidencial, Madrid, 10jun20]
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