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05jun20
La Guardia Civil afirma que Sanidad sabía desde el 10 de febrero que se debía guardar una distancia de dos metros
La Guardia Civil concluye en la ampliación de su informe sobre la investigación del 8-M, que ha entregado en el Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, que el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad, "sabía" desde el 10 de febrero que se debían establecer medidas sanitarias como guardar una distancia de seguridad de 2 metros para evitar contagios del coronavirus. Además de conocer ya la "peligrosidad", la alta contagiosidad, las complicaciones que provocaba el virus y que los más vulnerables eran ancianos y sanitarios. Es decir, que en esa fecha, se refleja ya el "grado de conocimiento de la enfermedad y su posible gravedad".
Estas son algunas de las conclusiones que extrae el instituto armado tras analizar un informe del Centro que dirige el doctor Fernando Simón y que está fechado el 10 de febrero. La decisión de buscar este texto se produjo a raíz de tener conocimiento de otro informe, fechado el 6 de marzo titulado "Informe Técnico: Enfermedad por Coronavirus, COVID-19. Actualización 6 de marzo de 2020". Al tratarse de una actualización, los agentes de la Policía Judicial buscaron el informe que precedía a este y lo encontraron en los archivos de la web del Ministerio, a pesar de que el link de acceso al mismo había desaparecido.
Según reflejan los agentes en el documento, el informe del CCAES del 10 de febrero ya establece "la peligrosidad" de este coronavirus comparándolo con el SARS-CoV, con el guarda un 79 por ciento de identidad genómica y establece el mecanismo de transmisión a través de "secreciones de personas infectadas" principalmente por gotas respiratorias de más de 5 micras (capaces de transmitirse a distancias de hasta 2 metros) y de las manos o los fómites contaminados con estas secreciones seguido del contacto con la mucosa de la boca, nariz u ojos.
En ese informe del CCAES también se incluye el periodo de incubación de 2 a 14 días; se recoge que en ese momento la proporción de casos graves oscila entre un 15 y un 35 por ciento y entre un 11 y un 15 por ciento de letalidad y advierte del riesgo de contagio entre los profesionales sanitarios basándose en lo ocurrido en Wuhan, donde apareció el brote inicial del virus.
También explica las complicaciones que se producen en base al análisis de 99 casos hospitalizados en Wuhan: 23 requirieron ingreso en UCI, 17 sufrieron síndrome de distrés respiratorio del adulto; 3 fallo renal; 8 daño pulmonar agudo; 4 shock séptico y 1 neumonía asociada a ventilación mecánica. "En el momento de publicar la serie 11 habían fallecido, 31 habían sido de alta y 58 permanecían ingresados", rezaba el informe del CCAES que recoge la Guardia Civil en el texto entregado a la juez Carmen Rodríguez-Medel.
En esa fecha, dicen los agentes, ya se conocían casos leves y asintomáticos en Alemania, España, Bélgica e Italia, principalmente casos secundarios. El caso índice fue una ciudadana china que viajó a Alemania con sintomatología específica que generó 10 casos secundarios en sus contactos cercanos: 9 en Alemania y 1 en España.
La Guardia Civil señala que, a pesar de disponer de dicha información el 10 de febrero no se tomó ninguna medida de restricción de los vuelos hasta el 10 de marzo, ni tampoco se tuvo en consideración la existencia de personas contagiadas que podían ser asintomáticas.
Aislamiento con mascarilla de alta eficacia
Pero en ese informe de 10 de febrero sí se incluyeron algunas medidas de salud pública que ya recomendaba la OMS, las mismas precauciones que para otros coronavirus de transmisión por gotas y por contacto en contexto epidémico y se contemplaba el "aislamiento aéreo" con "mascarillas de alta eficacia" en situaciones o maniobras en las que se pudieran generar aerosoles.
La conclusión de la Guardia Civil en relación con este informe es que el CCAES "sabía" desde el 10 de febrero "y así lo reflejó en el citado documento" que: se trataba de una infección vírica producida por un nuevo coronavirus con una alta contagiosidad; la transmisión fundamental era persona a persona a través del aire; la morbimortalidad era elevada -11 de 99 casos- y se reconocía la gravedad de la infección -1 de cada 3 pacientes precisaron UCI-.
A estas conclusiones se añaden que Sanidad sabía ya en esa fecha que las medidas de contención debían incluir el "aislamiento preventivo y el distanciamiento social debiéndose guardar una distancia de seguridad de al menos 2 metros" Y que las personas más vulnerables eran los ancianos y el personal sanitario.
La Guardia Civil incluye también el análisis del informe que actualiza el anterior, el que emite el CCAES el 6 de marzo y que envía a la Ponencia de Alertas. Y vuelve a destacar la necesidad que recoge el CCAES de tener una distancia de 2 metros para evitar contagios.
Así, señala que en su página 6, en el capítulo titulado "Mecanismo de transmisión humano-humano" dice: "la vía de transmisión entre humanos se considera similar al descrito para otros coronavirus a través de las secreciones de personas infectadas, principalmente por contacto directo con gotas respiratorias de más de 5 micras (capaces de transmitirse a distancias de hasta 2 metros) y las manos o los fómites contaminados con estas secreciones seguido del contacto con la mucosa de la boca, nariz u ojos".
La Guardia Civil recuerda que en esa misma página se admite que con la aplicación de medidas de Salud Pública disminuye la tasa de reproducción como se había comprobado ya en Wuhan y en el resto de China.
"Es decir, el día 6 de marzo de 2020 se tiene pleno conocimiento de que la tasa de contagios disminuye con la aplicación de medidas de Salud Pública; recordemos que tales medidas son el aislamiento y el distanciamiento social tal y como publica la OMS el día 2 de marzo de 2020 para protegerse del coronavirus", sentencia el informe de la Policía Judicial.
Manifestaciones sin control
La Guardia Civil precisa además que no ha encontrado ninguna evidencia de que se pidiera algún tipo de control preventivo o que se avisara a los ciudadanos de que no participaran en manifestaciones si habían estado en contacto con algún infectado o provenían de áreas con evidencia de transmisión. Y ello, a pesar de que el propio Centro de Alertas recomendaba que estas personas, que podían ser asintomáticos, limitaran su actividad social o sus viajes.
Del análisis de la documentación y de los correos del CCAES, el instituto armado precisa que en el caso de las concentraciones que tuvieron lugar entre los días 5 al 14 de marzo, con gran afluencia de personas, no se realizó ningún control preventivo para determinar si las personas cumplían con los criterios que había establecido la Ponencia de Alertas.
De hecho, precisan: "no consta a esta institución mensajes, comunicados o advertencias que anunciasen a los ciudadanos sobre estas obligaciones provenientes del propio CCAES; siendo recomendable que eviten las actividades sociales de las personas asintomáticas que cumplan la definición de contacto".
[Fuente: República de las ideas, Agencias, Madrid, 05jun20]
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