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22may20
Bildu pone en jaque la coalición entre PSOE y Unidas Podemos
De una sola tacada, la coalición gubernamental PSOE-Unidas Podemos ha conseguido llevar a la patronal al monte, enfurecer a los sindicatos, poner en riesgo la concertación social como piedra angular de unos hipotéticos pactos de Reconstrucción, enviar una señal equívoca a Bruselas sobre la cohesión del Gobierno español mientras se dirime el pulso sobre la cuantía y la condicionalidad de las ayudas europeas, complicar, aún más, la elaboración de los presupuestos generales del Estado del 2021, acentuar las reticencias de la gran empresa sobre la actual fórmula gubernamental, empujar hacia las cacerolas a pequeños y medianos empresarios en apuros, debilitar la autoridad del Ejecutivo en un momento muy delicado de la desescalada, cuando Italia intenta tomar ventaja en el exangüe mercado turístico, fortalecer los mensajes catastrofistas de la oposición, confirmar a José María Aznar como capitán general del frente de rechazo, alimentar la fronda mediática que cada día intenta despellejarles, convertir en un tormento oriental la votación de la próxima y última prórroga del estado de alarma, irritar al Partido Nacionalista Vasco, irritar a Compromís (que se ha subido a un naranjo), irritarse a sí mismos, debilitar a ERC, fortalecer a Junts per Catalunya, y espesar todavía más, si cabe, el marasmo catalán. Excitar los planes, más o menos fantasiosos, para forzar la convocatoria de elecciones generales en invierno. Despertar a la disidencia en el PSOE. Acabar de debilitar lo que ya era débil. Todo de una tacada. No es poco.
El pacto con Bildu para acelerar la derogación de la reforma laboral del Gobierno Rajoy tenía que ser el golpe de efecto que "compensase" el acercamiento del PSOE a Ciudadanos. La maniobra ha acabado como el rosario de la aurora. A partir de ahora, el PSOE necesitará todavía más a Ciudadanos, para mayor felicidad de Inés Arrimadas , que ayer fue madre de un niño.
Nadia Calviño capitaliza el enfado de patronal y sindicatos, frente a Pablo Iglesias
Miércoles, 20 de mayo. Cuando ya están escritos todos los titulares sobre la quinta prórroga del estado de alarma, al filo de las nueve de la noche se da a conocer un pacto entre los grupos parlamentarios del PSOE, Unidas Podemos y Bildu para proceder a la derogación "integra" de la reforma laboral antes de que concluya la crisis del Covid-19. Firman, Adriana Lastra , portavoz del grupo parlamentario socialista, Pablo Echenique , portavoz de Unidas Podemos, y Mertxe Aizpurua , portavoz de Bildu. Queda claro que las tres formaciones han esperado a que concluya el pleno del Congreso para dar a conocer el acuerdo, con el evidente propósito de no desbaratar el voto favorable de Ciudadanos. Una maniobra corsaria que parece inspirada en la serie televisiva Baron Noir , que ha cautivado a no pocos dirigentes políticos durante el confinamiento. La noticia tiene impacto. Esquerra Republicana, ausente del acuerdo, palidece. JxCat ya calcula cómo acabar de ahogar a ERC. El Partido Popular comienza a reírse de Ciudadanos: "¡Os han tomado el pelo!". Apenas transcurrida una hora, llega una nota de aclaración del PSOE: la derogación, cuando se produzca, no será "integra". Convulsión dentro del Gobierno. La ministra de Economía, Nadia Calviño , se sube por las paredes y fuerza la rectificación, que deja a Lastra a los pies de los caballos. La vicepresidenta primera Carmen Calvo , calla. Pablo Iglesias se enfurece y se dispone a salir en defensa de lo pactado. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz , de Unidas Podemos, política formada en la escuela de Comisiones Obreras, artífice de un laborioso acuerdo con la CEOE y los sindicatos durante la pandemia, calla. También ella ha sido dejada a los pies de los caballos por una torpe maniobra de la que no ha sido informada, como la mayoría de los miembros del Gobierno.
El aparato del PSOE sale en auxilio de Sánchez, dejando caer la responsabilidad en Lastra, que no habría sabido evaluar bien un pacto "cocinado" por UP y Bildu. Desde Podemos se ofrece otra versión: el pacto fue ofrecido por Bildu al PSOE; este lo aceptó y UP se sumó. Sánchez lo sabía, claro está. La portavoz de Bildu se refirió a la derogación de la reforma laboral durante el debate parlamentario sin dar por cerrado un acuerdo. El presidente agradeció la abstención de Bildu. Sánchez lo sabía. El vicepresidente Iglesias, muy interesado en balancear la entrada en escena de Ciudadanos, también.
El PSOE protege a Sánchez y deja a Adriana Lastra a los pies de los caballos
"Sería absurdo y contraproducente abrir un debate de esta naturaleza y generar inseguridad jurídica en este momento. Los contribuyentes nos pagan para solucionar problemas y no por crearlos", declaró Calviño ayer en Barcelona. La ministra de Economía y el enfoque que representa en el interior del Partido Socialista, gana esta partida. Gana Ciudadanos. Gana Bildu. Y gana el sindicato ELA, el principal adversario del PNV en Euskadi.
La coalición gubernamental entra en bucle depresivo.
[Fuente: Por Enric Juliana, La Vanguardia, Barcelona, 22may20]
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