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17jul12
Los jueces desafían a Gallardón al colocar a un presidente progresista en el CGPJ
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, ha perdido la batalla del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Desde que Carlos Dívar dimitiera en el cargo por sus viajes privados a Marbella a cargo del erario público, el titular de Justicia se ha estado moviendo para conseguir que la presidencia recayera en manos de uno de sus afines, concretamente del vicepresidente y presidente en funciones hasta ahora, Fernando de Rosa.
Pero la jugada no le ha salido como quería y la mayoría de los vocales ha optado por un magistrado del Tribunal Supremo como sucesor en el cargo. Gonzalo Moliner será hasta septiembre de 2013 el presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo. Miembro de la progresista asociación Jueces para la Democracia (JpD), Moliner es actualmente presidente de la Sala de lo Social del Alto Tribunal con 43 años de carrera judicial.
Por doce votos a favor, cinco en contra y tres abstenciones, este magistrado ha salido elegido precisamente para evitar, según fuentes del Consejo, que el órgano sea intervenido por el Gobierno, tal y como pretendía Gallardón, y luche para que pueda trabajar con libertad e independencia. Moliner es un progresista convencido que ya ha anunciado públicamente su rechazo a la actual reforma laboral. Es hombre de consenso, tranquilo, casado y con hijos.
El nuevo presidente, que jurará el cargo probablemente el próximo lunes, tratará de convencer al titular de Justicia para que frene la reforma del Poder Judicial, reforma con la que quiere dejar casi sin funciones al órgano de los jueces. Ruiz Gallardón ya ha anunciado que pretende eliminar el actual sistema y a los veinte vocales permanentes, dejando únicamente al presidente y un grupo reducido que sólo acudirá al Consejo cuando se requiera.
Con el apoyo de progresistas… y conservadores
El nombre de Moliner ha sido elegido tanto por miembros de la JpD como de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM), a excepción de los vocales llamados 'gallardonistas', que han votado en contra, con la única intención de bloquear el nombramiento e ir a septiembre sin nuevo presidente. Este núcleo esperaba que se quedara De Rosa en el cargo y dar así una imagen de debilidad e interinidad. De esta manera, al ministro le sería más fácil llevar a cabo sus reformas planteadas, según fuentes jurídicas.
El CGPJ ha reaccionado a tiempo, consiguiendo de esta manera plantar cara a Ruiz Gallardón e intentar que el ministro no desinfle al Poder Judicial. Por ahora, Moliner no quiere adelantar cuál va a ser su estrategia para conseguirlo. Esperará al lunes, cuando previsiblemente jure el cargo, y se reúna con sus nuevos compañeros para hilar el nuevo plan.
Por una parte, "afronto esta tarea con ilusión porque pienso que todos hacemos falta en este territorio y por otra parte con miedo, con algo de miedo porque veo que la cosa puede ser compleja", comentó Moliner a su llegada a la sede del CGPJ después de que el pleno del órgano de gobierno de los jueces lo eligiera para el cargo.
Por su lado, Ruiz-Gallardón se ha limitado a decir que la elección del nuevo presidente es "una muy buena noticia para la justicia", que "cierra una crisis institucional que se había producido como consecuencia de la dimisión del presidente Carlos Dívar".
[Fuente: Por C. Guindal, El Confidencial, Madrid, 17jul12]
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