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10jul21
El constitucionalismo civil busca una nueva estrategia en Cataluña ante "la patada" de Pedro Sánchez con los indultos
El constitucionalismo civil catalán permanece atrapado en un bucle melancólico, recordando las grandes y decisivas manifestaciones contra la independencia de 2017, y preso del desánimo provocado por unos indultos a los líderes del procés que reafirman la apuesta del Gobierno de Pedro Sánchez por abrir una etapa de negociación bilateral y concesiones al nacionalismo. Esa esa tesitura, las diferentes las entidades, con Societat Civil Catalana (SCC) como primer referente, que defienden en Cataluña el espíritu y los valores de la Constitución han abierto un periodo de debate compartido para definir las nuevas estrategias conjuntas y evitar que, como pasó en el País Vasco con organizaciones como ¡Basta ya!, la agenda de intereses del actual Gobierno y de los ejecutivos venideros les condene a la residualidad o, directamente, a la desaparición.
El auge del procés entre 2014-2017 propició, como respuesta de autodefensa, el fortalecimiento del constitucionalismo cívico, hasta ese momento desperdigado en numerosas asociaciones y grupúsculos, combativos pero testimoniales. La unidad se articuló en torno a SCC, consiguiendo aquello que parecía imposible en Cataluña: agrupar a representantes de la izquierda y el centro derecha no nacionalista bajo un mismo paraguas, aparcando sus eternas luchas en el matiz ideológico y convertir al constitucionalismo, tantas décadas en la trinchera de la marginalidad, en un actor político principal. Así fueron posibles las grandes manifestaciones en favor de la unidad de España de octubre de 2017, que lograron un fuerte impacto emocional y mediático.
La prensa internacional modificó desde ese momento el patrón con el que informaba sobre el procés: dejó de ser un choque político entre Cataluña y España y empezaron a hablar de un conflicto entre catalanes, provocado por la vía unilateral independentista y las políticas nacionalistas.
Sin embargo, la situación actual se asemeja a aquellos años previos al embate al Estado iniciado por Artur Mas, con un constitucionalismo que se debate entre la división y la irrelevancia. Por errores propios, como la mala gestión económica de SCC y las peleas por míseras cuotas mediáticas, pero sobre todo por la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa y su estrategia de negociación bilateral con el independentismo, que ha ido debilitando a las asociaciones constitucionalistas. Los indultos y el hecho de que Gobierno haya asumido el discurso separatista de que el "problema catalán" es un choque político entre Cataluña y España ha agudizado la sensación de abandono general por parte del Estado.
De la mano han ido los resultados electorales, que han propiciado que el separatismo siga gobernando Cataluña, que el PSC sea la fuerza nacional más votada y se pliegue a las necesidades del Gobierno, y que el PP y Cs estén hundidos
"Nos sentimos abandonados por los sucesivos gobiernos. Sólo hemos sentido el apoyo del Rey, y los indultos simbolizan que para el Gobierno las víctimas no somos los que sufrimos el intento de sedición, sino aquellos que se saltaron la le", afirma la editora Miriam Tey, exvicepresidenta de SCC y actual coordinadora del Centro Libre de Arte y Cultura (CLAC). Un sentimiento de abandono que comparte el arquitecto y poeta Mariano Gomá, presidente de SCC en octubre de 2017 y actual presidente de la plataforma España Cívica.
"Estoy triste y apenado. Sobre todo más desarmado y más débil que antes de los indultos, porque esta patada de Sánchez a la Constitución nos desnuda y nos deja desprotegidos", es la advertencia de Gomá, quien recuerda como ante el anuncio de la declaración unilateral de independencia que iba a aprobar el Parlament, y el discurso del Rey del 3 de octubre defendiendo el orden constitucional como respuesta, se lanzaron a organizar la gran manifestación del 8 en el centro de Barcelona. A pesar de que estaba en contra el Gobierno de Mariano Rajoy, que había logrado evitar que la tarde antes del 1-O el constitucionalismo se manifestara en Barcelona, y de que tampoco el PSC era partidario de salir a la calle. Su líder de entonces y de ahora, Miquel Iceta ,no asistió a la manifestación del 8-O al creer que iba a reunir apenas a un puñado de personas.
El error socialista
José Domingo, ex diputado de Cs, ex dirigente de SCC y actual presidente de la entidad Impulso Ciudadano, se muestra igualmente crítico con la estrategia de Sánchez en Cataluña. "La figura del reencuentro que defiende es difícil de asumir al partir esta de un planteamiento equivocado, el del reparto de culpas entre los condenados por atacar la Constitución y las víctimas de su embate", afirma.
Asimismo, señala al PSC y su defensa de un referéndum como la repetición del "error del tripartito y el Estatut" de 2006. "Hemos advertido al PSOE del peligro de acercarse a ERC y nos tratan de aguafiestas, pero más pronto que tarde comprobarán que el 'broncas' vuelve a liarla", avisa. Mientras, Ana Losada, presidenta de Asamblea por una Escuela Bilingüe, subraya que los indultos "desmontan mucha de la labor que hemos hechos en las instituciones europeas contraargumentando al independentismo".
Esta sensación de abandono a su suerte es casi general en el constitucionalismo catalán. No obstante, también hay voces que introducen matices y optimismo. Es el caso de Josep Ramon Bosch, ex presidente de SCC, quien sostiene que el constitucionalismo derrotó al procés por tres motivos: "el discurso del Rey Felipe VI, la huida de miles de empresas fuera de Cataluña y la manifestación de SCC del 8-O".
Tanto las visiones más optimistas como las interpretaciones más pesimistas coinciden en que el constitucionalismo debe reaccionar, sin esperar el apoyo de los partidos, ante el nuevo escenario político que propician los indultos. En este sentido, las 23 entidades constitucionalistas han puesto en marca la Mesa Cívica, con el fin de elaborar estrategias conjuntas y centrar sus acciones reivindicativas.
Estrategias compartidas
Uno de los impulsores de esta iniciativa es Fernando Sánchez Costa, actual presidente de SCC. "Debemos cooperar, hacen falta más sinergias y recursos para incidir en el plano de la cultura, de la comunicación de la difusión de un relato constitucional, y para poder crecer fuera del área metropolitana de Barcelona, que es donde se ganar las elecciones", apunta Sánchez-Costa. El ex diputado del PP sostiene que en un momento como el actual, con el votante constitucionalista desmovilizado, es "importante dar un mensaje de esperanza, de que si queremos podemos dar la vuelta a la situación en Cataluña porque estamos mejor organizados tras una década de procés y sabemos lo que hay que hacer".
Para Ana Losada es necesario que el Estado "aumente su presencia en Cataluña y exigir la defensa sin complejos de la ley". Mientras que Josep Ramon Bosch el "llamado constitucionalismo debe volver a la normalidad, integrando en el mainstream constitucional a una mayoría de catalanes (catalanoparlantes) que dejaron de creen en España, y eso obliga a salir de la trinchera y a hacer propuestas que sepan conjugar el sentimiento hispano con la catalanidad".
Carlos Basté, presidente de la Asociación por la Tolerancia, recuerda que el constitucionalismo catalán es muy amplio, diverso y plural, lo que no evita la existencia de "una serie de ideas que lo vertebran y lo cementan", y que debería permitir construir la estrategia común. Entre ellas, la igualdad de los ciudadanos "independientemente de su origen, al defensa del castellano en la escuela y las instituciones o el apoyo a la Constitución y los valores que representa".
[Fuente: Por Iñaki Ellakuría, El Mundo, Madrid, 10jul21]
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