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02oct18
Ultimátum de Torra a Sánchez: le retirará su apoyo si no pacta un referéndum antes de noviembre
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha arrancado con fuerza el debate de política general en el Parlament. Cuando acaba de cumplirse un año del referéndum ilegal del 1-O y un día después de alentar a los CDR a “apretar” con sus acciones, ha exigido a Pedro Sánchez que pacte la forma de ejercer el derecho a la autodeterminación antes de noviembre si quiere que el independentismo garantice en el Congreso de los Diputados la estabilidad de su Gobierno. Es decir, si pretende que el nacionalismo catalán apoye sus Presupuestos para 2019. En concreto, le ha pedido una propuesta para "facilitar el derecho de autodeterminación" de Cataluña que debe ser “pactada, vinculante y reconocida internacionalmente”.
Lo primero que ha hecho el presidente de la Generalitat es responder al tuit con el que Sánchez le ha avisado este martes de que no ponga en riesgo la “normalización” de las relaciones entre Cataluña y el Estado tras los graves altercados ocurridos el lunes, cuando grupos de radicales trataron de asaltar el Parlament culminando así la jornada conmemorativa del 1-O. “Quien pone en riesgo la normalización política es su Gobierno”, le ha dicho al jefe del Ejecutivo central y ha recordado que un año después se mantiene en prisión a los principales dirigentes del ‘procés’ pendientes de juicio y bajo acusaciones que pueden suponerles condenas a varios lustros de cárcel.
“Basta de amenazas y ambigüedades”, ha exigido Torra pese a que él mismo ha desafiado al Estado y al poder judicial cuando ha considerado que una sentencia condenatoria en el caso del “procés” será “un punto de inflexión y de no retorno”. “No quiero volver a oír hablar de diálogo si no se ejerce, ha resumido. Respecto al juicio, solo está dispuesto a admitir el archivo del caso y su anulación porque “si condenan a los presos políticos y exiliados, el Estado español estará legitimando ante el mundo el derecho de Cataluña a la autodeterminación para convertirse en un Estado”.
Todo estos planteamientos se recogen en una carta que Torra ha enviado este mismo martes a Sánchez, pero las consecuencias de su discurso no son difíciles de adivinar teniendo en cuenta una no muy lejana declaración del presidente del Gobierno central durante su visita a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU: “Si el independentismo prioriza el conflicto, habrá elecciones”. Lo dijo en un foro organizado por la agencia Reuters, donde también se mostró dispuesto a presentar un anteproyecto de Presupuestos para 2019 con el techo de gasto del anterior Gobierno de Mariano Rajoy. Pero es obvio que sin el apoyo de los diputados del PDeCAT y de ERC, que fueron decisivos para que desalojara al PP de Moncloa, nunca podría sacarlos adelante.
Torra, por otra parte, ha anunciado que ha dado instrucciones para que la Generalitat se persone como acusación particular en todas las causas abiertas contra el independentismo y la libertad de expresión porque, según sus palabras, “no podemos permitir que se persiga la defensa de la democracia”. A su juicio, el Estado y su “deriva autoritaria y represiva” son los “máximos responsables de la tensión en las calles”, por lo que ha opinado que “a todos nos interesa resolver un conflicto político que no se debería haber producido nunca en estos términos de cárcel y exilio, persecución judicial y violencia policial”. “Quien se piense que todo esto nos hará retroceder es que no conoce la determinación y la fuerza que nos hace saber que siempre estaremos al lado de la democracia, la libertad y la paz”, ha dicho.
Además, Torra ha instado al presidente del Gobierno a retirar las impugnaciones ante el Tribunal Constitucional sobre leyes sociales catalanas -la gran mayoría interpuestas por el anterior Ejecutivo del PP- y ha avisado de que, si no lo hace, comenzará el proceso para volver a aprobar esa normativas en el Parlament.
Sobre los incidentes del lunes, el ‘president’ ha hecho una levísima autocrítica, anunciando que el conseller de Interior, Miquel Buch, comparecerá en el Parlament para dar las explicaciones sobre los choques entre los Mossos y los radicales. No obstante, ha descrito lo sucedido como un conjunto de “hechos aislados”, no “representativos” del movimiento independentista. El camino hacia la independencia “no es éste”, sino justo “el contrario”, ha dicho Torra, que el lunes tuvo que escuchar gritos, abucheos y peticiones de dimisión en todas las concentraciones en las que estuvo presente y que por eso ha exigido este martes que la movilización sea siempre “radicalmente no violenta”, sin “rebajar ni un milímetro su intensidad”.
A partir de ahí, ha ido encadenando amonestaciones. “El presidente Sánchez tiene que tomar compromisos concretos y valientes. Basta de vaguedades”, ha dicho después de subrayar que “la paciencia no es infinita”. Torra ha insistido más adelante en que noviembre es el tope para llegar a un acuerdo con el Ejecutivo de Sánchez y ha hecho hincapié en que no está dispuesto a dejarse torear con una sucesión de contactos y de divagaciones que no lleven a ninguna parte.
Como es habitual en todas sus intervenciones, Torra ha apelado al ‘mandato’ del 1-O: “Yo nunca renunciaré a cumplir con el mandato del primero de octubre porque el derecho de autodeterminación no me pertenece a mí, ni al Govern ni al Parlament; es un derecho inalienable del pueblo de Cataluña”. Esta parrafada, en línea con la doctrina independentista más recalcitrante, ha vuelto a olvidar que el derecho de autodeterminarse solo está reconocido internacionalmente para los pueblos colonizados.
“No esperaremos eternamente”, ha avisado y ha lanzado otra serie de advertencias: “Ofrecemos al tripartito del 155 abandonar la unilateralidad, nosotros avanzaremos sin esperar más” (…) “Basta de silenciar la voz de un país, la solución no es otro Estatut”, ha dicho en alusión a la oferta de Pedro Sánchez para que se vote un nuevo Estatuto de Autonomía que, entre otras cosas, recupere parte de lo que el Tribunal Constitucional anuló de la norma refrendada por los catalanes en 2006. Una vez más, ha pedido la mediación de la comunidad internacional y se ha comprometido a asumir las consecuencias de la votación: “Un referéndum se puede ganar o perder, pero la democracia siempre saldrá reforzada”.
[Fuente: República de las ideas, Madrid, 02oct18]
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