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07may18
Un marchante belga ofrece a Puigdemont documentos inéditos del coronel Escofet
Eran las 2 de la tarde del viernes 16 de febrero. Un marchante con espíritu emprendedor se dirigió a la casa de Carles Puigdemont en Waterloo. Su intención, contactar con el expresidente catalán para hacerle partícipe de lo que acababa de descubrir, una caja llena de documentos inéditos del coronel Escofet, el militar republicano que sirvió a las órdenes de Macià y Companys, y que tuvo a su cargo la Comisaría General de Orden Público de la Generalitat.
El marchante belga, que prefiere mantener el anonimato, contó a este periódico que se dirigió a líder de JxC pensando que "de exiliado a exiliado" los documentos podían tener un valor añadido para el expresident. Al no conseguir contactar con él ni nadie de su entorno, depositó un mensaje en el buzón de la villa donde residía Puigdemont en aquella ciudad.
La correspondencia epistolar del coronel Escofet fue rescatada de una destrucción segura por un ojo experto. A un trapero que recupera restos de mudanzas que en gran parte acaban en la basura le llamó la atención el nombre que se repetía una y otra vez en los escritos que llenaban una caja de cartón vieja y gastada. Su instinto le llevó a contactar con un marchante conocido suyo, historiador de vocación, que se hizo con la caja en cuestión. Pronto se dio cuenta que la estancia forzosa en Bélgica, largos años en el caso de Escofet, meses en el de Puigdemont, conectaba las dos figuras políticas.
A partir de ese momento, el marchante recopiló información sobre Frederic Escofet, un personaje con vida de película. Oficial del ejército español que combatió en tierras africanas, jefe de los Mossos d'Esquadra, hombre de confianza de Macià y de Companys, condenado a muerte, exiliado en Bruselas donde tuvo que sobrevivir con medios modestos y, finalmente, reconocimiento de sus méritos con la vuelta de la democracia a España. A la narrativa oficial le acompaña una historia de amor con una mujer que abandonó a su marido en Barcelona para seguirle en el exilio. Los documentos, que La Vanguardia ha podido consultar, están fechados en tres épocas distintas de la vida de Escofet. El más antiguo es del 8 de octubre de 1926. La concesión de la Cruz de Primera Clase de la Orden del Mérito Militar que le otorga el rey Alfonso XIII por "distinguidos servicios prestados y méritos contraídos" como teniente de caballería en el Protectorado en África.
Una segunda tanda de escritos corresponde a sus primeros años de exilio en Bruselas, donde regentó una modesta tienda de productos españoles llamada "Costa Brava". También aparece el texto original de la conferencia que en 1958 Escofet pronunció en el 18 aniversario del fusilamiento del presidente Lluís Companys en el Club García Lorca de Bruselas. El texto lleva por título Lo que yo he vivido con el presidente Companys. Como Comisario General de Orden Público durante los hechos de octubre de 1934, Escofet fue el encargado de defender el Palau de la Generalitat. Detenido y condenado a muerte en un consejo de guerra en Montjuïc, su sentencia sería conmutada por la cárcel hasta que, con la victoria del Frente Popular, le llegó el indulto.
El grueso de los escritos pertenece a la última etapa de su vida. Aquí se pone ya de relieve el reconocimiento al antiguo militar y dirigente policial.
Una nota firmada por el director general de Seguridad Ciudadana, Lluís Renau, le comunica su nombramiento como Comandante Honorífico de los Mossos de Esquadra el 3 de marzo de 1986 y aparecen las gestiones para restablecer los derechos de los militares de la República, con menciones a Busquets (se supone que el coronel Juli Busquets, fundador de la Unión Militar Demócrata).
En el año 1986, le llega una numerosa correspondencia interesándose por su estado de salud. Hay notas del presidente catalán, Josep Tarradellas, de Josep Bricall y de dirigentes de ERC, como Heribert Barrera. Uno de los documentos más recientes es el informe médico de la clínica belga Edit Clavell, sobre el tratamiento de cáncer de próstata que se le aplicó en aquel hospital. Está fechado el 10 de marzo de 1986. Escofet moriría un año más tarde, el 27 de marzo de 1987 en Barcelona.
Mientras, los documentos viajan de Bélgica a Marbella. Tras el silencio de Carles Puigdemont a su propuesta, el marchante saca los documentos a subasta en Marbella el 7 de junio. Salen por un precio modesto, entre 800 y 2.000 euros. La puja está abierta.
[Fuente: Por Jaume Masdeu, La Vanguardia, Barcelona, 07may18]
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