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28may13
ERC prepara una campaña anti-Madrid aunque "rompa la legalidad española"
Los independentistas catalanes no darán tregua si no se aceptan sus demandas de celebrar un referéndum secesionista. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) espera liderar un proceso de desobediencia civil en Cataluña de cara al referéndum que piensa convocar Artur Mas el próximo año.
"Hay un riesgo real de que el cierre en banda de PP y PSOE llegue hasta el punto de querer ignorar un resultado afirmativo de la consulta sobre la independencia o, incluso, de prohibirla. Si fuese este el caso, tanto el pueblo de Cataluña como sus representantes políticos habrán de decidir entre democracia y legalidad vigente. Nuestro partido, en este sentido, tiene clara su elección: la democracia siempre va por delante. Hasta el punto de interpretar que la legalidad se puede tensar, si es en beneficio de la democracia", dice el texto de la ponencia que los republicanos llevarán el próximo 6 de julio a su Conferencia Nacional por la República Catalana.
Esquerra subraya que la responsabilidad principal en ese caso será de los representantes políticos, "que habrán de ser los que lideren los actos de soberanía que rompan la legalidad española en el caso de que se resista a adecuarse al principio democrático". Por tanto, aboga por "una serie de acciones de lucha y protesta que tienen en común ser tan pacíficas como transgresoras de una legalidad que demuestra ser antidemocrática o profundamente injusta. La idea no es sólo 'no acatar' esta legalidad que se rechaza, sino forzar la abolición y la sustitución por unas reglas de juego más razonables".
Según la ponencia, la desobediencia civil en Cataluña toma diversas formas, "desde la insumisión fiscal hasta el levantamiento de peajes pasando por la retirada de símbolos del Estado español de los edificios oficiales o por la convocatoria de concentraciones ante las sedes de los organismos del Gobierno central en Cataluña". Pero advierte que "sean cuales sean las formas que tome una campaña de desobediencia civil, nunca habrán de ser fruto de la improvisación y el voluntarismo, sino, especialmente, de un esfuerzo coordinado desde la sociedad civil. El objetivo es garantizar el éxito de las acciones de desobediencia, definidas y estudiadas a fondo, con unos objetivos claros, de acuerdo con tres principios: la no violencia, la efectividad y la minimización de los riesgos para los participantes". Y zanja: "El coraje será necesario en este proceso; los sacrificios inútiles, en cambio, serán contraproducentes".
Lo que tienen claro los republicanos es que "tanto la desobediencia civil, como los actos pacíficos de apoyo popular a la independencia y al derecho a decidir (manifestaciones, concentraciones…) como también los actos de soberanía de los representantes del pueblo en el Parlamento son las tres patas sobre las cuales es preciso construir una auténtica rebelión cívica, pacífica y democrática, en contra del intento del Estado español de conculcar nuestro derecho a decidir democráticamente nuestro futuro".
"Que el mundo se entere"
El objetivo es "asegurar que el Gobierno de Madrid no podrá perjudicarnos sin que el mundo se entere", porque lo que se ha de transmitir es que esta "rebelión" se produce "por la negativa de Madrid a abordar la independencia de Cataluña mediante un diálogo razonable, vertebrado sobre el respeto al principio democrático y traducido en el derecho del pueblo catalán a decidir por sí mismo su futuro colectivo".
Aun así, Esquerra aboga por "asegurar la máxima colaboración con España y sus ciudadanos, con quienes el peso de las relaciones familiares, económicas y culturales de siglos nos vinculan estrechamente. La oportunidad de la emancipación catalana, el pasar de la subordinación al buen vecinazgo, ha de permitir la profundización de unas relaciones entre iguales, basadas en la confianza mutua y la voluntad de cooperación".
Pero también quiere apostar por Europa. "Desde la ubicación europea, la República catalana se habrá de plantear una ambiciosa intervención en el área mediterránea". Y ello porque "somos puerta y vía de acceso y llegada del 'puente de mar azul'. Y hemos de aspirar a estrechar lazos con todas las sociedades y culturas que conforman este espacio histórico y político que contuvo algunas de las civilizaciones antiguas más influyentes en el desarrollo de la humanidad. (…) Barcelona habría de aspirar a ejercer de capital -o como una de las capitales de referencia- de este inmenso espacio entre Europa, África y Asia de más de 500 millones de habitantes". Asimismo, por razones de carácter histórico y cultural, "nuestra República habrá de establecer vínculos fraternales con los pueblos de América. No podemos renunciar a hacer de cabeza de puente en las relaciones entre Europa y América Latina".
[Fuente: Por Antonio Fernández, Barcelona, El Confidencial, Madrid, 28may13]
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