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03dic17
El juez podría dejar en prisión a Junqueras, Romeva y los Jordis y liberar a todos los demás exconsejeros
El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena comunicará este lunes si mantiene la prisión incondicional de los ocho exconsejeros encarcelados y los líderes de ANC y Òmnium, los Jordis, o la suaviza con la imposición de una fianza, al menos para algunos. Y es que no parece que la decisión del magistrado vaya a ser igual para todos los encarcelados porque tampoco lo fueron sus declaraciones del viernes ni la forma en la que acataron el artículo 155 y se comprometieron a actuar dentro de los márgenes constitucionales, la 'regla de oro' de Llarena para aplicarles la 'vía Forcadell'.
La 'vía Forcadell' es la que permitió a la presidenta del Parlament eludir la cárcel mediante el pago de una fianza tras haber acatado la aplicación del 155 y haberse comprometido a no atentar contra la Constitución. Pero las declaraciones del pasado viernes no se produjeron exactamente en los mismos términos.
Tal y como ya contó República.com, Junqueras y Romeva se negaron a responder a las preguntas del fiscal y tanto ellos como 'los Jordis' contestaron a las preguntas clave para determinar si han de seguir en prisión o no de una forma un tanto ambigua y hasta retorcida. El exvicepresidente y los líderes nacionalistas respondieron afirmativamente cuando se les interpeló sobre si aceptaban el polémico precepto constitucional y apoyaron esa afirmación en que no se habían resistido en el momento de su detención.
Ninguno de ellos expresó su renuncia a luchar por la ruptura de Cataluña con el Estado español apoyándose en que ellos se mueven "dentro de los márgenes de interpretación de la Constitución", lo que en sí mismo no constituiría una actividad delictiva salvo que el juez decida interpretarlo como la voluntad manifiesta de seguir saltándose la ley a voluntad, es decir, de seguir incurriendo en reiteración delictiva, uno de los riesgos que se pretendían ahuyentar en la vista del viernes. De hecho, la Fiscalía ha subrayado en su petición de mantener a los imputados en prisión que "la fórmula de acatamiento del 155 no ha implicado el reconocimiento de ningún cambio", añadiendo que "en las expresiones referidas a la Constitución como amplia y flexible no se ha podido inferir un atisbo de sometimiento a la legalidad vigente".
Otro de los argumentos 'oblicuos' para apoyar su aceptación del 155 sin manifestarla claramente, fue su participación en las elecciones del 21 de diciembre. Pero no parece que su visión de estos comicios coincida con la del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que fue quien los convocó, ni con la de los partidos constitucionalistas que concurren a ellos. Más bien parece que hacen de las elecciones un uso instrumental para volver a la casilla uno del procés, sin el corsé de los plazos que tanto ha condicionado a los independentistas, pero con los planes intactos para llegar al mismo resultado que han perseguido durante los últimos 18 meses.
Y, por si quedaba alguna duda, Junqueras lo ha detallado todo en un artículo publicado en 'Político'. Entre otras cosas, pide a la Unión Europea que supervise los resultados de las elecciones del 21-D "para garantizar que sean respetados realmente y para eliminar cualquier duda sobre el resultado". Según el exvicepresidente, de esta manera se garantiza que "los abusos acabarán", momento en el que recurre a desplegar el abanico de las acciones represivas ejercidas por el Estado contra el soberanismo catalán: "El gobierno elegido por los catalanes está en prisión, las instituciones catalanas han sido usurpadas y la ultraderecha lleva a cabo la violencia con impunidad por las calles de Cataluña".
A tenor de este artículo, da la impresión de que Junqueras ha decidido competir con Carles Puigdemont, su principal rival en estas elecciones, por ganar la baza del victimismo, lo que también explicaría su decidida apuesta por seguir en prisión para poder contraponer su 'sacrificio personal' al supuesto exilio del expresidente.
Junqueras argumenta que en otras circunstancias estas elecciones serían de poco interés para el resto de Europa pero no en este caso, incluso apunta que quizá sean de "de interés para la comunidad internacional en su conjunto". Por ello, ve "vital" que supervise el resultado. "La ausencia de Europa hasta ahora y su declaración de que éste es un asunto interno de España amenaza con convertirse en un problema grave a medio y largo plazo".
El vicepresidente encarcelado por la Audiencia Nacional se pregunta si el gobierno español respetará el resultado: "Escucharán lo que dicen los votantes, o ignorarán la voluntad del pueblo catalán una vez más y continuarán persiguiéndolos?
Según Junqueras, esta es la "pregunta principal" ahora mismo. Las elecciones -sigue- son una forma para que los ciudadanos canalicen sus demandas. "¿Puede la voluntad de la gente prevalecer o prevalecerá la fuerza?". Junqueras remarca que la UE tiene "el deber de defender la democracia". Lo que expresen ciudadanos el 21-D debe ser una elección que se pueda implementar "porque nuestro futuro pueda construirse sobre una base democrática".
El caso es que tras la pregunta de Junqueras se oculta otra diferente forma de interpretar los acontecimientos a los que nos enfrentamos: el 21-D se celebrarán unas elecciones autonómicas catalanas para el Gobierno central y los partidos de ámbito nacional. Para el ex Govern encarcelado, se trata sin embargo de un referéndum, el que no pudieron celebrar el 1 de octubre con todas las garantías, en el que esperan que el resultado avale su proyecto secesionista. ¿Qué se proponen hacer a partir de ese momento? En principio, se supone que los independentistas han renunciado a la vía unilateral pero, al igual que sucede con todo lo demás, es difícil saber si se trata de una renuncia sincera o solo táctica para sortear las causas judiciales a las que se enfrentan.
El viernes, Junqueras y 'los Jordis' respondieron 'sí' cuando les preguntaron si renunciaban a la declaración unilateral de independencia pero con evidentes matizaciones. Afirmaron que renuncian pero solo porque se encuentran en un "cambio de estrategia", en el que tratan de que prevalezcan "las negociaciones, los pactos y los acuerdos". Esa es la vía bilateral. o "multilateral" como prefiere llamarla Marta Rovilar, que estarían pactando Junts per Catalunya y ERC para llevar a las elecciones un tronco común programático, independientemente de que cada una de las siglas vaya por su cuenta.
[Fuente: Por Pilar Gassent, República de las ideas, Madrid, 03dic17]
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