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17oct17
Desmontando las mentiras económicas del 'procés' (X): Depósitos sin garantizar y amenaza de 'corralito'
A pesar de las promesas de la Generalitat y de la falsa tranquilidad que el Govern ha querido transmitir en un punto tan sensible como el bancario, las manifestaciones de los diferentes organismos europeos y, más importante aún, las decisiones de las propias entidades evidencian que la independencia unilateral de Cataluña significaría su expulsión del Eurosistema.
Los bancos con sede en la nueva República perderían, obviamente, la ayuda del Banco de España, pero también dejarían de contar con el respaldo del Banco Central Europeo (BCE). Y esto significaría que los depositantes de entidades con domicilio en Cataluña no tendrían sus fondos garantizados. «Los bancos con sede en Cataluña perderían el paraguas del BCE, dejarían de ser miembros cualificados y sus fichas bancarias carecerían de valor. Por lo tanto, los depósitos ya no estarían garantizados porque Cataluña no tiene las reservas necesarias para ello», explica Javier Santacruz, economista de la Universidad de Essex.
Precisamente por eso, la Consejería de Economía y Hacienda de la Generalitat, bajo la dirección de Oriol Junqueras, ya ha trabajado en la posibilidad de crear un Banco Central de Catalunya (BCC), Sin embargo, la creación de esta entidad suscita mucha incertidumbre ya que el sector no tiene claro, por ejemplo, cómo podría respaldar la concesión de créditos de las entidades de Cataluña o si de verdad tiene las herramientas necesarias para ejercer una actividad tan compleja desde el primer día.
Por todo ello, y por los problemas jurídicos que se podrían llegar a producir en caso de que la Generalitat proclamase la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), CaixaBank, Banco Sabadell y Banco Mediolanum han trasladado en las últimas semanas sus sedes sociales a Valencia y Alicante, explican fuentes financieras. Con esta decisión, los clientes de estas entidades tendrán asegurados sus depósitos porque, ocurra lo que ocurra en Cataluña, los bancos seguirán siendo españoles.
No sucede lo mismo, en cambio, con las entidades que siguiesen dentro de la comunidad autónoma. Ahora mismo, este sería el caso de alguna pequeña caja como Caixa Guissona o de Caja de Ingenieros. Sin embargo, ésta última «no tiene el dinero en Cataluña porque su banco depositario está fuera», añade Santacruz.
Control de flujos
Lo que sería más dificil de evitar para los clientes y para las entidades, independientemente del lugar en el que esté su sede, sería el corralito bancario que, según la Candidatura de Unidad Popular (CUP), se podría imponer en Cataluña. Eulàlia Reguant, diputada de este partido en el Parlamento de Cataluña, aseguró la pasada semana que tras la de independencia, se impondrá «un control de capital y de flujos en Cataluña para garantizar, al menos durante un tiempo, dar la capacidad de funcionar a la república».
De esta manera, esta licenciada en Matemáticas confirmó algo que ya se había barajado desde el momento en el que el órdago independestista empezó a cobrar fuerza: que la nueva República intenvendría las cuentas de los bancos. Tras las declaraciones de Reguant diferentes economistas discutieron sobre si realmente la Generalitat podría llevar cabo un corralito o si era un imposible. Pero más allá de si la respuesta a esta cuestión es afirmativa o negativa, el mero hecho de que una representante de uno de los partidos clave en el Gobierno de Cataluña haya planteado esta posibilidad, provoca una alta incertidumbre y desconfianza en un sector que, precisamente, tiene en estos puntos dos de los aspectos más relevantes para su correcto funcionamiento.
[Fuente: Por Daniel Baña, El Mundo, Madrid, 17oct17]
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