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02oct17
Sánchez rompe el frente constitucional
En la víspera del referéndum del 1-O Pedro Sánchez prometió ante el Congreso de los socialistas vascos: 'obligaré a negociar a Rajoy con Puigdemont'. Solo le faltó añadir: 'y si se resiste yo mismo lo llevaré del ronzal'. Pues bien, tras su encuentro con Rajoy en la Moncloa Sánchez publicó un comunicado con tres mensajes: Rajoy debe sentarse a negociar con Puigdemont; debe reunirse con Pablo Iglesias; y hay que investigar las actuaciones de las Fuerzas de Seguridad en Cataluña.
O sea que Sánchez subido a lomos de su odio personal a Rajoy -'usted no es una persona decente', le dijo en un debate televisado- y embrujado por Iceta e Iglesias actúa como si nada grave pasará en España y ha decidido pasarse alegremente al bando independentista. Y desea que el Presidente del Gobierno de España, después de lo ocurrido este domingo en Cataluña, se humille y se ponga de rodillas ante Puigdemont quien acaba de anunciar su intención de proclamar la independencia de Cataluña y que ya no quiere ver a Rajoy sino encontrar un mediador internacional en la UE.
Y luego Sánchez le insiste a Rajoy que no se olvide de hablar con Iglesias que va pidiendo un 'referéndum pactado' en Cataluña (y en el País Vasco como lo reclama Urkullu) para liquidar la soberanía nacional. Y como guinda del pastel Sánchez exige a Rajoy que investigue a los policías y los guardias civiles que el 1-O intervinieron en Cataluña, a las órdenes de los jueces del TSJC.
Sin embargo Sánchez no pide que se investigue la rebelión de los Mossos contra la Justicia ni tampoco a quienes agredieron e hirieron a miembros de las Fuerzas de Seguridad. Para él solo hay unos culpables de brutalidad y sus palabras son la causa principal de las críticas europeas a España sobre la violencia, porque han sido los socialdemócratas europeos los que han extendido en las instituciones de la UE este incendio que inició Sánchez.
¿A dónde va Sánchez? Desde luego no a la Presidencia del Gobierno de España con un discurso anti español y ensimismado que lo descalifica como alternativa y líder de la Oposición. Sánchez lo que está haciendo es volver a poner en marcha la 'Operación Frankenstein' y buscar, a pachas con Iglesias -que fue el que lo apuñaló en su investidura de marzo de 2016-, otra moción de censura con los votos del PSOE, Podemos, ERC, Compromis, PDeCAT y PNV y Bildu si hiciera falta.
Y está el líder del PSOE empeñado en una España plurinacional y federal que ya no interesa a los secesionistas catalanes porque ellos están a punto de declarar la independencia y todo lo demás les suena a vieja charanga. Un modelo que tampoco van a aceptar C's y el PP y puede que no todo el PSOE, y a no perder de vista a Susana Díaz que sigue teniendo -con sus 20 diputados- las llaves del Grupo Parlamentario del PSOE.
Después de Sánchez visitó a Rajoy en Moncloa Albert Rivera que propuso aplicar el artículo 155 de la Constitución 'para convocar unas elecciones en Cataluña', pero esperemos que también para algo más, como para registrar el Gobierno catalán y descubrir la trama y la cabecera del golpe de Estado y sus vías de propaganda y financiación.
Y ¿qué piensa Rajoy de todo esto? Imaginamos que el Presidente es muy consciente de sus errores y la pésima gestión y prevención de la Consulta del 1-O. Pero ya le ha dicho Rivera que nada de postrarse de rodillas ante Puigdemont -ardería el PP- ni de aceptar el 'referéndum pactado' que vende Iglesias y que Iceta pretende colocárselo a Sánchez.
Lo que sí está claro es que Rajoy, con los Presupuestos de 2018 en el alero, depende más que nunca de lo que decida la Oposición. Pero tiene un as de oros en la manga: adelantar las elecciones generales tras denunciar en el Parlamento la actitud de Sánchez proclive a los golpistas, atacando a las Fuerzas de Seguridad, sometiéndose a Podemos y al PSC y pidiendo al Estado se ponga de rodillas ante la Generalitat.
Si a eso se añadiera que, tras convocar dichas elecciones, Rajoy renunciara a encabezar el cartel electoral del PP en favor de un nuevo candidato, lo que tampoco hay que descartar, su as de oros de momento oculto tendría en esa imaginaria partida altas posibilidades de ganar. Y Rajoy 'moriría matando' a quien como Sánchez está dispuesto a todo con tal de sentarse en Moncloa, un empeño que por el bien de España no logrará.
[Fuente: Por Pablo Sebastián, República de las ideas, Madrid, 02oct17]
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