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01oct17
Los minutos más tensos: así se llevó la policía las urnas de la Escuela Ramón Llul
Fuerzas antidisturbios de la Policía Nacional han conseguido sacar las urnas de la Escuela Ramón Llul, en pleno barrio de L'Eixample, después de más de una hora de forcejeo con las decenas de personas que habían acudido a despejar la entrada para permitir la votación.
La intervención policial, una de las más tensas de cuantas se han vivido hasta el momento este 1-O, empezó poco antes de las nueve de la mañana, hora a la que se abrían las urnas. Ante la evidencia de que los Mossos no iban a intervenir, la Guardia Urbana cortó el tráfico y decenas de agentes antidisturbios llegaron en furgonetas. Rodearon la escuela e intentaron acceder por la puerta principal, tanteando y tratando de evitar una carga contundente contra las personas allí agolpadas, gente de todas las edades, que les impedían el paso con el lema de "Somos gente pacífica", en catalán y en español.
La imagen de los furgones policiales desplegándose bajo la lluvia corrió por las redes sociales y los grupos de Whatsapp y enseguida creció la afluencia. Los voluntarios dejaron pasar a varias internacionales y a las cámaras de TV3 para que grabasen desde cerca el enfrentamiento. Algunos vecinos se alejaron de la zona por miedo a que se produjese un estallido de violencia, pero la mayoría se atrincheraron dentro y en los aledaños. Justo enfrente del edificio, en el último piso, una señora observaba la escena a través de la cortina de su ventaba, la única decorada con una bandera española entre varias esteladas y pancartas a favor de la independencia.
Sin que nadie se lo esperase, la policía sorprendió a los votantes saltando con agilidad por la verja lateral. En pocos minutos había varios antidisturbios dentro. Desde el interior del patio, lograron despejar el acceso, pero se encontraron con una nueva barrera en la entrada. Dentro del edificio, los voluntarios desplegados para colocar las mesas y algunas de las personas que madrugaron para proteger la votación se atrincheraron y bloquearon la puerta, un obstáculo que la policía salvó con un ariete de desalojo que retumbó en toda la manzana. Tras varias cargas, consiguieron sacar las urnas y en pocos minutos desaparecieron de la escena.
En las calle sonaron las sirenas de ambulancia y el ruido de los helicópteros que sobrevolaban la zona. Varias personas tuvieron que recibir asistencia médica. "A mi madre le ha dado un ataque de ansiedad y se la han tenido que llevar. Nunca me imaginé que viviría algo así en el que fue mi colegio", comentaba una joven, que lloraba sentada en la acera. La mayoría de quienes participaron en el bloqueo se marcharon a votar los colegios adyacentes. En algunos, como el de la Escuela Fort Pienc, se formó una larga cola.
[Fuente: Por Ángel Villarino, El Confidencial, Barcelona, 01oct17]
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