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28sep17
"Vuelva usted a la legalidad": así fue la tensa reunión entre Interior y Puigdemont
Absurda. Tensa. Inútil. Brindis al sol. Estos son los calificativos de la Junta de Seguridad convocada –apresuradamente, sin los mínimos requisitos legales– por el presidente catalán, Carles Puigdemont. Quería realizar una cabriola legalista para burlar a la Justicia y el burlador resultó burlado: como la Fiscalía había dispuesto el nombramiento de un mando único en las investigaciones referentes al referéndum catalán que recaía en el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, su plan era monopolizar las investigaciones desde la Junta de Seguridad –que él preside–, aduciendo que "no están judicializadas las investigaciones". Craso error. Horas antes de la reunión prevista, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña emitió una instrucción delegando en la Fiscalía esa misión. Y Puigdemont, que ya había convocado la junta, se encontró sin argumentos cuando esta se reunió, porque tras esa instrucción quedaba judicializado el mando en el coronel.
Así pues, Puigdemont llegó a la junta que él había convocado preparado únicamente para lamentarse. Fuentes presentes en la crucial cumbre entre el Estado y Cataluña señalan a El Confidencial que "la reunión se podría haber ahorrado". De hecho, Puigdemont argumentó que las competencias para preservar el orden público son de los Mossos d'Esquadra, lo que nadie le rebatió. Y dejó sentado que partía de la base de que su preocupación era cumplir las instrucciones dadas por el juez (entre ellas, que las fuerzas de seguridad han de precintar los colegios electorales que el mismo Puigdemont ha ordenado abrir). Pero no contaba con una cosa: "El tema se ha judicializado. Y en el momento en que está judicializado, la Junta de Seguridad no pinta nada. No puede pasar por encima de un juez", dicen fuentes consultadas por El confidencial.
El 'president' insistió en varias ocasiones en que las competencias son de los Mossos y que correspondería a estos decidir lo que se hace. Otro craso error. "Con la legislación vigente en la mano, la designación del coronel Cobos como jefe del mando único es totalmente correcta", le contestaron. Los 'cortes' le fueron cayendo encima como chuzos de punta.
Pidió por activa y por pasiva el mando de la situación. Su razonamiento fue previsible: los Mossos son los únicos agentes encargados de la situación. Y dependen de la Generalitat. Por tanto, vino a decir, déjennos manejar la situación. "Pero no olvide que los Mossos son policía judicial y han de acatar las órdenes de los jueces", argumentaron los representantes del Gobierno central. No lo puso en duda, pero se mostraba evasivo. No habló, en ningún momento, de desobedecer a los jueces, pero hay silencios que son más expresivos que las palabras.
"Buscaremos la fórmula"
Sus interlocutores le contestaron también apelando al 'seny' (sentido común). "No insista en el referéndum y vuelva usted a la legalidad". Pero el 'president' no estaba en ese plano político. Subrayó que el referéndum sigue adelante y nada le hará variar su hoja de ruta. "¿Pero cómo espera usted combinar la posición de celebrar el referéndum con la actuación de los Mossos, que tienen órdenes de actuar contra toda actuación que facilite el referéndum?", le inquirieron. Sublime respuesta: "Buscaremos la fórmula". En algunos círculos, se afirma que, con esta contestación, "la actuación futura de los Mossos d'Esquadra queda en manos de los 'briefings' que diariamente se hacen en las comisarías". O sea, que diariamente, en las reuniones de la policía, se trasladarán las órdenes a la tropa para que esta actúe durante el día. Y esas consignas, que no quedan por escrito, son las que se pretende que sienten cátedra y las que decidan si se cumple con mayor o menor rigor la orden de los tribunales de no permitir el referéndum. Todo, pues, un puro teatro.
De desastre en desastre, Puigdemont llegó a decir a los representantes del Gobierno español que "la actuación de la policía, tal y como pretende el juez que se haga, provocará problemas de orden público". "¿Problemas de orden público? Los problemas los provoca el Gobierno catalán con su actitud", fue la respuesta que recibió de los interlocutores.
La tensión no decayó durante la reunión. El consejero de Interior, Joaquim Forn, criticó que "desde Madrid, me han dicho que han llegado 10.000 policías a Cataluña. No nos hacen falta, porque los Mossos pueden hacer todo el trabajo". Esta excusa queda reducida a cenizas cuando el propio Govern pone sobre la mesa que los Mossos no podrán cumplimentar las órdenes judiciales porque no tendrían suficientes efectivos para retirar las urnas o vigilar que los colegios electorales están precintados. La pregunta es obvia: ¿hacen falta efectivos o no? ¿Son suficientes los Mossos para cumplir las órdenes judiciales? "Lo que hay es una enorme deslealtad política por parte de la Generalitat de Cataluña. Se podría decir también que hay una falta de voluntad política para cumplimentar las órdenes judiciales, porque son contrarias a sus posicionamientos y sus decisiones", aducen las fuentes consultadas.
La valoración que hace una de las fuentes consultadas por El Confidencial es que "Puigdemont quiere pasar a ser el mártir del proceso. Lo tiene asumido. Y en estos momentos, no hay posibilidad de diálogo alguno".
[Fuente: Por Arturo Fernández, El Confidencial, Barcelona, 28sep17]
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