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20sep17
Las mentiras de Puigdemont
Tras conocerse los registros y detenciones efectuados el miércoles por la mañana por la Guardia Civil en diversas dependencias de la Generalitat, el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha convocado una rueda de prensa para trasladar su posición a la opinión pública y a los medios de comunicación. La gravedad, pero sobre todo, la falsedad de las acusaciones vertidas por Puigdemont nos obliga, en aras del rigor y de la libertad de información, a desmentirlas de forma pormenorizada. Creemos fundamental que en una democracia las autoridades públicas no puedan mentir impunemente a la ciudadanía.
1. "El Gobierno de la Generalitat ha sido objeto hoy de una agresión coordinada de las fuerzas policiales del Ministerio del Interior". Falso: los registros y detenciones practicados el miércoles en distintas dependencias de la Generalitat fueron ejecutados por la Guardia Civil no por orden del Ministerio del Interior, ni de la Fiscalía, sino por indicación del juez de Instrucción número 13 de los juzgados de Barcelona derivada de unas diligencias abiertas tiempo atrás. El instituto armado actuó por tanto en su calidad de "policía judicial".
2. El propósito de la operación es "suspender la actividad del Gobierno" catalán, "que tiene la legitimidad democrática". Falso. Las actividades del Govern en todas aquellas materias en las que tiene competencias asignadas por el Estatut de Autonomía (Educación, Sanidad, etcétera) no han sido suspendidas. El Govern no tiene competencias para la organización de un referéndum secesionista, y lo sabe, pues así se lo ha comunicado el Tribunal Constitucional, así que no hay ninguna suspensión de la actividad del Gobierno. Por otra parte, esa legitimidad (que ni siquiera representa a la mayoría de los que fueron a votar) no ampara, como también ha recordado el Tribunal Constitucional, la derogación del Estatut de Autonomía ni la organización de actividades contrarias a la ley. Lo que define a una democracia no es la existencia de mayorías, en todos los regímenes políticos las hay, sino que estas no puedan saltarse la ley impunemente.
3. "Esta agresión carece de amparo legal", vulnera "el Estado de derecho" y la Carta de Derechos de la UE, suspende "de facto el autogobierno y ha aplicado de facto un estado de excepción". Todo es falso. La intervención policial no solo se realiza al amparo del poder judicial, sino que ha sido ordenada por él y cuenta con el respaldo del Tribunal Constitucional. Se enmarca pues en el Estado de derecho, del que la independencia judicial es pilar básico (a diferencia de lo que pretenden las suspendidas leyes de ruptura dictadas por el bloque secesionista). Tampoco puede decirse que haya suspensión de la autonomía catalana, puesto que ni siquiera se ha empleado el artículo 155 de la Constitución que permitiría intervenirla puntualmente; se ha aplicado la Ley de Seguridad Nacional, que permitiría al Gobierno asumir el mando de todas las policías. No hay Estado de excepción, porque no se ha suspendido ni uno solo de los derechos de los ciudadanos, como ilustra el ejercicio de la libertad de manifestación ejercido ayer en las calles de Barcelona por miles de catalanes partidarios de la independencia, en protesta por las actuaciones dictadas por la justicia.
4. Distintas actuaciones como "los registros indiscriminados incluso en domicilios particulares" y otras medidas como "el cierre y bloqueo de páginas web" constituyen "un asedio a la democracia". Falso: los registros no fueron indiscriminados, sino individualizados dentro de la operación de policía judicial. Y el cierre de la página web que pretendía aplicar una ley suspendida (la de referéndum del 6 de septiembre) por el Tribunal Constitucional, dando detalles de esa convocatoria ilegal y órdenes para realizarla fue ordenado por la fiscalía en cumplimiento de las resoluciones del alto tribunal.
5. "Condenamos y rechazamos la actitud totalitaria y antidemocrática del Estado español" y tras estas actuaciones "consideramos que el Gobierno ha sobrepasado la línea roja que le separaba de los regímenes autoritarios y represivos" y que "no respeta los principios elementales de la democracia". La acusación no es nueva. Anteriormente Carles Puigdemont ya sostuvo que políticamente España es como Turquía. Pero el caso es el contrario, es Puigdemont, como Erdogan, el que aparándose en la mayoría e ignorando la separación de poderes está saltándose la ley, violando la Constitución y el Estatut y utilizando las instituciones para impulsar un referéndum ilegal y sin garantías. España, miembro de la Unión Europea, está reconocida como democracia por todos los organismos internacionales pertinentes.
6. "Los ciudadanos estamos convocados el día 1 de octubre para defender la democracia frente a un régimen represivo e intimidatorio". Falso: la convocatoria no es para defender la democracia, sino para culminar el proyecto de derogación de la Constitución democrática, de abrogación del Estatut de Autonomía; y de fragmentación del Estado de derecho español plasmado en las leyes de ruptura suspendidas, de convocatoria del referéndum y de "transitoriedad", que fueron aprobadas por el Parlament el 6 y el 8 de septiembre de 2017 en un hemiciclo semivacío a causa de la protesta del grueso de diputados de la oposición a los que se negaron sus derechos parlamentarios. Las intimidaciones han corrido a cargo de los grupos secesionistas, entre otros destacadamente la antisistema CUP, que ha pegado pasquines con las fotos de alcaldes y concejales partidarios de cumplir la legalidad democrática.
7. "Defenderemos el derecho de los catalanes a decidir libremente su futuro". La presunción de que los catalanes no deciden su futuro en elecciones libres es falsa: han participado en 35 elecciones plenamente democráticas desde 1977 (de distinto nivel, local, autonómico, estatal y europeo) y en tres referendos (de ratificación de la Constitución y los dos Estatutos de autonomía); gozan de autogobierno; y sus partidos están plenamente presentes en el Congreso y el Senado españoles (y en el Parlamento Europeo, en su condición de españoles), así como en muchos otros organismos públicos.
8. "Lo que está viviendo Cataluña no lo está viviendo ningún Estado de la Unión Europea". Esta es la única afirmación de Puigdemont que es cierta. Por desgracia, en el ámbito de la Unión Europea, tenemos líderes nacionalistas tanto en Hungría como en Polonia que quieren acabar con la separación de poderes y derogar los sistemas de derechos y libertades vigentes. Por fortuna, igual que en el caso de Cataluña, ese tipo de comportamientos carecen de lugar en la UE. El apoyo expresado por el presidente Orban al pseudoreferéndum del 1 de octubre ilustra meridianamente la cuestión.
[Fuente: El País, Editorial, Madrid, 20sep17]
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