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20sep17
Un millar de personas se manifiestan ante la sede de Economía al grito de «votaremos»
La tensión es cada vez mayor en las puertas de la Vicepresidencia de la Generalitat de Cataluña, que está siendo registrada por la Guardia Civil desde primera hora en una macrooperación contra el referéndum ilegal del 1 de octubre.
Los concentrados, unos mil, están a apenas un metro de distancia de los dos guardias civiles y cinco mossos que custodian el edificio. Los radicales concentrados lanzan gritos de «¡fuera las fuerzas de ocupación», «¡fascistas!» y a favor del secesionismo. Muchos están concentrados en Gran Vía, a pocos metros de la Vicepresidencia de la Generalitat.
Los agentes mantienen una actitud ejemplar ante las provocaciones, a las que se ha sumado por momentos el diputado Joan Tardá. En cualquier momento puede saltar la chispa de la violencia, hasta el punto de que Tardá, a la vista de la situación ha pedido a gritos calma a los concentrados, a los que piden que sean pacíficos.
El dirigente independentista por supuesto ha aprovechado además para pronunciar un mitin improvisado, en medio del entusiasmo de los concentrados. «Quieren y desean que descarrilemos. Nuestra firmeza, nuestra rotundidad, se basa en hacerlo todo contundentemente, cierto, pero cívicamente y pacíficamente», ha dicho Tardà. «Y ganaremos porque tenemos la fuerza de la razón, de la razón democrática», y ha pedido priorizar el apoyo al presidente y al vicepresidente del Govern, a todos los partidos prorreferéndum --sin sectarismos, ha añadido-- y a todos los catalanes que quieren votar, sean o no independentistas.
A estas alturas lo que no se entiende es cómo los Mossos no montan un cordón de seguridad, como se hace siempre con estos dispositivos. También ellos han sido increpados por los presentes al grito de «vergüenza».
Hora y media después de comenzar el registro, por tanto, la situación es delicada y difícil de prever su evolución. Los llamamientos desde las redes sociales a manifestarse no hacen sino complicar las cosas.
La sensación en la calle, en cualquier caso, es que después de la operación los secesionistas saben ya que la celebración del referéndum es, simplemente, imposible. Y eso hace que cunda la desesperación entre los presentes, que tratan de aliviar entonando «Els Segadors» e insultos a la Guardia Civil, que se ha convertido en la imagen de la derrota del independentismo.
[Fuente: Por Pablo Muñoz, ABC, Madrid, 20sep17]
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