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23abr14
'Guerra sucia' entre espías y policías tras denunciar al CNI un socio de Gao Ping
Una denuncia presentada por uno de los imputados de la operación Emperador contra una supuesta agente del CNI que pretendió captarle como informante pone al descubierto una guerra subterránea entre espías y policías. Según el escrito presentado ante la Audiencia Nacional por el ciudadano chino Yongping Wu Liu, imputado junto a Gao Ping por blanqueo de dinero, una agente de los servicios secretos, que se hacía llamar 'María', pretendía que el empresario asiático acusara a un grupo de policías ante el fiscal José Grinda por los delitos de corrupción y cohecho. Entre ellos se encontraba el jefe de la comisaría del aeropuerto de Barajas, Carlos Salamanca.
El Confidencial publicó que Grinda y el jefe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía, el comisario Marcelino Martín Blas-Aranda, elaboraron a espaldas del juez instructor de la causa, Fernando Andreu, un informe contra varios policías a los que señalaban como colaboradores corruptos de la trama de Gao Ping. El propio fiscal, según la información, se permitió el lujo de corregir y retocar el documento policial en función de sus intereses.
La presión a la que los espías de La Casa, como se conoce a la sede del CNI, están sometiendo a algunos miembros del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) se debe, principalmente, a algunas derivadas surgidas durante el transcurso de algunas investigaciones sobre casos de corrupción. Así sucedió con la trama Gürtel, a raíz de que apareciera en escena el fiduciario suizo Arturo Fasana y la conocida como cuenta Soleado.
Otros de los asuntos a los que los agentes de los servicios secretos españoles del CNI han dedicado una atención especial han sido las denominadas operaciones Macedonia y Emperador o algunos casos que afectan a la mafia rusa en España. La mayoría de esas pesquisas pasa por la mesa del fiscal Grinda.
Según han reconocido a El Confidencial fuentes del Ministerio del Interior, el CNI dedica cada vez más tiempo y agentes a los casos nacionales con contenido político que están judicializados y, por tanto, cuya investigación corresponde a la Policía y la Guardia Civil. Es algo de lo que también se quejaba Alfredo Pérez Rubalcaba durante su etapa como ministro del Interior, sobre todo en investigaciones relacionadas con antiterrorismo.
Esa lucha encubierta entre servicios secretos del CNI y del CNP alcanzó su punto álgido tras el éxito de la unidad de inteligencia de la Policía en sus investigaciones sobre la corrupción en Cataluña. Los datos recabados por los agentes policiales sirvieron para la elaboración a finales de 2012 del conocido como "borrador de la UDEF", que supuso un duro golpe para los intereses electorales de CiU en los comicios catalanes de aquel año. El informe policial denunciaba la financiación ilegal de Convergencia Democrática de Cataluña y el enriquecimiento de algunos de sus dirigentes a través de comisiones irregulares.
Según las fuentes consultadas por El Confidencial, el CNI pretendió sumarse al éxito de la operación policial, una vez concluida, y manejar la estrategia de misiones posteriores. Tales pretensiones provocaron un enfrentamiento entre policías y espías. Las divergencias ya habían arreciado durante las pesquisas policiales en Ginebra dentro del caso Gürtel o el seguimiento a algunos de los imputados de la trama de Gao Ping.
Objetivo: declarar contra el comisario
La denuncia de Yongping Wu Liu, uno de los imputados de la trama de Gao Ping, fue presentada en la Audiencia Nacional el pasado 9 de abril y, en la actualidad, se sigue en un juzgado de la plaza de Castilla. Según Miguel el Calvo, como se conoce en los ambientes chinos a Yongping, una supuesta agente del CNI mantuvo contactos con él durante varios meses a fin de que declarara en contra de los policías investigados por la Fiscalía Anticorrupción y la Unidad de Asuntos Internos de la Policía. Aunque la supuesta espía mostraba una especial predilección por el comisario del aeropuerto de Barajas, Carlos Salamanca.
El responsable de una de las comisarías más estratégicas de España pasó a ser objetivo de los servicios secretos españoles tras oponerse a facilitar información sobre los movimientos de ciudadanos españoles sin la correspondiente orden judicial. Salamanca, un policía con una larga trayectoria y prestigio profesional, labrado en sus años de información antiterrorista en el País Vasco, en la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), en la Comisaría de Documentación de Alicante o en la unidad de expulsiones y repatriaciones de inmigrantes ilegales, aparecía en las interceptaciones telefónicas de la operación Emperador por sus relaciones personales con Yongping.
"El caso del comisario Salamanca es un nuevo intento para desestabilizar a la Policía. Su caída justificaría lo que el fiscal Grinda viene manteniendo en público desde hace años: que la Policía y la Guardia Civil son dos cuerpos corruptos, acusaciones de las que siempre exculpa a los Mossos", manifestó un representante sindical de la Policía.
Lo sorprendente era que Grinda realizaba esas declaraciones en una mesa redonda en la que estaba rodeado de Carles Quílez, director de Análisis de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), imputado en la operación Macedonia, y de Josep Lluís Trapero, el jefe de los Mossos d'Esquadra.
Tras sus afirmaciones, el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, tachó al fiscal de "irresponsable" y "frívolo", por lo que este se vio obligado a rectificar.
Las reuniones con la espía 'María'
En la denuncia, el empresario chino, que fue detenido en la redada contra la red de blanqueo de dinero de Gao Ping y puesto en libertad meses después, denuncia a una agente del CNI, que se le presentó bajo el nombre de 'María', en octubre de 2012, y desde entonces, según él, ha venido acosándole para que colaborara con la Fiscalía Anticorrupción, fuera del control de su abogado.
La supuesta agente María lo habría llamado por teléfono infinidad de ocasiones y habría mantenido con él seis o siete entrevistas en lugares de lo más diverso: el restaurante La Vaca Argentina de Rosario Pino; la cafetería de El Corte Inglés de El Bercial, en Getafe; en el restaurante japonés Ginza; en la carrera de San Jerónimo, frente al Palace, y, la última vez, en un reservado exclusivo del restaurante Hotel Palacio del Arte, en la calle Atocha 123, el pasado 9 de abril.
Yongping, ese día, decidió presentar una denuncia en el Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional. Junto al escrito, de cinco folios, al que ha tenido acceso El Confidencial y reproduce junto a la información, el empresario chino entregó al magistrado un CD con la grabación en audio de su último encuentro con la agente del CNI, que fue realizada por una agencia de detectives que contrató previamente a la cita.
El imputado de la operación Emperador identifica a la tal María como una mujer de "47 años, 1,68 de altura, delgada, con cabellos negros por encima del hombro y que viste ropa normal, casi siempre con vaqueros y camisetas".
Según el chino, la supuesta funcionaria de los servicios secretos impuso desde el primer momento las reglas de juego para sus encuentros. Las reuniones serían secretas, tenía prohibido comentar a nadie el contenido de las conversaciones y anteponía ante todo una máxima que repetía constantemente: "Si tú te portas bien conmigo, yo haré lo mismo contigo".
¿Y en qué consistía ese toma y daca?: en presentarle a personas que mejorarían su situación personal si colaboraba con la Fiscalía en una investigación contra policías corruptos: "Concretamente me ha dicho que en la Policía hay mandos importantes implicados en la corrupción", según la denuncia del empresario chino.
Cita a solas con el fiscal Grinda
Yongping asegura en su escrito que la supuesta agente del CNI le preguntó "expresamente" si "un mando importante de la Policía" tenía relación con el juez Andreu y si el empresario chino había "comprado a ese mando con regalos". La tal María se refería al titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, que finalmente se ha inhibido en la causa Emperador por su relación de amistad con el jefe de la comisaría del aeropuerto de Barajas, Carlos Salamanca.
Según fuentes policiales, las revelaciones del imputado en la operación Emperador demuestran que tanto el CNI como el fiscal anticorrupción José Grinda tenían como objetivo mediatizar al magistrado Andreu y al comisario Salamanca.
La espía también reconoció al chino que sus jefes querían "quitar" a Salamanca de Barajas y para ello necesitaba información sobre él. Se esforzaba por saber si el funcionario policial tenía amigos chinos y si tenía relación con ellos: "Además me ha preguntado si yo he hecho regalos a Carlos, si hacíamos negocios juntos o si yo le he comprado información", relata Yongping.
Pero el socio de Gao Ping niega ante el juez todas esas suposiciones. Según la denuncia, la agente del CNI le pidió en varias ocasiones a Yonping que fuera "a solas a ver a este fiscal (José Grinda) sin mi abogado y sin decírselo a nadie" y "si no colaboraba tendría problemas".
La espía María insistía en que su departamento confiaba plenamente en Anticorrupción, y no mentía. El currículum del fiscal Grinda delata su inclinación a favor del CNI y hacia las posiciones de los servicios secretos norteamericanos, como quedaba de manifiesto en los documentos desvelados por la organización WikiLeaks, en los que acusaba al Kremlin de Gobierno mafioso.
Fuentes judiciales señalaron a El Confidencial que Grinda está considerado dentro de la Fiscalía como un profesional muy vinculado al CNI, a quien "debe -señalaron- más de un favor".
El Confidencial ya adelantó que tanto el fiscal anticorrupción y los jefes de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) llegaron a un acuerdo para no seguir la investigación contra un grupo de policías señalados de corruptos. Todos convenían que los datos que figuraban en el sumario no eran suficientes como para abrir una causa contra todos ellos por cohecho ya que se trataba de simples regalos.
En la grabación que el ciudadano chino presentó como prueba en la Audiencia Nacional, en el minuto 2.38 y siguientes, se puede escuchar la propuesta de 'María' de "una conversación extraoficial" con un enviado de la Fiscalía, que sería controlada "por su equipo de seguridad" para que nadie pudiera grabarlos ni molestarlos.
Pero, finalmente, el equipo de vigilancia que operó fue el contratado por Yongping, a sugerencia de su abogado, que no sólo grabó el encuentro sino que además detectó la presencia de una pareja de jóvenes que vigilaba desde cerca el reservado del hotel y que fue fotografiada por los detectives de una conocida agencia de Madrid.
Para la Fiscalía Anticorrupción la denuncia de Yongping y el contenido de su escrito se trata de "un burdo intento de desacreditar" a sus fiscales que sólo pretenden investigar a unos agentes policiales que cobraban de los chinos a cambio de favores.
[Fuente: Por Manuel Cerdán, El Confidencial, Madrid, 23abr14]
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