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20ene12
Queda visto para sentencia el caso de las escuchas en contra de Garzón
Ninguna novedad en la tercera y última sesión del juicio oral contra Baltasar Garzón por el caso de las escuchas. Todo viejo. Los acusadores, la Fiscalía, el defensor y el acusado clavetearon sus posiciones. Los siete conspicuos miembros de la sala pusieron cara de póquer. Y el presidente de la misma, Joaquín Jiménez, declaró el caso visto para sentencia.
Los tres defensores de los corruptos de Gürtel convertidos en acusadores particulares del juez (no hay acusación pública) quieren hasta 17 años de inhabilitación para Garzón, por hacerles sentir que viven en un estado policial. En cambio los dos fiscales pidieron que Garzón sea absuelto porque su decisión (ordenar las escuchas) fue "ajustada al fin perseguido", no se vulneró el derecho de defensa, no hubo "indefensión material" y hay precedentes similares (caso Marta del Castillo, narcotraficante Pablo Vioque…) sin que se acusara de prevaricación al juez que autorizó las escuchas carcelarias.
La última palabra de un Baltasar Garzón afónico y despojado de la toga, que pueden ser sus últimas palabras como juez si queda inhabilitado antes de verse la causa por el franquismo, fue para declararse inocente y ratificarse en todas y cada una de las decisiones tomadas "reflexivamente", en cumplimiento de "la más estricta legalidad", con respeto a los derechos fundamentales y convencido de que la orden de intervenir las conversaciones era "la única medida posible" para impedir que los detenidos siguieran delinquiendo desde la cárcel.
En ese alegato final aludió a que puede haber sido la última vez que tome la palabra ante un tribunal español. No hay nada de enigmático, si tenemos en cuenta que no tiene posibilidad técnica de recurrir por la vía jurisdiccional. Está convencido de que será inhabilitado por el caso de las escuchas. Lo demás está claro. Tratándose de Garzón, nadie descarta su intención de acudir a los tribunales internacionales. Lo deja caer a modo de aviso para navegantes. ¿Recurso ante el Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo? No se lo admitirían sin agotar la vía de nuestro Tribunal Constitucional (no es de instancia pero existe el "amparo" de los derechos fundamentales si Garzón entiende que han sido atropellados). Pero tiene un mal precedente en dicho Tribunal de Estrasburgo (sentencia de enero de 2010), donde consta que Garzón no actuó con imparcialidad durante la instrucción del caso Marey.
Todo puede pasar dentro de la vetusta solemnidad del Tribunal Supremo. Allí el caso Garzón está haciendo el efecto del palo en el avispero, con enfrentamientos visibles entre salas (la segunda, que juzga a Garzón, y la llamada especial del 61) o entre magistrados de la misma sala segunda (el presidente está por la absolución frente a Marchena y Varela, ambos recusados sin éxito).
Lo que me cuentan de buena fuente es que los siete magistrados han pactado retrasar la sentencia de las escuchas y juntarla con la del franquismo, cuya vista se llevará a cabo la semana que viene con notable presencia de medios internacionales. ¿Se imaginan el segundo paso por el banquillo de un Garzón ya inhabilitado? Por eso se quiere hacer coincidir la publicación de ambas sentencias. Por compensar una de condena (escuchas, técnicamente más fácil de probar) con otra de inocencia (investigación de los crímenes franquistas, en la que la prevaricación solo se puede acreditar mediante un proceso de intenciones). Con una de culpabilidad basta para dejar a Garzón fuera de la carrera judicial de forma definitiva (ya lo está provisionalmente por decisión del CGPJ). Sería la patada corporativa con la que cuenta.
[Fuente: Por Antonio Casado, El Confidencial, Madrid, 20ene12]
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