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08feb07
Fernández de la Vega gana el pulso a Rubalcaba y coloca a un ex asesor suyo al frente de Justicia.
Ayer se desveló uno de sus secretos mejor guardados: la persona que será nombrada ministro de Justicia en sustitución de Juan Fernando López Aguilar. Se trata del fiscal Mariano Fernández Bermejo, una persona que se autoproclama de izquierdas y famosa por su defensa de la política judicial socialista.
La elección supone una victoria de María Teresa Fernández de la Vega sobre su antogonista en el Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya que con este nombramiento la vicepresidenta consigue adelantarse al ministro del Interior y colocar en Justicia a alguien de su confianza. Fernández Bermejo fue asesor de De la Vega cuando ésta era la directora del gabinete técnico del Ministerio de Justicia que entonces dirigía el socialista Fernando Ledesma.
Si algo define a Fernández Bermejo es su dureza negociadora, su rebeldía, sus convicciones y su proximidad al PSOE. "Es de piñón fijo", según un jurista que conoce bien su trayectoria. Zapatero quiere transmitir con este nombramiento un mensaje de dureza y autoridad al Poder Judicial. No en vano, el reto del nuevo ministro será poner orden en este ámbito y alcanzar un acuerdo con el PP, si es posible, para renovar el Consejo General del Poder Judicial, verdadero embudo del conflicto judicial.
Al mismo tiempo, Bermejo deberá desplegar mano izquierda para abordar la crisis surgida en el Tribunal Constitucional con la recusación del magistrado Pablo Pérez Tremps para que no participe en las deliberaciones sobre la constitucionalidad del Estatuto catalán. Si esta norma resulta reformada en profundidad, la situación podrá desembocar en una crisis gubernamental y en un adelanto de las elecciones generales. De ahí que el Gobierno esté a la espera de si el magistrado dimite o no para proceder a su sustitución y restablecer el equilibrio de mayorías entre conservadores y progresistas. En este caso, el PP arremeterá con toda su maquinaria para inhabilitarlo en las deliberaciones del Estatut.
Los GAL son "una hipocresía colectiva"
Una frase de Bermejo, fiscal de Sala del Tribunal Supremo, pasará a la historia. En referencia a los asesinatos de Estado registrados durante la época de Felipe González, el fiscal Bermejo definió en 1998 los sumarios del caso GAL como «la historia de una hipocresía colectiva». Para Bermejo se trataba de "un ejemplo de que las cosas pueden tener un estado judicial o carecer de él en función de las exigencias de partido». También se le atribuye esta sentencia: "hemos luchado contra los padres y ahora luchamos contra los hijos".
Fernández Bermejo (Ávila, 1948) es conocido también por su disciplina y respeto por la jerarquía, cualidad esta última necesaria para la carrera fiscal. Bermejo llegó como fiscal jefe de Madrid en 1992, impuesto por el fiscal general del Estado de entonces, Eligio Hernández. Su candidatura no consiguió ningún voto del Consejo Fiscal. Permaneció en el cargo hasta 2003, cuando el entonces ministro de Justicia, José María Michavila, consiguió apartarlo del puesto. En 2004, con el PSOE en el poder, fue nombrado fiscal de sala, jefe de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo.
Como fiscal jefe de Madrid adoptó decisiones polémicas. Por ejemplo, en 1994, cuando arreciaban las críticas contra el Gobierno de González por el caso Ibercorp y otros escándalos de corrupción de la beautiful people socialista, Bermejo ordenó el ingreso en prisión del ex gobernador del Banco de España Mariano Rubio. A partir de entonces, Rubio se convirtió en el pararrayos mediático de las críticas contra la corrupción que asolaban La Moncloa.
"Vago" y "de extrema izquierda"
Su relación con Zapatero viene de lejos. El líder socialista salió en defensa del entonces fiscal jefe de Madrid cuando fue acusado de "vago" por Michavila. También lo defendió durante las críticas por su gestión del caso Tamayo y Sáenz, la denuncia presentada por el PSOE contra dos ex parlamentarios suyos que provocaron unas nuevas elecciones en la Comunidad de Madrid.
Su mala relación con Michavila llegó a tal punto que el fiscal demandó al ex ministro por una supuesta intromisión a su honor por acusarle de haber actuado "con rebeldía" ante los juicio rápidos que instauró el PP. En junio de 2004, el Tribunal Supremo absolvió a Michavila de estas acusaciones.
Precisamente Michavila fue el primer político en reaccionar anoche cuando se conoció la noticia del próximo nombramiento de Fernández Bermejo como ministro de Justicia. En su opinión, Fernández Bermejo hará "mucho daño" al Gobierno de Zapatero, dado que pertenece a "lo más sectario y radical de la extrema izquierda judicial española". Además, recordó a Europa Press que, en su día, se opuso a que la kale borroka fuera considerada terrorismo. Para Michavila, el nombramiento es "un gol" del fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, y sentencia: "Pierde hasta sus propios pleitos".
[Fuente: El Confidencial, Madrid, Esp, 08feb06]
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