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19dic09
Rabat pidió a España y Francia que admitieran su jurisdicción en el Sáhara
A las 20.55 del jueves, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, remitió un correo electrónico a Aminetu Haidar, ingresada en el Hospital de Lanzarote. "Me es muy grato comunicarle", decía el mensaje, "que las negociaciones con las autoridades marroquíes han dado un fruto satisfactorio y que puede usted retornar a El Aaiún con todas las garantías de aterrizaje y entrada por la frontera. Es importante que esté usted en el avión a las 21.30 (hora de Canarias) para poder despegar en cuanto lo permitan las condiciones técnicas. Le deseo un feliz vuelo".
Para esa hora, Moratinos lo tenía todo atado. Tras una frenética tarde de negociaciones, Marruecos, Francia y España habían dado el visto bueno a los tres comunicados que, a petición marroquí, servirían de cobertura para el regreso a casa de la activista. Así se sustituía la petición de perdón que hasta entonces exigía Rabat como condición inexcusable.
Cada comunicado sería distinto y su contenido sólo comprometería a quien lo emitía, pero todos eran conocedores de los otros dos textos. Incluso se pactó su difusión; los de España y Francia en el momento en que el avión despegara de Lanzarote y el de Marruecos, tras aterrizar en El Aaiún.
Aunque contenían similares elogios de la política marroquí e insistían en el carácter humanitario de la decisión, las declaraciones de París y Madrid no eran iguales. La primera respaldaba la propuesta de Rabat de resolver el contencioso del Sáhara otorgando la autonomía al territorio. La española abogaba por dar al conflicto "una solución política justa, definitiva y de acuerdo con las partes", pero sin aludir al referéndum de autodeterminación respaldado el martes en el Congreso.
El párrafo más importante del texto español era: "Mientras se resuelva el contencioso, en conformidad con la posición de Naciones Unidas, España constata que la ley marroquí se aplica al territorio del Sáhara Occidental". "La legislación marroquí se aplica" en el territorio, según el texto francés.
El Frente Polisario difundió un comunicado en el que, tras felicitarse del "triunfo de la legalidad internacional y los derechos humanos" acusaba a España de haber asumido "como moneda de cambio la grave responsabilidad de otorgarle validez a la leyes marroquíes en un territorio sobre el cual la ONU no le reconoce a Marruecos ninguna soberanía". Recordaba, en apoyo a sus tesis, el dictamen de Hans Corell, secretario general adjunto de la ONU y jefe de su asesoría jurídica. "No hemos hecho ninguna concesión", respondió Moratinos desde Bruselas. En su séquito se insistía en que el verbo "constatar" se eligió por los servicios jurídicos, pues no supone reconocimiento alguno de legitimidad. Agregaron que no hay ningún cambio en la posición española, pues jurisdicción no equivale a soberanía, y es acorde con la ONU.
Marruecos insistió en que esta cuestión figurase en los otros dos comunicados. Y en el suyo señalaba que "países socios y amigos coinciden en que la ley marroquí se extiende al conjunto del territorio del Reino". Es un mensaje indirecto a Haidar en el que se le señala que está sujeta a las leyes marroquíes, incluidas las que regulan los trámites fronterizos.
Del comunicado del presidente Nicolas Sarkozy se deduce que fue él quién arrancó el "sí" al rey Mohamed VI. Recibió, el martes, en París al ministro de Exteriores marroquí, Taib Fassi-Fihri, y luego conversó por teléfono con el monarca alauí, indican fuentes diplomáticas. El soberano le respondió, el jueves, que Haidar podría recuperar su pasaporte "en las condiciones pactadas". Es decir, al llegar a "territorio del Reino".
Para que Sarkozy se movilizara fue preciso que Francia modificase su inicial alineamiento con Marruecos, que escenificó el pasado día 7 en Bruselas el ministro adjunto francés de Europeos, Pierre Lellouche. Moratinos persuadió a su homólogo francés, Bernard Kouchner, mientras Moncloa activaba sus contactos con El Elíseo. El tercer vértice del triángulo estaba en EE UU. Las conversaciones de Moratinos con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, habrían conseguido neutralizar las gestiones que realizaban en Washington dos hombres de confianza de Mohamed VI.
Cerrado el pacto, el camino parecía expedito. Pero el avión no despegó de Lanzarote hacia las 21.30, como vaticinaba Moratinos, sino una hora después. El vuelo, que dura menos de 30 minutos, se prolongó más de una hora. A diferencia del pasado día 4, cuando se intentó aprovechar una autorización técnica para devolver a la activista sin acuerdo político, esta vez había un pacto con Marruecos, pero faltaba el permiso de aterrizaje. El avión sobrevoló Fuerteventura hasta que lo obtuvo. Haidar confesó ayer a la Ser, respecto a la inicial negativa del Gobierno a su complicidad con Marruecos: "Espero que digan la verdad ahora, que el Gobierno español rectifique su actitud y su postura".
[Fuente: El País, Madrid, 19dic09]
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