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19nov04
VI Conferencia de Ministros de Defensa: un paso más en la dirección errada.
Luego de tres días de deliberación, la VI Conferencia de Ministros de Defensa reunida en Ecuador, adoptará la Declaración de Quito. El documento consolida la nueva agenda de la seguridad regional, la cual se prioriza al terrorismo como un problema central.
“A partir de un liderazgo ejercido por EEUU, con el apoyo incondicional de Colombia, la declaración sobre-enfatiza la amenaza que representa el terrorismo y no refleja las principales prioridades de la región. Esto es: la debilidad de las democracias latinoamericanas y la desigualdad social,” dijo Gastón Chillier representante sénior de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
Al juntar terrorismo con delitos tales como el tráfico de drogas, tráfico de armas y el crimen organizado, los Ministros de Defensa pretenden que los estados aborden estas prácticas delictivas de manera conjunta y regional, sin tener en cuenta las legislaciones y prioridades internas de cada país.
Las prioridades de la región también fueron afectadas por las posiciones EEUU para que la Conferencia incluya como amenaza prioritaria para la región este concepto vago de terrorismo. En el mismo contexto promovió enérgicamente la exclusión de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario en el tratamiento de esta amenaza en el texto de la declaración.
“A la luz de las prácticas de torturas cometidas por Estados Unidos en Abu Graib y otros centros de detención, el mensaje que envía el gobierno a los países de la región no es otro que ‘el fin justifica los medios’ a la hora de enfrentar el terrorismo,” dijo Chillier.
De manera sintomática con lo anterior, la declaración hace un tratamiento indiferenciado y ambiguo de los conceptos de defensa y seguridad. En este sentido, el documento consensuado por los Ministros de Defensa diluye aun más la línea divisoria entre la defensa nacional y la seguridad pública. La consecuencia práctica de esta disolución es la alteración de los roles tradicionales de las Fuerzas Armadas para involucrarlas en cuestiones de seguridad interior. La utilización indistinta de estos conceptos es una manifestación más de la tendencia regional a militarizar temas eminentemente civiles.
“Teniendo en cuenta el pasado autoritario de muchos países de la región y el protagonismo que las FFAA tuvieron en las violaciones a los derechos humanos, esto debe ser considerado como un real peligro para las democracias que aún se encuentran en proceso de consolidación”, dijo Chillier.
Por último, los Ministros de Defensa demostraron una tendencia a considerar la pobreza extrema y desigualdad social que afecta a los países de la región como un problema que debe ser abordado como una amenaza a la seguridad regional. De esta manera, se podría justificar la intervención de las FFAA en la elaboración y/o ejecución de políticas sociales.
“Vale la pena destacar que en una región que tienen al 44 % de su población por debajo de la línea de pobreza esto implica securitizar o militarizar la pobreza,” dijo Chillier.
[Fuente: Washington Office on Latin America. Washington, 19nov04]
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