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20may04
Colombia, el plan antipatriota.
Por Jaime Galarza Zavala
Resonante escándalo ha causado la revelación hecha por el diario El Tiempo, de Bogotá, de la puesta en práctica del plan bélico de álvaro Uribe, bautizado con el nombre burlesco de Plan Patriota, cuando es lo más antipatriota que pudo concebirse en la patria de Jorge Eliécer Gaitán, el líder liberal nacionalista asesinado el 9 de Abril de 1948 y cuya muerte dio piso a la violencia que nunca se apagó hasta hoy.
No puede ser patriota un plan forjado y financiado por Washington, armado por los torturadores del Pentágono, dirigido y asesorado por generales y sargentones norteamericanos cuyos crímenes de guerra en Irak habrán de arrastrarlos cualquier día a la Corte Penal Internacional que Bush El Exterminador no ha podido exterminar, con toda su política de presión, amenazas y chantaje dentro de la ONU.
No puede llamarse patriotaun plan craneado por compañías petroleras multinacionales como Occidental o Texaco, apoderadas de concesiones colosales en el Putumayo referidas a estructuras subterráneas que son las mismas que posee el Ecuador en la Provincia de Sucumbíos y por las cuales acá los ecuatorianos hemos sufrido etnocidio, asesinato de líderes, masacre forestal y contaminación generalizada de aire, suelos y aguas, como consta de las demandas planteadas por nuestros indígenas de la Amazonía en tribunales de Estados Unidos.
No puede calificarse de patriota un plan dirigido a perpetuar el poder de la oligarquía colombiana, gracias a la cual mil billonarios despellejan a 42 millones de pobres de la ciudad y del campo.
Y es que allí está el secreto del Plan Antipatriota, como en justicia debe nombrarse. En el maridaje del Imperio del Dólar con la minúscula camarilla de latifundistas, grandes ganaderos, banqueros corruptos e industriales monopolistas que configuran el entorno de Uribe, para no hablar de la cúpula militar que ha cada rato queda en cueros por el pillaje practicado en los presupuestos y los vínculos con el narcotráfico, como se evidenció recientemente cuando se sorprendió un alijo de drogas nada menos que en el buque insignia de la Armada colombiana.
El resto es la basura social de la descompuesta sociedad colombiana que recluta sicarios y mercenarios para conformar escuadrones de la muerte que asesinan a los niños de la calle, en las alcantarillas donde duermen, calificándolos de ¨desechables¨, y organizar a la vez fuerzas paramilitares, cuyos jefes se divierten masacrando campesinos y degollándose unos a otros, como se asegura que ha sucedido en estos días con Carlos Castaño, el capo de estas fuerzas, que también siembra el terror en las poblaciones fronterizas ecuatorianas.
Que Uribe y los altos mandos recurran al paraguas norteamericano es perfectamente comprensible dado que las Fuerzas Armadas de Colombia han perdido el control del país, como lo evidencia la presencia de más de 120 frentes guerrilleros diseminados por toda la nación, entre los cuales la mayoría corresponde a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), seguidas por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y rematadas por el Ejército Popular de Liberación (EPL).
También resulta explicable que Uribe y sus socios busquen desesperadamente el apoyo de los gobiernos vecinos para intentar derrotar a las guerrillas que ellos no han podido vencer en medio siglo de abundantes remesas de dólares, cargamentos de armas modernas, radares, satélites, aviones invisibles, etc.,etc.
Lo intolerable es que el Presidente Lucio Gutiérrez (¨líder de América¨, según Uribe), el canciller Patricio Zuquilanda y el Ministro de Defensa General Nelson Herrera jueguen a la guerra colombiana conforme los dictados del General James Hill, Jefe Supremo del Comando Sur, mientras declaran que nada conocen, nada saben, nada les ha informado Colombia ni han visto las orejas del intervencionismo militar estadounidense que está en plena marcha y para el cual la Base de Manta está perfectamente diseñada desde el comienzo. Por algo se hizo la ampliación de la Base Aérea Eloy Alfaro hace dos años a fin de dar cabida simultánea a grandes aviones de transporte y helicópteros Black Hawk. Por algo el General Hill ha visitado cuatro veces el Ecuador en menos de un año, reuniéndose con mandos y tropas ecuatorianos, regalándoles 17 mil uniformes usados, y dotándoles a las guarniciones fronterizas con ametralladora de 1.500 tiros por minuto y 2.000 metros de alcance. Por algo quieren montar nuevas bases en Galápagos, Cuenca, Guayaquil, Lago Agrio, Loja, El Reventador, Machala, etc. Por algo esa especie de generala en jefe del Ejército ecuatoriano, la embajadora Khristie Kenney visita nuestros cuarteles y declaró, refiriéndose a los preparativos bélicos del Ecuador: “El trabajo es excelente. Además en Orellana está la Escuela Antinsurgencia, que es la mejor del hemisferio” (El Comercio. Abril 2, 2004). Escuela, desde luego, controlada directamente por el Pentágono.
Pero Lucio Gutiérrez no sabe nada y sus ministros nos toman el pelo a doce millones de ecuatorianos al declararse ignorantes de las nefastas consecuencias que desde ya tiene para el Ecuador el Plan Antipatriota
Este sometimiento al Plan del Pentágono lo vamos a pagar caro. No solamente cargaremos con la pobreza, el desempleo y la angustia de millares y millares de refugiados colombianos, sino también con la estampida de nuestra propia población fronteriza, que de hecho ha comenzado con las 37 familias que acaban de huir de Sucumbíos más hacia el sur de nuestra patria.
Situación que se agudizará al ritmo que crezca la Operación Yunque y Martillo en que las fuerzas militares colombianas, el martillo, golpearán a los insurgentes para correrlos hacia nuestro frontera, donde les esperará el yunque, las fuerzas ecuatorianas, para apachurrarlos. Sólo que es estúpido suponer que lo logren nuestros generales. Cuando no han podido hacerlo en medio siglo los mandos colombianos, expertos en guerra antiguerrilla, con todo el apoyo norteamericano que se les ha brindado. Lo que ocurrirá en este caso, es que además de los refugiados y de gasto militar que nos volverá más pobres todavía, cargaremos con nuestros soldados y conscriptos muertos, entre los cuales no habrá un solo miembro del Alto Mando, tan ocupado en sus tours vacacionales, sino un montón de Chiluizas y Piguaves. Como siempre.
[Fuente: Altercom, 20may04. Jaime Galarza Zavala: poeta, periodista y escritor ecuatoriano, autor de una veintena de libros.]
Este documento ha sido publicado el 07jun04 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights |