06sep01

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Las amenazas de la Legión Blanca reunen las condiciones de las operaciones militares de contrainteligencia.

In English

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Este tipo de operaciones que los militares denominan “campañas de guerra sicológica” son parte, normalmente, de operaciones de contrainteligencia más elaboradas o de parte del entrenamiento de oficiales en cursos de contrainteligencia. En todo caso, se puede afirmar que si el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ecuador si así lo decidiera, estos grupos desaparecerían.

Este método se ha utilizado mucho en Latinoamérica y fue abundantemente empleado en Centroamérica por los entrenadores argentinos pertenecientes al Batallón 601 de Inteligencia, el cual tuvo base en Guatemala y después en Honduras, y que participó en casi todas las operaciones de contrainteligencia que conllevaban violaciones sistemáticas de los derechos humanos y, consecuentemente, crímenes contra la humanidad.

En El Salvador, por ejemplo, se creó la Unión Guerrera Blanca y las Fuerzas Armadas de Liberación Anticomunista - Guerra de Eliminación - FALANGE, en coordinación con la Agencia Nacional de Servicios Especiales del Salvador, ANSESAL. El coordinador entre los entrenadores argentinos y estos grupos fue el Mayor Roberto D’Aubuisson. Hay que recordar que entre octubre de 1979 y mayo de 1981, bajo coordinación norteamericana, argentina, chilena y uruguaya, se impartió entrenamiento a unos 300 oficiales salvadoreños en este tipo de técnicas.

En Guatemala crearon la Legión 15 de Septiembre, dirigida por el Cnel Ricardo Lau, oficial de la guardia somocista, que luego se convertiría en el embrión de la operación Contra en Nicaragua. Esta operación estuvo también organizada por el Batallón 601 y fuerzas de la ESMA, ambos grupos argentinos, con la constitución de la FRENICA (Frente Revolucionario Nicaraguense), y con el apoyo de Mario Sandoval Alarcón y Lionel Sisniega Otero, líderes del neofacista Movimiento de Liberación Nacional (MLN) de Guatemala. Los argentinos trasladan sus operaciones a Honduras al conseguir que el Cnel Gustavo Alvarez Martínez, que se había graduado en el Colegio Militar argentino en 1961, garantizara un “paraíso paramilitar” y formara el tristemente célebre Batallón de Inteligencia 316.

El 28 de agosto de 2001 en terrenos de la ex Base militar norteamericana del Aguacate, abandonada en 1994, a 80 kilómetros de la capital de Honduras, expertos forenses comenzaron a desenterrar restos de víctimas de esta etapa, llegando en este momento a los 18 cuerpos encontrados. Los organismos de derechos humanos implicados tienen esperanzas de encontrar allí gran parte de los 185 desaparecidos en Honduras. Esperamos que el Estado ecuatoriano garantice que la Base de Manta no tenga el mismo final.

Es importante hacer esta reconstrucción histórica porque la situación política derivada de la guerra civil colombiana ha hecho renacer muchos de aquellos males y no sería de extrañar que hubiera nuevos hombres dispuestos a utilizar esos mismos métodos. En ese caso podría haber intereses de esta naturaleza para utilizar la República del Ecuador en este tipo de siniestros menesteres.

Es por eso que hacemos un llamamiento a todos los organismos de Derechos Humanos y al movimiento internacional de defensores de derechos civiles para que realicen un continuo seguimiento de la evolución de la situación en todo el área en conflicto y, especialmente, en la República del Ecuador.

También solicitamos apoyar abiertamente a los dirigentes de derechos humanos amenazados, ratificando como mínimo su carta (reproducida ut supra) y enviar un mensaje transparente a los miembros del Estado Mayor ecuatoriano y especialmente a sus responsables de contrainteligencia, recordándoles que este tipo de actividades son manifiestamente violatorias del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos y consituyen crímenes contra la humanidad.

UE, 6 de septiembre de 2001
Gregorio Dionis
Director del Equipo Nizkor

Este documento ha sido publicado el 24sep03 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights