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05jul10


Policía, sin pistas de 'paramilitares'


La noticia sobre la ejecución de tres personas a manos de un grupo paramilitar era lo único que se comentaba el pasado sábado en el parque de la parroquia La Unión, lugar que se convirtió en el sitio de velación de dos de las víctimas.

La masacre ocurrió el pasado viernes, entre las 16:00 y 20:00, cuando un comando de nueve hombres provistos de fusiles y cartucheras, vestidos como militares y los rostros cubiertos con capuchas, sometieron a los pobladores del sitio Perico, inquiriéndolos sobre la presunta posesión de armas y drogas.

Pese a las versiones de los deudos, la Policía aún no tiene pistas certeras de los uniformados, quienes a más de acribillar a los hermanos Nixon Enrique y Rafael Góngora Fernández, y a Pedro Ramón Macías Alcívar, incendiaron casas y alimentos y mataron a los animales.

Para la Policía de Santa Ana, la noticia de que el motivo de la masacre tenga que ver con armas y droga es una novedad.

Un gendarme que prefirió la reserva indicó que de acuerdo con versiones de habitantes de la parroquia La Unión, a uno de los fallecidos se lo vincula con una supuesta banda de abigeos (ladrones de reses).

Esta hipótesis toma fuerza luego de las declaraciones de Enrique Góngora, padre de los hermanos fallecidos y suegro de Macías, quien desde el hospital Verdi Cevallos Balda, de Portoviejo (donde se recupera de una herida de bala en una pierna), declaró que los asesinos también indagaron por el robo de nueve vacas de propiedad de un ganadero del sitio Chicompe, hace algunos días.

"Ellos llegaron a disparar en la cabeza a mis hijos, a mí me pegaron un tiro en la pierna y a mi mamá le quemaron la casa", indicó Góngora, quien señaló que su yerno, Pedro Macías, era el más requerido por los paramilitares por el tema de la desaparición de las reses.

Los encapuchados llegaron a este recinto a pie y para exigir información hicieron arrodillar a los moradores de la zona, bajo constantes amenazas.

A las víctimas las separaron del resto de sus parientes y vecinos, y las fusilaron.

María Dalinda Delgado, cuya casa fue incinerada, señaló que los asesinos arremetieron contra sus hijos y nieto. "Nos dijeron que eran la justicia; yo creía que eran policías, por eso no hicimos nada cuando los vimos llegar", recalcó la mujer de 88 años de edad.

Jesús Morán Vega, presidente de la Junta Parroquial de La Unión, indicó que era la primera vez que en el sector se producía un acribillamiento de esa magnitud.

Abandono

La parroquia La Unión, de Santa Ana, pese a sus 124 años de creación y 8 mil habitantes, solo tiene tres policías para el resguardo.

Sin servicios

A esta zona no llega la señal de telefonía celular y la fija es de pésimo estado. No cuentan con ambulancia.

Sepelio

El cuerpo de Pedro Ramón Macías Alcívar fue sepultado ayer en la comunidad de Chicompe.

[Fuente: El Universo, Guayaquil, 05jul10]

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small logoEste documento ha sido publicado el 11Jul10 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights