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04nov12


El socio de Merkel advierte a Rajoy de que el Bundestag rechazará el rescate de España


Hasta hace poco eran solo fundadas sospechas, pero ahora ya son certezas probadas. El presidente del Partido Democrático Liberal de Alemania (FDP), Philipp Rösler, socio en la coalición de gobierno que encabeza Angela Merkel, ha advertido al Gobierno español que su grupo votará en contra de cualquier proyecto de rescate soberano si la canciller se atreve a elevar una propuesta de esta naturaleza ante el Bundestag. El Parlamento germano está pues cerrado a cal y canto para España porque el FDP cuenta con 93 escaños que son claves para dirimir un nuevo programa de asistencia financiera en cualquier país de la periferia de Europa.

El vicecanciller y ministro de Economía alemán se ha reunido en las últimas semanas con la plana mayor del equipo económico del Gobierno, incluido su homólogo Luis de Guindos. Pero, además, Rösler ha mantenido contactos en la embajada de su país con otros altos cargos de la Administración española y se ha entrevistado también con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Fuentes conocedoras de estos encuentros aseguran que "Rösler no se ha mordido la lengua" a la hora de disuadir a España de cualquier tentación que suponga la petición oficial de rescate, sea cual sea la modalidad elegida para asegurar la dotación de nuevos recursos financieros.

El papel del compañero ocasional de Merkel es bastante discutido en el marco de la política alemana y su acomodado euroescepticismo le ha granjeado una fuerte pérdida de influencia en su país. No obstante, las admoniciones de Rösler han servido para aguzar el oído de Rajoy, que ha entendido el mensaje y se ha aprestado a descartar públicamente en el Parlamento la posibilidad de abordar un nuevo programa de asistencia en lo que resta de año. El jefe del Ejecutivo considera que el rescate nunca debe ser un fin sino un medio para garantizar la financiación de la economía española y la reestructuración de la deuda, algo que quizá se pueda conseguir sin poner en evidencia a Merkel en Alemania.

La estrategia del Gobierno consiste ahora en esperar que el rescate "caiga como fruta madura", dando tiempo al tiempo para que la canciller suavice la furibunda oposición de sus socios de coalición y para que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, pueda también perfeccionar el mecanismo de compra de bonos anunciado a principios de septiembre.

El techo de la deuda

De una forma u otra el rescate se está produciendo de una manera táctica porque los inversores se han dado cuenta que tampoco pueden tensar demasiado la cuerda y provocar que "el primo de Zumosol" llegue desde Frankfurt para socorrer a la maltrecha economía española. Las últimas encuestas realizadas en Europa con fondos de inversión ponen de manifiesto que una inmensa mayoría de gestores financieros consideran que los rendimientos de los bonos españoles han tocado máximos en la crisis actual. En pocas palabras, la deuda soberana tiene un techo, estimado en una prima de riesgo de 450 puntos básicos, a partir del cual no parecen factibles mayores sustos en el horizonte.

El único peligro que podría desatar otra tormenta viene dado por la errática actuación de las agencias de calificación, pero las últimas y temidas evaluaciones de Moody´s se han sorteado con gran dignidad diplomática y el fantasma de una degradación a bono basura ha sido espantado, por lo menos, hasta dentro de tres o cuatro meses.

Ese es el tiempo que Rajoy quiere aprovechar al máximo, exprimiendo las reformas de segundo grado para reafirmar la voluntad política de cambio en España y adaptando el ritmo de la negociación con la agenda política de sus interlocutores en Europa. De ahí, por ejemplo, el nuevo decreto de reestructuración y despidos colectivos en el sector público al que pronto se sumarán otras regulaciones estructurales para fomentar la unidad de mercado y la liberalización de los servicios profesionales.

Las claves del rescate se irán desplegando poco a poco como una red suficientemente alta y tupida que asegure el desarrollo de la actividad económica en la cuerda floja de la gran crisis económica y financiera. España no ha querido demonizar la salida del euro y ha perdido un comodín en la partida que se juega en Europa, pero eso no impide que Rajoy siga jugando sus cartas y sus alianzas, especialmente junto al primer ministro italiano Mario Monti, con el objetivo claro de aunar las sensibilidades entre unos y otros países continentales.

Para el Gobierno es fundamental que el coste político del rescate sufrague con garantía los gastos de la gran reconversión económica. Todo ello se traduce simple y llanamente en la necesidad de acotar el spread de la deuda que tantos quebraderos de cabeza viene produciendo en el imaginario colectivo de un país en recesión. Los responsables de la política económica entienden que el objetivo sería disponer de una prima de riesgo sobre el bund germano de entre 200 a 250 puntos básicos. Más allá de esos parámetros el rescate soberano no sólo sería rechazado en Alemania sino que tampoco es conveniente para España. Como dicen en Moncloa: "Si hay que pedirlo se pedirá, pero pedirlo 'pa ná' es tontería".

[Fuente: Por José Antonio Navas, El Confidencial, Madrid, 04nov12]

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