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26oct12
España destruye 836.000 empleos en sólo un año
El dato es aterrador. Y pone de relieve la intensidad de la crisis. En los últimos doce meses, la economía española ha destruido 835.900 puestos de trabajo. O lo que es igual, cada día se perdieron 2.290 empleos durante el último año. Lo peor, sin embargo, es que lejos de mejorar la situación, empeora. Hasta el punto de que el volumen de destrucción de puestos de trabajo se ha agravado en el tercer trimestre respecto del mismo periodo de 2009, el año de la Gran Recesión.
Hace tres años se destruyeron en el mismo periodo 74.800 puestos de trabajo, pero en 2012 el número ha alcanzado los 96.900 empleos, por medio hay dos reformas laborales. La pérdida de empleo se manifiesta tanto en el sector público como en el privado, pero con mayor intensidad en el primero en términos relativos (un -7,1% frente al -4%). En términos absolutos, el sector público, en pleno ajuste del gasto, es responsable de uno de cada cuatro puestos de trabajo destruidos. Aún así, el número de ocupados en las distintas administraciones se sitúa en 2,99 millones, lo que significa 229.000 trabajadores públicos menos que hace un año.
Las cifras publicadas este viernes por el INE ponen negro sobre blanco una economía en plena recesión que traslada al empleo todas sus dificultades. O lo que es lo mismo, el ajuste se sigue haciendo vía destrucción de puestos de trabajo, lo que explica que la tasa de paro se sitúe ya en el 25,17%, un nivel desconocido en la economía española. En los últimos doce meses, España ha perdido nada menos que el 4,6% de su fuerza laboral.
Eso quiere decir que ya hay 5,77 millones de parados, pese a que la población activa ha descendido un 0,16%. Si no fuera por este fenómeno -'efecto desánimo' ante las escasas probabilidades de encontrar un empleo- las cifras de desempleo serían todavía peores.
Como consecuencia de esto, la economía española continúa perdiendo ocupación de forma intensa. Hasta el punto de que la fuerza laboral se sitúa ahora en 17,32 millones de ocupados, la cifra más baja desde el segundo trimestre del año 2003. Esto significa que desde que estalló la crisis España ha perdido 3,2 millones de puestos de trabajo. Una cifra espectacular que refleja la existencia de un mercado laboral roto y sin expectativas a corto plazo de invertir la situación.
No hay que olvidar que los trimestres centrales del año son, históricamente los más favorables para la economía española por razones de calendario, lo que significa que todavía quedan dos trimestres malos o muy malos. Entre el tercer trimestre de 2011 y el segundo de 2012, España destruyó nada menos que 723.000 puestos de trabajo, lo que da idea de la dimensión del problema y de lo que viene por delante. No es de extrañar, por lo tanto, que los institutos de coyuntura estiman ya que el desempleo representará el 27% de la población activa el año próximo.
Asalariados y falsos autónomos
El desplome del empleo se manifiesta en todos los sectores, sólo se salva la agricultura, pero es escasamente relevante a efectos agregados de la economía. La construcción continúa perdiendo puestos de trabajo a un ritmo estratosférico en términos anuales (-17%), mientras que el sector servicios -que supone las dos terceras partes del empleo- ha visto como su fuerza laboral ha retrocedido un 3,6%. Es decir, se han destruido 480.300 puestos de trabajo en los últimos doce meses. La industria, por su parte, pierde puestos de trabajo a un ritmo del 5,2%, por encima de la media.
La Encuesta de Población Activa (EPA) ofrece, además, un nuevo perfil del mercado de trabajo. Se observa una evidente divergencia entre el empleo asalariado y el que realiza por cuenta ajena. En el primer caso, el ritmo de destrucción de puestos de trabajo en términos anuales es del 6,23%; pero, por el contrario, el número de autónomos crece un 3,6%.
Este proceso, sin embargo, no tiene nada que ver con un fuerte incremento en la creación de empresas, sino más bien con el hecho de que muchas compañías obligan a sus empleados a darse de alta como autónomos para seguir trabajando. Son los que se conocen como 'falsos autónomos', que en realidad son asalariados.
La EPA, igualmente, muestra que la destrucción de empleo continúa cebándose en los trabajadores temporales frente a los indefinidos. En el primer caso, el ritmo es del -13,4%, y del -3,7% en el segundo.
[Fuente: Por Carlos Sánchez, El Confidencial, Madrid, 26oct12]
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