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26may12
Bankia provisiona solamente el 50 por ciento de las pérdidas provocadas por la especulación en la construcción
El plan de saneamiento de Bankia, presentado este sábado por su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, supone un nuevo estándar para el resto del sector, que todo el mundo teme que se imponga después de los test de estrés que van a realizar Roland Berger y Oliver Wyman. Este nuevo estándar tiene tres implicaciones que pueden tener un coste muy elevado para las entidades y obligar a muchas a solicitar también dinero público: una clasificación más estricta de los créditos inmobiliarios, unas mayores provisiones para el ladrillo y una exigencia de provisiones para los créditos refinanciados a las empresas no promotoras.
Lo más relevante es la tasa de cobertura de la exposición inmobiliaria total (problemática y sana), que el grupo ha elevado al 48,9% con los ingentes saneamientos acometidos gracias a la megainyección de dinero público: 10.100 millones en BFA (la matriz del grupo, a Bankia le corresponden 9.900), divididos en 7.100 millones para cumplir los dos Reales Decretos de saneamiento y otros 3.000 en nuevos saneamientos de crédito promotor y adjudicados. Por comparación, BBVA tenía una cobertura del 30% al cierre de marzo y la Caixa, del 22% pese a haber dotado todo lo exigido por el primer Decreto -el de febrero- en el primer trimestre.
Esta tasa subirá con la aplicación del segundo Decreto, que obliga a provisionar una media del 30% del crédito no moroso, pero en todo caso no alcanzará los niveles del 50% de Bankia (que eleva esta cobertura al 56% en el caso de los adjudicados). De ahí que, como ha informado El Confidencial, haya bastante temor en el sector a que las valoradoras internacionales vayan a obligar a todo el mundo a elevar dicha cobertura por encima de las exigencias de las dos reformas financieras del ministro Luis de Guindos.
Ahora bien, Goirigolzarri espera que estas tasadoras no obliguen a Bankia a ir más lejos de estas provisiones: "Pensamos que los futuros test de estrés que van a efectuar Roland Berger y Oliver Wyman estarán de acuerdo con nuestro análisis. Hemos hecho un análisis riguroso y pensamos que no se va a necesitar más niveles de provisiones extra. Me siento muy tranquilo ante cualquier tipo de exámen que van a realizar esas entidades independientes".
En relación con esto, Bankia ha reclasificado 300 millones de crédito normal como promotor. Una medida que probablemente estas dos firmas exijan al sector ante la dispersión y heterogeneidad de los datos facilitados por las distintas entidades sobre su exposición inmobiliaria, lo que los hace muy poco fiables, algo que ha denunciado reiteradamente este diario.
En tercer lugar, están los dos grandes focos de incertidumbre que señalan los analistas internacionales: los créditos a las empresas no promotoras y las hipotecas minoristas. Los primeros han sido refinanciados en su mayoría (en menor medida las hipotecas), lo cual evita que hayan entrado en mora de momento pero cuyo cobro es cuanto menos dudoso si la economía no empieza su recuperación en un plazo breve.
En ese capítulo, Bankia ha aflorado 5.500 millones de saneamientos adicionales al aplicar a su cartera los mismos parámetros de estrés que las pruebas de esfuerzo realizadas por la EBA el año pasado, según ha explicado su director general y consejero José Sevilla. Lo cual marca otro estándar para el sector, que está convencido de que los nuevos test de Roland Berger y Oliver Wyman también incluirán la necesidad de provisiones para estos conceptos.
Asimismo, plantea dudas sobre cómo realizó los test de estrés Bankia el año pasado si ahora aparecen 5.500 millones que entonces no se detectaron. Algo que se suma al hecho de que los beneficios de 309 millones en 2011 se hayan convertido en pérdidas de 3.030 millones tal como reconoció la entidad el viernes, y tiene consecuencia un agravamiento del descrédito que sufre nuestro sector financiero ante los inversores y analistas.
¿De dónde salen los 19.000 millones?
Goirigolzarri ha justificado en rueda de prensa los 19.000 millones adicionales que recibirá BFA, la cabecera del grupo, por los siguientes conceptos: 15.600 millones para la cartera crediticia e inmobiliaria (7.100 para los dos decretos, 3.000 más para crédito promotor y adjudicados, y los citados 5.500 para crédito no promotor), 3.900 millones para poner a valor de mercado la cartera de participadas y 2.700 millones para cubrir los activos fiscales que contaba hasta ahora como capital y de los que ha decidido prescindir ante las dudas del auditor, Deloitte, a que pueda generar suficientes beneficios para aplicárselos.
Esto suma 22.200 millones, a los que hay que restar un efecto fiscal de 6.000 y sumar el búfer de capital que exige el Real Decreto de febrero, que se dispara de los 1.674 millones estimados inicialmente a 2.800. Ello se debe a que ha reclasificiado 13.000 millones de crédito 'sano' del ladrillo a subestándar, es decir, con alta probabilidad de entrar en mora. La suma total arroja los 19.000 millones solicitados.
[Fuente: Por Eduardo Segovia, El Confidencial, Madrid, 26may12]
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