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02may12
El Gobierno español teme que las nacionalizaciones se extiendan a Ecuador y Venezuela
Entre la expropiación de YPF en Argentina y la incautación de Red Eléctrica en Bolivia hay un nexo político común que preocupa al Gobierno español: son operaciones de imagen para consumo interno de dos regímenes populistas que quieren garantizarse la continuidad del poder por encima de todo. El Ejecutivo quiere distinguir entre el paso dado por Cristina Fernández y el de Evo Morales, porque el 80% del accionariado de REE no es español, pero aumenta el temor a que las nacionalizaciones sigan en ambos países y a que se puedan extender a Venezuela (Hugo Chávez) y Ecuador (Rafael Correa).
Es una cuestión de calendarios electorales, deterioro de la situación económica en cada país e incluso de las peleas internas entre los partidos populistas que ya están en el poder. En los regímenes de la esfera chavista, a su vez heredera del castrismo, se han puesto de moda las nacionalizaciones o renacionalizaciones de empresas ahora con capital español que al gobierno de turno le vienen bien para presentarse ante su opinión pública como defensores de los intereses "de todo el pueblo".
"Si no se están contagiando todavía, por lo menos se están mirando en el espejo de Cristina Fernández", reconocen fuentes gubernamentales para explicar el movimiento de auténtico golpismo económico de Evo Morales. Las citadas fuentes creían atajado y concentrado el problema con la decidida respuesta de la Unión Europea frente al Gobierno argentino, pero ahora se dan cuenta de que a los bolivarianos o los indigenistas les puede importar aún menos que a los peronistas las cuestiones de la seguridad jurídica y el prestigio internacional de sus países para atraer inversores.
En el caso de Venezuela, la grave enfermedad de Hugo Chávez, que ya pasa más tiempo en Cuba para tratarse el cáncer que padece que en su país, permite al Gobierno español ser más confiado. Las relaciones comerciales entre ambos países son muy estrechas, la Armada de ese país es uno de los principales clientes de los astilleros de Navantia y desde que hace tres años el Banco Santander se vio obligado a vender su filial en Venezuela al Estado no ha habido más acosos a las empresas españolas.
Ecuador, el mayor riesgo
Sin embargo, Ecuador es el otro país de influencia chavista en el que se puede reproducir situaciones como las de Argentina y Bolivia. La cuestión es si esos regímenes populistas se fijan para montar sus operaciones de imagen en empresas con bandera española por considerar que el país se encuentra en una posición débil por la recesión económica y la pérdida de peso en la política internacional que ha sufrido en los últimos años. En fuentes gubernamentales eluden la cuestión y recuerdan que desde la firma del Tratado de Lisboa cualquier respuesta de fuerza en defensa de los intereses de una empresa española, alemana, francesa, portuguesa o de cualquier país de la UE depende de la Unión en su conjunto. Cualquier medida comercial o arancelaria debe ser tomada por la Comisión.
Para restar importancia económica a lo ocurrido en Bolivia, fuentes del Ejecutivo insisten en que es una "expropiación política sin apenas impacto económico para la cuenta de resultados y para el dividendo de la empresa". La clave es que la UE tome cuanto antes medidas contra Argentina (suspender el trato arancelario preferente para sus productos) para que a Fernández y a los regímenes populistas se les quiten las ganas de seguir con unas expropiaciones que les pueden dar más problemas económicos inmediatos que réditos de imagen a medio plazo.
[Fuente: Por Angel Collado, El Confidencial, Madrid, 02may12]
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