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20abr12
La banca española sucumbe ante la estampida de los inversores extranjeros
Lo dice con toda crudeza un veterano analista: "No hay sistema financiero que aguante cinco años de recesión". Y, lógicamente, se refiere a España, donde la banca ha quedado atrapada en un doble endeudamiento: el público y el privado. El escenario es letal si, además, el contexto macroeconómico es dramático. España no ha recuperado todavía los niveles de PIB de 2007. Y en 2013 es muy probable que continúe en recesión o en pleno estancamiento de la actividad, lo cual alimenta la mora bancaria, que ya supera los 143.000 millones de euros.
En este escenario, el endeudamiento público crece de forma imparable. Pero con un perfil perverso que explica que la Bolsa española sea la peor del mundo en 2012 (-19,2%). Los datos más recientes del Tesoro Público reflejan que la deuda en manos de extranjeros ha caído hasta el 33%, el menor porcentaje desde que se creó el euro, en 1999.
O dicho en otros términos, apenas la tercera parte del endeudamiento público (615.295 millones de euros sólo del Estado) está ahora en manos de no residentes, dieciséis puntos menos que al comienzo de la crisis, lo que muestra el escaso apetito por las emisiones del Tesoro.
En los años del boom, casi la mitad de la deuda pública llegó a estar en manos de extranjeros, pero ahora son las entidades financieras españolas quienes compran deuda pública con dinero procedente de los programas extraordinarios de liquidez del BCE. Y esa deuda en manos de la banca vez vale menos a medida que escalan las rentabilidades que se ve obligado a pagar el Tesoro Público.
La deuda privada, igualmente, no cede. Y en medio de un segundo episodio de recesión en 2012, nada indica un cambio de tendencia. En particular, por las deudas contraídas por la parte más tóxica del sistema financiero: el 'ladrillo.'
Los promotores inmobiliarios deben todavía a los bancos y cajas de ahorros nada menos que 298.267 millones de euros, apenas un 8% menos que al comenzar la crisis pese al intensísimo ajuste del sector, lo que da idea de las dificultades que tienen las empresas para devolver los préstamos. En el caso del sector de la construcción, el endeudamiento aún se sitúa en 98.505 millones, aunque en este caso el ritmo de amortización de deuda es mayor: un 20% desde los máximos de 2007.
El ladrillo debe todavía casi 400.000 millones
En total, 396.772 millones de euros de 'ladrillo' que lastran la cotización de los bancos españoles hasta límites desconocidos en una década. De esa cantidad, la banca apenas ha provisionado 110.914 millones ante el deterioro de sus activos. Aunque lo peor es que todo indica que ese procesamiento de desapalancamiento en posiciones españolas continuará.
Según los cálculos del FMI, los balances bancarios europeos pueden reducirse en dos billones de euros (dos veces el PIB español) hasta finales del año 2013, es decir, el 7% del total de los activos. Alrededor de una cuarta parte de este desendeudamiento podría ocurrir a través de un recorte del crédito, y el resto principalmente a través de la venta de títulos y activos no esenciales. Y una parte importante de ese ingente proceso de desapalancamiento es el que explica el actual desplome de la Bolsa española, en particular del sistema financiero.
Los fondos de inversión, de pensiones y los particulares huyen de todo lo que 'huela' a España. Y de hecho, ya no queda ni una empresa cotizada que valga más de 50.000 millones de euros. En el Ibex, 17 compañías -el 50%- valen menos de 4.000 millones.
O dicho en otros términos que reflejan la situación del selectivo español. Mientras que la capitalización bursátil de las 28 empresas no financieras asciende a 236.200 millones de euros, su deuda financiera neta es de 235.969 millones de euros. Es decir, valen en Bolsa lo que deben a los bancos.
Como sostiene un analista, "estamos ante un hecho singular". La banca europea y en particular la española, tienen un valor de mercado sustancialmente menor al que se refleja en libros. Cotiza al 40% en el primer caso y cerca de un 60% en el segundo, lo cual es insólito, y pone de manifiesto que una entidad troceada vale más que integrada.
En el caso español hay un factor añadido que explica el desplome. España es la economía más bancarizada de Europa, por lo que casi toda la actividad pasa por sus manos. Y hay una correlación evidente entre sistema financiero y crecimiento económico y desempleo, por lo que si la actividad no avanza, la economía se acerca al colapso. Y eso es lo que está ocurriendo ahora. Bancos y actividad económica caminan de la mano.
[Fuente: Por Carlos Sánchez, El Confidencial, Madrid, 20abr12]
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