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06oct11
La deuda exterior de España supera por primera vez el billón de euros
La intensa cura de adelgazamiento a la que está sometida la economía española ha pinchado en hueso. Al menos, en cuanto a reducción del endeudamiento exterior. Los últimos datos del Banco de España reflejan que la deuda neta -diferencia entre lo que los extranjeros deben a España y lo que a su vez adeuda España al exterior- no sólo no se reduce, sino que aumenta. De hecho, al acabar el segundo trimestre de 2011 se rompió por primera vez la barrera del billón de euros. En términos relativos, esto significa un endeudamiento exterior equivalente al 93,7% del PIB, seis puntos más que en 2010.
La Posición de Inversión Internacional de España se situó, en concreto, en 1,02 billones de euros, el nivel más alto jamás alcanzado. En términos brutos, la deuda externa también ha repuntado, hasta los 1,77 billones de euros, el segundo peor registro de la serie histórica, sólo superado -y muy ligeramente- por los datos del primer trimestre de 2010. żLa causa? El aumento del endeudamiento tanto del sector público como del sistema financiero. En el primer caso, en cerca de 6.000 millones de euros, hasta los 313.832 millones; y en el segundo, en algo más de 31.000 millones de euros adicionales, hasta alcanzar los 797.549 millones. El primer indicador es más relevante que el segundo porque tiene en cuenta no sólo lo que España debe, sino lo que le adeudan.
Como consecuencia de esta evolución, la deuda exterior de España representa ya el 163% del Producto Interior Bruto estimado por la vicepresidenta Elena Salgado para este año. España, de esta manera, se consolida como el segundo país de los grandes con mayor deuda externa del mundo, sólo superado por EEUU, como publicó recientemente la consultora Mckinsey. A continuación se encuentran Australia, Brasil e Italia. El ránking de Mckinsey, en todo caso, no incluye a Portugal, que, según los datos del banco central, estaría por encima de España, aunque su peso en la economía mundial es mucho más reducido.
La deuda externa de un país, tal como lo define el Fondo Monetario Internacional (FMI), comprende los saldos de todos los pasivos frente a no residentes que van a dar lugar a pagos por amortización, por intereses o por ambos conceptos. Por lo tanto, incluye todos los instrumentos financieros, excepto las participaciones en el capital y los derivados financieros, toda vez que estos instrumentos no suponen, necesariamente, la realización de pagos. En España, los pasivos exigibles suponen alrededor del 76% de los pasivos exteriores totales de España. El resto está formado por instrumento como las acciones y otras formas de participación en el capital de las empresas.
Se triplica la exposición al exterior
Para hacerse una idea de lo que han crecido las necesidades de financiación de la economía española, sólo hay que tener en cuenta que la deuda externa neta (la posición de inversión internacional) alcanzaba en 2003 los 354.300 millones de euros. O lo que es lo mismo, se ha multiplicado por tres en apenas ocho años.
Esta apelación masiva al ahorro externo ha sido tan acelerada que ha obligado a los agentes económicos a endeudarse a muy corto plazo, lo que complica la salida de la crisis. El caso de bancos y cajas es el más elocuente. De los 797.549 millones que deben al extranjero, más de la mitad (432.814 millones) son a corto plazo. En el caso del sector público, más del 85% está en préstamos a largo plazo.
Al menos, cerca del 90 % de la deuda bruta estaba denominada en euros, lo que tiende a mitigar el riesgo cambiario. Se trata de un porcentaje que supera sensiblemente el del conjunto de la eurozona, cercano al 70%.
El fuerte aumento del endeudamiento exterior a partir de los primeros años 2000 -al comienzo del boom crediticio y del dinero barato- tiene que ver con las necesidades de liquidez para financiar el gran aumento de la actividad económica, principalmente el sector de la construcción y el inmobiliario. A partir de 2008 se ha venido produciendo un incipiente desapalancamiento de los agentes privados, pero el sector público ha tomado el relevo, lo que explica que el saldo entre activos y pasivos continúe creciendo, con lo que ello supone en un contexto como el actual, en el que los mercados permaneces secos.
[Fuente: Por Carlos Sánchez, El Confidencial, Madridk 06oct11]
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