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30may11
España sigue bajo presión por la crisis griega y la desconfianza en Zapatero
España no es Portugal, ni Grecia, ni Irlanda, pero sigue sufriendo en los mercados de deuda secundaria las dudas de los inversores y el temor a los efectos que la crisis de deuda soberana pueden causar a nuestro país, al que se le pide que acelere y amplíe las medidas de ajuste puestas en marcha hasta ahora. De momento, las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero no han conseguido disipar los temores del mercado y ha recibido el castigo de los votantes.
La prima de riesgo de España volvió a dispararse la semana pasada tras las elecciones municipales y autonómicas y, sobre todo, como consecuencia de las dudas sobre Italia y Grecia. Así, la prima de riesgo superó los 250 puntos básicos –diferencial entre el rendimiento del bono español a diez años y el alemán, considerado más seguro-, una clara muestra de que las dudas siguen ahí pese a que desde enero se insiste en que los inversores han separado la evolución de España de la del resto de periféricos. El diferencial se mantiene en el nivel de los 240 puntos básicos hoy y la rentabilidad del bono español a diez años supera el 5,3%. Los títulos a cinco años tienen un rendimiento del 4,6% y los que vencen en 2013, del 3,45%.
España probablemente consiga salvarse del rescate, opinan los expertos, pero aún así, la volatilidad que van a provocar los episodios de la crisis de Grecia, Irlanda y Portugal afectarán a nuestro país, tal y como explicaba hace unos días el responsable de renta fija en Estados Unidos, Wesley Sparks, que considera que estos tres países, “lo llamen como lo llamen, tendrán que reestructurar su deuda”. Madrid evitará acabar como sus tres vecinos rescatados si los bancos no se hunden por culpa de verse forzados a reconocer las pérdidas en seguida, comenta, pero habrá consecuencias.
El Tesoro Público ha colocado más de 80.000 millones de euros deuda en lo que va de 2011, según los datos del organismo emisor, que destaca que pese a las dudas que ha habido como consecuencia de la crisis, España ha sido capaz de financiarse en el mercado. Aunque esto puede deberse también a las rentabilidades que ha ofrecido para conseguirlo. El Tesoro ha colocado casi 40.000 millones (38.778,45) en las diez subastas de letras que ha celebrado entre enero y mayo, cantidad que se reduce a 28.000 millones en el caso de los bonos (incluyendo la emisión de dos bonos sindicados) y a casi 15.000 millones en obligaciones.
Según los datos del Banco de España, la deuda española aumentó un 14% en 2010 por la subida de los intereses de sus títulos. El saldo de deuda anotada del Estado aumentó en un 13,9% hasta los 526.144 millones. "El Tesoro no tuvo dificultad en colocar sus títulos en las diferentes subastas y captar el dinero que necesitaba para cubrir su endeudamiento", según Javier Maycas, jefe de Instrumentación de Política Monetaria del BdE, que ha reconocido que esto se explica, en parte, "a los tipos algo más elevados". Y considera que "no hay falta de confianza".
La crisis de deuda se agrava y provoca división en Europa
Grecia y Alemania siguen enfrentándose por la crisis de deuda soberana y lanzándose acusaciones cruzadas y desmentidos en un contexto de renovadas tensiones en los mercados y mientras se negocian las condiciones para entregar a Grecia los 12.000 millones del quinto tramo de ayuda fiscal del FMI y la UE. Los mercados dan por hecho la quita de Atenas, que provocaría un agujero a las entidades financieras europeas, tenedoras de su deuda, en especial, a los bancos alemanes y que podría provocar un efecto dominó.
Este fin de semana el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantínu, ha defendido que Grecia sí ha cumplido con el objetivo de reducir el déficit público, tras la información publicada por el diario Der Spiegel, según la cual el FMI y la UE habrían llegado a la conclusión que "Grecia ha fallado en todas sus metas fiscales".
Además, Irlanda podría tener que solicitar otro préstamo de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, puesto que tendrá problemas para volver a los mercados de deuda y conseguir fondos el próximo año, según ha manifestado, el ministro de Transportes, Leo Varadkar, en declaraciones al periódico The Sunday Times. Es el primer miembro del Gabinete en sembrar públicamente la duda sobre la capacidad de Irlanda de recaudar dinero en el mercado de bonos, debido a los altos rendimientos exigidos por los inversionistas.
Por su parte, Italia hasta hace dos semanas había sido el país más discreto de los llamados PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España) y no porque no se mereciera ser un miembro de honor entre los periféricos con problemas, teniendo en cuenta que registra la segunda mayor deuda pública después de Grecia. Eso ya se ha acabado: ha entrado por la puerta grande. La semana pasada la agencia de calificación Standard & Pooŕs daba la voz de alarma tras rebajar la perspectiva sobre la calificación del país de estable a negativa, aunque Goldman Sachs considera que "el peligro de una crisis de deuda en Italia es pequeño".
[Fuente: Cotizalia, Madrid, 30may11]
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