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02mar10
MAFO da 15 días a Caja Duero y Caja España para que cierren su fusión
La presión por la fecha tope impuesta por Bruselas para utilizar el FROB, finales de junio, ha hecho que por fin el Banco de España se decida a meter prisa a los procesos de fusión de cajas en marcha. El gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha pasado de las palabras a los hechos y ha dado un plazo de 15 días a Caja Duero y Caja España para que cierren todos los flecos pendientes de su fusión y soliciten formalmente las ayudas al fondo de reestructuración, según fuentes conocedoras de la situación. Además, estas ayudas serán finalmente inferiores a las estimadas en un primer momento.
El principal fleco pendiente es el llamado pacto laboral, es decir, el acuerdo con los sindicatos para la reducción de plantilla y de oficinas. Las negociaciones se rompieron la semana pasada porque los representantes de los trabajadores no lograron imponer muchas de sus exigencias a las entidades. En principio, la fusión contempla 846 bajas, que se harán mayoritariamente mediante prejubilaciones, aunque lo que está sobre la mesa es la edad a partir de la que se aplicarán y el porcentaje del sueldo que percibirán los empleados afectados.
El coste de esta reducción de plantilla se estima en 240 millones de euros y el número de oficinas que deben cerrarse es de 253: 137 de ellas de Caja España y otras 116 de Caja Duero. Los presidentes de ambas cajas se mostraron tajantes la semana pasada en que "sin pacto laboral no habrá fusión". Sin embargo, el ultimátum del supervisor deja claro que no va a permitir que la operación fracase en el último minuto, así que los gestores de las entidades tendrán que ceder todo lo posible para alcanzar un acuerdo a tiempo.
Revisar el plan de negocio
Aunque sea la más importante, la cuestión laboral no es ni mucho menos la única que las dos entidades catellano-leonesas deben finiquitar antes de mediados de mes. Otro asunto espinoso es el plan de negocio, elaborado por KPMG, que debe detallar el futuro de la caja fusionada y, lo más importante -como siempre en estos casos-, el reparto de poder y de cargos entre las dos cajas.
Según las fuentes consultadas, el Banco de España tiene en su poder una primera versión del plan pero no le ha gustado por completo y ha propuesto varias modificaciones. Ahora son las dos cajas las que tienen que ver cómo las introducen sin crear excesivas fricciones ni alterar los equilibrios que ya habían alcanzado.
En principio, se había acordado que la presidencia y la sede social de la nueva entidad -que se llamará Caja España de Inversiones, Salamanca y Soria- se ubiquen en León (sede de Caja España) y que la dirección general se sitúe en Salamanca. Asimismo, el plan contemplaba alcanzar un core capital del 9% en 2010 y que la devolución de las ayudas del FROB sería posible con la generación de ingresos sin afectar a su posición competitiva, pese al elevado coste de las mismas: el 7,75% anual como mínimo.
Pedirán 525 millones al FROB
Precisamente, el importe del dinero que se va a solicitar al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria inicialmente se estimaba en 562 millones, el tope permitido por Bruselas del 2% de los activos ponderados por riesgo (APR) de las dos cajas. Sin embargo, este cálculo se realizó con las cuentas del primer semestre de 2009; al cierre del ejercicio, los APR conjuntos se han reducido por culpa de la caída del crédito, con lo que el nuevo tope se sitúa en 525 millones.
La fusión de Caja Duero y Caja España es la única que ha sobrevivido del gran proyecto de la Junta de Castilla y León para unir a las seis cajas de ahorros de su territorio. Las cajas de Ávila, Segovia y Círculo Católico abandonaron el proyecto a las primeras de cambio, mientras que Caja Burgos aguantó hasta noviembre, cuando también se salió de la operación para disgusto del presidente autonómico, el popular Juan Vicente Herrera. Ahora, la entidad burgalesa negocia su entrada en la fusión virtual de Caja Navarra y General de Canarias, aunque tampoco termina de tenerlo claro. La balear Sa Nostra se ha caído de este proyecto, conocido como Banca Cívica.
Pero incluso Caja Duero y Caja España han tenido graves problemas para alcanzar el acuerdo de fusión, referidos principalmente al reparto de poder, hasta el punto de que dieron por rotas las negociaciones a finales del año pasado. Fue precisamente la presión el Banco de España la que les obligó a retomar las conversaciones y a aprobar formalmente la fusión en enero. Por tanto, no parece probable que ahora vaya a permitir que la operación naufrague por problemas laborales.
[Fuente: Cotizalia, Madrid, 02mar10]
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