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19Oct11
Ana Patricia Botín se rebela contra la regulación británica que acaba con el 'modelo Santander'
Lo dijo ayer claramente Ana Patricia Botín: "No nos gusta" la nueva regulación bancaria que preparan las autoridades británicas. La crítica no es novedad, pero sí la intensidad del ataque. Lo relevante, sin embargo, no es sólo eso. También que a pocos metros suyo se encontraba Bill Winters, antiguo co-CEO de JP Morgan y hoy uno de los cinco integrantes de la Comisión Independiente de Banca (ICB por sus siglas en inglés) que ha realizado un detallado informe sobre cómo reformar el sistema financiero británico.
El informe fue presentado ayer, precisamente, en la Cámara de los Lores, y recomienda al Gobierno acabar con el modelo de banca universal que práctica el Banco Santander en Reino Unido. O lo que es lo mismo, la separación entre banca minorista y de inversión, el viejo modelo surgido en EEUU tras la Gran depresión de 1929.
Ayer la consejera delegada de la filial británica del Santander era la anfitriona, pero no se reprimió a la hora de criticar la medida en la misma cara de Winters, uno de los invitados. Botín se quejó de que con la nueva regulación los requisitos de solvencia para determinadas operaciones minoristas (como préstamos al consumo o depósitos) se van a disparar los requerimientos de capital. Incluso muy por encima del 10% que se baraja ahora para las entidades financieras. La CEO del Santander habló de niveles que se situarían entre 17% y el 19%, algo inasumible para los clientes bancarios, que, en última instancia, pagarían la medida.
La sesión se celebró a puerta cerrada en el marco de la IV Conferencia Internacional de Banca, y lo que sorprendió a los asistentes fue la dureza de la intervención de Ana Patricia Botín -que precisamente trabajó en JP Morgan durante los años 80- ante Bill Winters. La hija del presidente del Santander teme incluso que durante la tramitación parlamentaria de la reforma legislativa se adelanten los plazos transitorios, que en principio deben finalizar en 2019, coincidiendo con la plena operatividad de Basilea III. Y lo cierto es que ya la reforma propuesta por la comisión Vickers ha obligado a aplazar la salida a Bolsa del 20% del Santander UK, prevista inicialmente para el segundo semestre de 2011.
Un coste multimillonario
No ha sido así, pero además ya se ha estimado que la nueva regulación bancaria le costará a la banca minorista británica (principalmente Barclays, HSBC, Lloyds, Nationwide o Royal Bank of Scotland), entre 4.600 y 8.100 millones de euros. El legislador justifica el endurecimiento de las nuevas normas de capital en que el contribuyente debe dejar de pagar las crisis bancarias, y de ahí que plantee la creación de una especie de 'anillos de seguridad' capaces de evitar que el dinero del depositante se utilice para operaciones por cuenta propia de la entidad financiera (banca de inversión). La comisión propone, además, poner límite al apalancamiento de las entidades financieras.
La banca radicada en las islas británicas teme, además, que si se endurecen los requisitos se produzca el aterrizaje en el Reino Unido de entidades como BNP Paribas, Deutsche Bank o BBVV, cuyos requisitos de capital serían inferiores al estar amparadas por sus legislaciones nacionales, mucho más laxas. La 'Comisión Vickers', precisamente, justifica su propuesta en que así aumentará la competencia, y, por lo tanto, beneficiará a los consumidores.
Las críticas de Ana Patricia Botín van en la misma línea que las expuestas en el mismo foro por el presidente del Santander, quien también en uno tono inusualmente duro arremetió contra una recapitalización generalizada en la banca europeo. Para Emilio Botín, primero hay que resolver el problema de la deuda soberana, pero no antes ni al mismo tiempo.
Es más, en su opinión, una recapitalización generalizada, "invalida el estrés test realizado por la Autoridad Bancaria Europea hace sólo tres meses". Crea, al mismo tiempo, inseguridad y confusión y aumentan la incertidumbre en los mercados, produciendo una contracción del crédito, pues muchas entidades optarán por reducir su balance. El mensaje iba dirigido al regulador, y lo pudo oír en directo el gobernador Fernández Ordóñez, que al menos pudo escuchar unas amables palabras de la vicepresidenta económica en su breve discurso. "El Banco de España lo ha hecho bien en esta crisis. Y quiero decirlo", remarcó Elena Salgado. Silencio en la sala.
[Fuente: Por Carlos Sánchez, El Confidencial, Madrid, 19oct11]
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